Torreón Silente
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- InvitadoInvitado
Torreón Silente
15/04/19, 08:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Magia:
Irán en negrita los traducidos.
Grimorio de hechicería de andar por casa:
-Curación general (orgánicos)
-Niebla mágica (ocultación o búsqueda)
-Ampliación de sonido (comunicación u obtención de información)
-Térmico (físico)
-Hechizos medidores de magnitudes sencillas (físico)
-Hechizo reflectante (físico)
-Nudo de cerática (menores)
-Limpieza de ropas (menores)
Hechizos para defenderse de bestias menores:
-Centella ambarina (ofensivo)
-Escudo mágico (defensivo)
-Sortilegio de defensa (defensivo)
-Levitación (transporte)
-Corte (físico)
-Hechizo de impacto (físico)
-Hechizo de inyección (físico)
-Traspaso de energía (varios)
-Hechizo de dentera (varios)
Hechizos que compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Luz mágica (menor)
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Hechizo de impulso (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Cambio de color (menores)
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Re: Torreón Silente
22/08/20, 11:59 pm
La figura tuvo un gran impacto en el grupo. A todos parecía gustarles aquel regalo, lo cual alegró enormemente al ochrorio. La palmada de Alec le cogió desprevenido y le habría tirado al suelo de no ser por el abrazo de Kradko. -Muchas gracias. Tenía un poco de práctica en mi mundo, pero sobre todo ha sido el tiempo que he usado lo que ha hecho que haya quedado tan bien. La tenía escondida en la armería, de hecho tallaba allí.- respondió a todos los comentarios. Aquello era lo que le hacía falta en aquel momento: saber que no se había equivocado en lo que pensaba del grupo. El malestar de la pesadilla ya casi se había desvanecido.
El resto del día lo pasó mucho más animado charlando con sus compañeros de traducción. Llevaban unos días traduciendo un hechizo de levitación que, para esa noche, ya casi habían terminado. La idea de hacer flotar cosas le llamaba mucho la atención y mientras trabajaba iba memorizando todos los pasos para realizarlo. En la conversación salió el encuentro con un varmano también ciudadano de Rocavarancolia que había tenido el grupo. Al parecer la luna es la que les había permitido aprovechar su poder mágico, pero también los influía de otros modos que no les habían explicado. A Chromsa le picaba la curiosidad sobre qué más podría hacerles la luna, aunque no tenía ninguna teoría sobre qué podría ser.
A la mañana siguiente se despertó temprano para terminar el hechizo y no tardaron mucho en acabar y comenzar con las pruebas. Amira fue la primera y, durante un momento, hizo flotar una fruta. -¡Ha funcionado! Felicidades Amira.- dijo con cierta emoción. Luci y Lethe la siguieron con aquella fruta y un lápiz. El ochrorio optó por probar con el pequeño zurrón donde guardaba las semillas para el huerto. La puso en la mesa y empezó a recitar las palabras y los movimientos que había aprendido. Al momento el zurrón empezó a subir en el aire hasta llegar a la altura de su cara. Pensaba moverlo a los lados a continuación, pero la emoción que tenía Chromsa en aquel momento hizo que la bolsita cayera de vuelta a la mesa. -Pues sí. Para este parece que mantener la concentración va a ser muy importante.- dijo al comentario de Lethe. El resto del grupo empezó a bajar a desayunar (Chromsa les fue dando los buenos días según bajaban) y a preguntar por el hechizo. Un poco después Kolja habló y propuso hacer un concurso. -Bueno, sería bastante entretenido aunque no estoy muy seguro de qué podría hacer. Pero la idea desde luego la apoyo.- dijo el ochrorio.
Después un pensamiento se le pasó por la cabeza y se giró hacia la varmana diciendo: -Kahlo, estaba pensando una cosa. En teoría según lo que ponía en el grimorio el hechizo de levitación puede levantar incluso a una persona. Me preguntaba si con lo bien que se te da la magia podrías conseguirlo. ¿Por qué no lo intentas?-
El resto del día lo pasó mucho más animado charlando con sus compañeros de traducción. Llevaban unos días traduciendo un hechizo de levitación que, para esa noche, ya casi habían terminado. La idea de hacer flotar cosas le llamaba mucho la atención y mientras trabajaba iba memorizando todos los pasos para realizarlo. En la conversación salió el encuentro con un varmano también ciudadano de Rocavarancolia que había tenido el grupo. Al parecer la luna es la que les había permitido aprovechar su poder mágico, pero también los influía de otros modos que no les habían explicado. A Chromsa le picaba la curiosidad sobre qué más podría hacerles la luna, aunque no tenía ninguna teoría sobre qué podría ser.
A la mañana siguiente se despertó temprano para terminar el hechizo y no tardaron mucho en acabar y comenzar con las pruebas. Amira fue la primera y, durante un momento, hizo flotar una fruta. -¡Ha funcionado! Felicidades Amira.- dijo con cierta emoción. Luci y Lethe la siguieron con aquella fruta y un lápiz. El ochrorio optó por probar con el pequeño zurrón donde guardaba las semillas para el huerto. La puso en la mesa y empezó a recitar las palabras y los movimientos que había aprendido. Al momento el zurrón empezó a subir en el aire hasta llegar a la altura de su cara. Pensaba moverlo a los lados a continuación, pero la emoción que tenía Chromsa en aquel momento hizo que la bolsita cayera de vuelta a la mesa. -Pues sí. Para este parece que mantener la concentración va a ser muy importante.- dijo al comentario de Lethe. El resto del grupo empezó a bajar a desayunar (Chromsa les fue dando los buenos días según bajaban) y a preguntar por el hechizo. Un poco después Kolja habló y propuso hacer un concurso. -Bueno, sería bastante entretenido aunque no estoy muy seguro de qué podría hacer. Pero la idea desde luego la apoyo.- dijo el ochrorio.
Después un pensamiento se le pasó por la cabeza y se giró hacia la varmana diciendo: -Kahlo, estaba pensando una cosa. En teoría según lo que ponía en el grimorio el hechizo de levitación puede levantar incluso a una persona. Me preguntaba si con lo bien que se te da la magia podrías conseguirlo. ¿Por qué no lo intentas?-
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Silente
23/08/20, 03:39 pm
La pregunta de Kahlo consiguió romper el bloqueo de la clinger. Así que pasó de muda a, efectivamente, hablar atropelladamente.
—Tú… ¡Tú! Yo estaba e-en un sitio muy raro y una voz rara nos decía adivinanzas muy extrañas… ¡tú también estabas! —al darse cuenta de que no tenía ningún sentido, frenó un poco—. Era un sueño, no tiene sentido. Pero parecía… Me dio miedo.
—Tú… ¡Tú! Yo estaba e-en un sitio muy raro y una voz rara nos decía adivinanzas muy extrañas… ¡tú también estabas! —al darse cuenta de que no tenía ningún sentido, frenó un poco—. Era un sueño, no tiene sentido. Pero parecía… Me dio miedo.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Re: Torreón Silente
23/08/20, 09:17 pm
Alec les dejó espacio a los traductores de hechizos cuando se pusieron aquella tarde. Cogió uno de los libros que habían llevado de la biblioteca y subió a la azotea para leer. Cuando vio a Kahlo leyendo Crepúsculo no pudo evitar una risita baja. Estaba deseando ver si la chica se enganchaba a la saga. El escocés recordaba a su hermana pegada a los libros cuando habían salido con cariño ahora.
Cuando se empezó a hacer de noche bajó para echar una mano con la cena y después de cenar volvió a la azotea un rato. Observó los murciélagos flamígeros danzar por el cielo y cazar insectos con cierta envidia. Ellos eran libres para ir donde quisieran mientras que él y sus compañeros estaban encerrados en aquella maldita ciudad.
Miró hacia la catedral gigante cercana a las montañas que brillaba con su usual color preguntándose cuál era su papel en todo aquello. El libro de historia la mencionaba pero, como venía siendo costumbre en aquella ciudad, no era nada claro con su utilidad. Meneando la cabeza bajó a la habitación para dormir.
Se despertó como siempre, al alba, y bajó para hacer un buen desayuno para todos. Estuvo presente cuando la fruta levitó y cuando el lápiz cayó al suelo.
-Ya os digo yo que ese hechizo puede levantar a una persona - respondió con una sonrisa apoyado en la pared.- La que me trajo aquí me hizo eso mismo y me levantó unos cuantos centímetros. Si ella pudo seguro que vosotros también - comentó dándoles ánimos.
Enarcó una ceja al ver el estallido de palabras de Kradko, ¿una pesadilla? Eso parecía.
Cuando se empezó a hacer de noche bajó para echar una mano con la cena y después de cenar volvió a la azotea un rato. Observó los murciélagos flamígeros danzar por el cielo y cazar insectos con cierta envidia. Ellos eran libres para ir donde quisieran mientras que él y sus compañeros estaban encerrados en aquella maldita ciudad.
Miró hacia la catedral gigante cercana a las montañas que brillaba con su usual color preguntándose cuál era su papel en todo aquello. El libro de historia la mencionaba pero, como venía siendo costumbre en aquella ciudad, no era nada claro con su utilidad. Meneando la cabeza bajó a la habitación para dormir.
Se despertó como siempre, al alba, y bajó para hacer un buen desayuno para todos. Estuvo presente cuando la fruta levitó y cuando el lápiz cayó al suelo.
-Ya os digo yo que ese hechizo puede levantar a una persona - respondió con una sonrisa apoyado en la pared.- La que me trajo aquí me hizo eso mismo y me levantó unos cuantos centímetros. Si ella pudo seguro que vosotros también - comentó dándoles ánimos.
Enarcó una ceja al ver el estallido de palabras de Kradko, ¿una pesadilla? Eso parecía.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Silente
24/08/20, 09:12 pm
Vivió ambas situaciones a la vez, solapadas y confrontadas a sus sentimientos. Por un lado la conversación animada sobre el hechizo de levitación y algo de un concurso, por otro, Kradko. La varmana tenía los ojos bien abiertos, más a cuanto más oía.
—Cla-claro, ahora lo intento... —respondió a Chromsa débilmente sin despegar la vista de la clinger, a la cual no solo se había acercado, aceptando que la agarrase, sino que ella misma era quien buscaba ahora sus manos—. ¿La habitación... con dibujos en las paredes? —respondió en voz baja, tensa—. ¿La prueba y las penalizaciones?
Preguntaba sin necesidad de respuesta, estaba claro por lo poco que había descrito que habían soñado lo mismo. La pelirroja sujetó las manos de la pequeña mientras el pulso se le aceleraba en una creciente incertidumbre. ¿Había sido real? No habían salido del torreón, habían despertado en el mismo sitio en el que se habían acostado, pero... La cabeza le daba vueltas. Se le hizo un nudo en la garganta.
—Nos desterraron. Nos dijeron algo de la Luna... —dijo en un hilo de voz, incapaz de terminar la frase: que no saldría para ellas. Sus pupilas se dilataron, apretando inconscientemente las manos de Kradko—. Por la tierra santa...
¿Y si...? Kahlo se giró hacia Lethe, agobiada.
—¿Nos dejáis la traducción para intentar el hechizo, por favor? —dijo con nueva urgencia. Si les habían arrebatado la magia iba a entrar en pánico.
—Cla-claro, ahora lo intento... —respondió a Chromsa débilmente sin despegar la vista de la clinger, a la cual no solo se había acercado, aceptando que la agarrase, sino que ella misma era quien buscaba ahora sus manos—. ¿La habitación... con dibujos en las paredes? —respondió en voz baja, tensa—. ¿La prueba y las penalizaciones?
Preguntaba sin necesidad de respuesta, estaba claro por lo poco que había descrito que habían soñado lo mismo. La pelirroja sujetó las manos de la pequeña mientras el pulso se le aceleraba en una creciente incertidumbre. ¿Había sido real? No habían salido del torreón, habían despertado en el mismo sitio en el que se habían acostado, pero... La cabeza le daba vueltas. Se le hizo un nudo en la garganta.
—Nos desterraron. Nos dijeron algo de la Luna... —dijo en un hilo de voz, incapaz de terminar la frase: que no saldría para ellas. Sus pupilas se dilataron, apretando inconscientemente las manos de Kradko—. Por la tierra santa...
¿Y si...? Kahlo se giró hacia Lethe, agobiada.
—¿Nos dejáis la traducción para intentar el hechizo, por favor? —dijo con nueva urgencia. Si les habían arrebatado la magia iba a entrar en pánico.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Silente
24/08/20, 11:04 pm
Kradko se cortó en cuanto se dio cuenta de que la varmana sabía muy bien, demasiado bien de qué estaba hablando. Por si le quedara algún atisbo de dudas, las preguntas de Kahlo lo esfumaron.
—Siiiii… —dijo como si no la quisiera soltar esa ‘i’, tal como no quería soltar el brazo de su interlocutora. No solo esta tampoco parecía querer, sino que encima le sujetó las manos. Claramente necesitaba eso.
«Deste… rraron». Ni siquiera despierta sabía qué es un destierro, pero a razón de la reacción de su compañera y de lo que recordaba le quedó claro que nada bueno. Y todo eso de la luna y algo de la tierra santa. Y de repente Kahlo se puso a pedir el nuevo hechizo. Qué se supone que…
—N-no entiendo nada… —dijo con voz débil.
—Siiiii… —dijo como si no la quisiera soltar esa ‘i’, tal como no quería soltar el brazo de su interlocutora. No solo esta tampoco parecía querer, sino que encima le sujetó las manos. Claramente necesitaba eso.
«Deste… rraron». Ni siquiera despierta sabía qué es un destierro, pero a razón de la reacción de su compañera y de lo que recordaba le quedó claro que nada bueno. Y todo eso de la luna y algo de la tierra santa. Y de repente Kahlo se puso a pedir el nuevo hechizo. Qué se supone que…
—N-no entiendo nada… —dijo con voz débil.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
25/08/20, 12:52 am
Las confirmaciones de Lethe y Alec le hicieron dar saltitos en el sitio. No podía esperar a probarlo y pensaba hacerlo inmediatamente, ya que tenía el papel con el hechizo traducido aún en las manos, pero la interrupción de Kolja le distrajo.
-¿Un concurso? ¡Suena muy divertido! Aunque… los talentos de algunos de aquí requieren mucho tiempo -dijo mirando a Alec y Chromsa. Era muy complicado hacer una talla en madera decente en el tiempo que duraba un concurso y salvo en algunas ocasiones no solía ser muy entretenido para el espectador -¿Y si hacemos un recital mejor? No competimos, simplemente quien quiera que aporte algo. Podríamos cantar todos juntos o bailar todos juntos…
A Luci le gustaban los concursos y era bastante competitivo, pero también era estricto,intransigente y mal perdedor, y no era una parte de él que quisiera enseñar a sus compañeros.
Entonces Kahlo le pidió el hechizo para probarlo. Al ver la urgencia en su rostro Luci se asustó.
-¿Estás bien, Kahlo? ¿Te pasa algo? -preguntó con preocupación tendiéndole el papel inmediatamente. No solo la varmana, Kradko también parecía inquieta, nunca la había visto agarrarse así a Kahlo o al menos que Kahlo lo permitiera.
-¿Un concurso? ¡Suena muy divertido! Aunque… los talentos de algunos de aquí requieren mucho tiempo -dijo mirando a Alec y Chromsa. Era muy complicado hacer una talla en madera decente en el tiempo que duraba un concurso y salvo en algunas ocasiones no solía ser muy entretenido para el espectador -¿Y si hacemos un recital mejor? No competimos, simplemente quien quiera que aporte algo. Podríamos cantar todos juntos o bailar todos juntos…
A Luci le gustaban los concursos y era bastante competitivo, pero también era estricto,intransigente y mal perdedor, y no era una parte de él que quisiera enseñar a sus compañeros.
Entonces Kahlo le pidió el hechizo para probarlo. Al ver la urgencia en su rostro Luci se asustó.
-¿Estás bien, Kahlo? ¿Te pasa algo? -preguntó con preocupación tendiéndole el papel inmediatamente. No solo la varmana, Kradko también parecía inquieta, nunca la había visto agarrarse así a Kahlo o al menos que Kahlo lo permitiera.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Silente
26/08/20, 11:01 am
Amira se alegró un montón al ver a Luci haciendo magia y algo más animado: la verdad es que le dolía un poco haberle visto tan alicaído los últimos tiempos. Ver a Lethe levantando un lápiz y a Chromsa su zurrón también la emocionó levemente: se lo estaban pasando bastante bien, y eso que aún no habían probado a levitarse a sí mismos. Volar sería sin duda lo mejor que le había pasado en la ciudad, y aunque no tenía claro que todos pudieran hacerlo, a lo mejor Kahlo sí, y podrían probarlo.
Kolja sugirió hacer un concurso de talentos, cosa que a Amira le hubiera hecho ilusión…en la Tierra. Allí sentía que su único talento, que era coser y hacer armaduras de personajes ficticios, no valía de nada. No tenía telas, ni una máquina… ni siquiera podía patronar sin tener imágenes de referencia. No había nada más que supiera hacer, pero era una idea tan divertida que le daría pena no participar en ella.
—¡Estoy con Luci! —sonrió, animada por su idea. En aquello sí podía participar, y no iba a ocultar que le apetecía— ¡Yo me apunto a lo de bailar juntos si lo hacemos!
A pesar de toda la buena actitud que parecía haber en el torreón ese día, había algo más. No había estado muy atenta a la conversación de Kahlo y Kradko, pero le parecía raro que la varmana aceptara el contacto de la clinger tan abiertamente. Y luego, aquella urgencia en sus palabras al pedir el hechizo… algo no iba bien. Puede que no fuera nada, claro, pero no podía quitarse el pensamiento de la cabeza.
—Si pasa algo podéis contárnoslo… —añadió a las preguntas de Luci.
Kolja sugirió hacer un concurso de talentos, cosa que a Amira le hubiera hecho ilusión…en la Tierra. Allí sentía que su único talento, que era coser y hacer armaduras de personajes ficticios, no valía de nada. No tenía telas, ni una máquina… ni siquiera podía patronar sin tener imágenes de referencia. No había nada más que supiera hacer, pero era una idea tan divertida que le daría pena no participar en ella.
—¡Estoy con Luci! —sonrió, animada por su idea. En aquello sí podía participar, y no iba a ocultar que le apetecía— ¡Yo me apunto a lo de bailar juntos si lo hacemos!
A pesar de toda la buena actitud que parecía haber en el torreón ese día, había algo más. No había estado muy atenta a la conversación de Kahlo y Kradko, pero le parecía raro que la varmana aceptara el contacto de la clinger tan abiertamente. Y luego, aquella urgencia en sus palabras al pedir el hechizo… algo no iba bien. Puede que no fuera nada, claro, pero no podía quitarse el pensamiento de la cabeza.
—Si pasa algo podéis contárnoslo… —añadió a las preguntas de Luci.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Silente
26/08/20, 12:08 pm
El resto del torreón comenzó a congregarse alrededor del grupo que practicaba con el hechizo de levitación. Asintió a Kahlo cuando preguntó por ello, interesada en que la varmana probase a realizarlo y ver qué podía hacer ella con su superior habilidad. Pero llegó Kradko en ese momento y hubo un intercambio un tanto extraño entre ellas dos que al parecer ocupaba la mente de ambas mucho más que la magia.
Kolja hizo una sugerencia que la enderth no entendía en absoluto y tan solo frunció ligeramente el ceño mientras escuchaba las respuestas del resto.
—No entiendo muy bien el propósito de algo así, pero solo destaco en algo que no me es posible realizar —resopló ligeramente: nunca le gustaba recordar que no había pescado ni un solo pez desde que llegó a aquel estercolero.
La propuesta de Luci le tuvo más o menos el mismo sentido. Bueno, no: la música le gustaba y creía que podría llegar a disfrutar de un coro de gente que cantase bien, pero ella desde luego no se contaba en ese grupo.
Cuando Kahlo les pidió el hechizo el daeliciano se le adelantó para ofrecérselo, por lo que la enderth tan solo hizo un gesto con la mano como queriendo decir “sírvete”. Tenía mucha curiosidad por lo que fuera que estuviese ocurriendo entre ella y la clinger; aunque también quería comprobar si la varmana era capaz de volar con el hechizo.
Kolja hizo una sugerencia que la enderth no entendía en absoluto y tan solo frunció ligeramente el ceño mientras escuchaba las respuestas del resto.
—No entiendo muy bien el propósito de algo así, pero solo destaco en algo que no me es posible realizar —resopló ligeramente: nunca le gustaba recordar que no había pescado ni un solo pez desde que llegó a aquel estercolero.
La propuesta de Luci le tuvo más o menos el mismo sentido. Bueno, no: la música le gustaba y creía que podría llegar a disfrutar de un coro de gente que cantase bien, pero ella desde luego no se contaba en ese grupo.
Cuando Kahlo les pidió el hechizo el daeliciano se le adelantó para ofrecérselo, por lo que la enderth tan solo hizo un gesto con la mano como queriendo decir “sírvete”. Tenía mucha curiosidad por lo que fuera que estuviese ocurriendo entre ella y la clinger; aunque también quería comprobar si la varmana era capaz de volar con el hechizo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
28/08/20, 01:22 am
—¿Recuerdas lo que nos dijo Wheem ayer? Es la Luna la que nos da la magia—dijo a Kradko apretando suavemente sus manos—. Si el hechizo funciona... estamos bien —en realidad no podía decirlo con certeza, pero necesitaba agarrarse a algo para no entrar en pánico. No quería perder su don, igual que no quería acabar en el vasto desierto de su sueño.
Luci le tendió el papel, el cual leyó detenidamente después de hacerle un gesto a él y a Amira pidiendo tiempo. Si se detenía a explicar lo que había pasado solo se pondría más nerviosa. Lo repasó mentalmente un par de veces antes de ponerlo a prueba con un trozo de pan. Se le trabó la lengua a mitad de camino en el primer intento y eso solo le hizo poner el cuerpo más tenso aún. A la segunda sin embargo, el pan empezó a flotar. El característico cosquilleo de la magia le subió por el cuello como un escalofrío y se sintió como gloria; el panecillo flotaba de un lado a otro y de no ser por el susto previo Kahlo se habría deleitado haciéndolo bailar un buen rato más. Suspiró con alivio, dejando caer los hombros junto con el pan. Definitivamente, no quería perder la magia.
—Menos mal... —miró a Kradko con una sonrisa cohibida, insegura de si podían realmente cantar victoria. Si otros podían levantar cosas pequeñas a lo mejor sí que tenía que apuntar a algo más grande. Se fijó en Qirra, la más pequeña del grupo—. ¿Te importa?
Si a las malas fallaba a medias la reptil podía volar, aunque Kahlo se esforzaría en que eso no fuera necesario. Se reajustó los anillos de una mano, concentrándose bien antes de lanzar el hechizo. La sensación era indudablemente distinta, como si de verdad estuviera levantando algo mucho más pesado, e inconscientemente hizo el gesto de elevarla como si fuera un mimo. Más tardía que el pan Qirra empezó a flotar, dejando las patitas en el aire, arrebatándole así una sonrisa aún mayor. La mantuvo en el aire unos segundos, moviéndola en pequeños toques antes de dejarla en el suelo con delicadeza. Se contuvo un ruidito de alegría y le pasó el papel a la clinger.
—Prueba tú, Kradko —ahora tocaba la otra parte, la parte que le quitó un buen trozo de alegría de la cara. Se mordió el labio y se llevó una mano al codo del otro brazo, mirando al daeliciano y la humana—. No sé como... pero parece que Kradko y yo hemos soñado lo mismo —lanzó una mirada dubitativa a la clinger—. No ha sido como soñar algo parecido, sino que... podíamos interactuar la una con la otra. Como si hubiéramos estado conectadas dentro del mismo sueño —lo cierto es que no quería dar detalles, ni pararse a pensar en las peores partes del mismo—. Pero no acababa muy bien. ¿Quizá sea por eso que nos comentó Wheem ayer, por la influencia de la Luna? A Kradko y a mi nos cuesta menos la magia después de todo, a lo mejor... tiene algo que ver.
Por la forma en la que miraba a la menor y arrastraba el pie estaba claro que solo eran suposiciones. Sus argumentos sonaban lógicos dentro de lo que cabe, hasta la calmaban, pero... seguían siendo cosas muy fantásticas a sus oídos. Y eso que acababa de hacer volar a un pan y a una minidragona, que podía ver a través de las paredes y levantar un escudo invisible si quería. Si Kradko también podía hacer el hechizo se quedaría mucho más tranquila. No habrían perdido nada. Aparentemente.
Luci le tendió el papel, el cual leyó detenidamente después de hacerle un gesto a él y a Amira pidiendo tiempo. Si se detenía a explicar lo que había pasado solo se pondría más nerviosa. Lo repasó mentalmente un par de veces antes de ponerlo a prueba con un trozo de pan. Se le trabó la lengua a mitad de camino en el primer intento y eso solo le hizo poner el cuerpo más tenso aún. A la segunda sin embargo, el pan empezó a flotar. El característico cosquilleo de la magia le subió por el cuello como un escalofrío y se sintió como gloria; el panecillo flotaba de un lado a otro y de no ser por el susto previo Kahlo se habría deleitado haciéndolo bailar un buen rato más. Suspiró con alivio, dejando caer los hombros junto con el pan. Definitivamente, no quería perder la magia.
—Menos mal... —miró a Kradko con una sonrisa cohibida, insegura de si podían realmente cantar victoria. Si otros podían levantar cosas pequeñas a lo mejor sí que tenía que apuntar a algo más grande. Se fijó en Qirra, la más pequeña del grupo—. ¿Te importa?
Si a las malas fallaba a medias la reptil podía volar, aunque Kahlo se esforzaría en que eso no fuera necesario. Se reajustó los anillos de una mano, concentrándose bien antes de lanzar el hechizo. La sensación era indudablemente distinta, como si de verdad estuviera levantando algo mucho más pesado, e inconscientemente hizo el gesto de elevarla como si fuera un mimo. Más tardía que el pan Qirra empezó a flotar, dejando las patitas en el aire, arrebatándole así una sonrisa aún mayor. La mantuvo en el aire unos segundos, moviéndola en pequeños toques antes de dejarla en el suelo con delicadeza. Se contuvo un ruidito de alegría y le pasó el papel a la clinger.
—Prueba tú, Kradko —ahora tocaba la otra parte, la parte que le quitó un buen trozo de alegría de la cara. Se mordió el labio y se llevó una mano al codo del otro brazo, mirando al daeliciano y la humana—. No sé como... pero parece que Kradko y yo hemos soñado lo mismo —lanzó una mirada dubitativa a la clinger—. No ha sido como soñar algo parecido, sino que... podíamos interactuar la una con la otra. Como si hubiéramos estado conectadas dentro del mismo sueño —lo cierto es que no quería dar detalles, ni pararse a pensar en las peores partes del mismo—. Pero no acababa muy bien. ¿Quizá sea por eso que nos comentó Wheem ayer, por la influencia de la Luna? A Kradko y a mi nos cuesta menos la magia después de todo, a lo mejor... tiene algo que ver.
Por la forma en la que miraba a la menor y arrastraba el pie estaba claro que solo eran suposiciones. Sus argumentos sonaban lógicos dentro de lo que cabe, hasta la calmaban, pero... seguían siendo cosas muy fantásticas a sus oídos. Y eso que acababa de hacer volar a un pan y a una minidragona, que podía ver a través de las paredes y levantar un escudo invisible si quería. Si Kradko también podía hacer el hechizo se quedaría mucho más tranquila. No habrían perdido nada. Aparentemente.
- ♪♫♬:
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Silente
28/08/20, 05:27 pm
A medida que todos los demás se reunieron, Adam estuvo medio atento a la raro conversación de Kahlo y Kradko. No pretendía ser un cotilla ni mucho menos pero el tema que hablaron fue interesante para el ruso, comprendiendo a medias acerca de lo que trataba la platica.
Se le subieron los ánimos al escuchar la proposición de Kolja, un concurso de talentos. Asintió en silencio pero con aprobación ante esa idea, aunque no es que se viese a sí mismo como alguien talentoso y menos con la magia. Pero Luci propuso otra cosa, un recital. A Adam se le iluminó el rostro, teniendo una vaga idea que le gustaba.
—Cantar no se si puedo pero, ¿es posible hacer más tambores? —Adam juntó sus palmas, dejándose llevar por la emoción del momento—. Me encantaría que pudiésemos tocar música juntos, así hay algo de ritmo, ¿no? —terminó de decir mirando a Kradko y Luci de reojo.
Soltó un ligero chillido al ver a Qirra volando no por sus alas, por la magia de Kahlo. La granta infundía mucho respeto en el ruso.
Se le subieron los ánimos al escuchar la proposición de Kolja, un concurso de talentos. Asintió en silencio pero con aprobación ante esa idea, aunque no es que se viese a sí mismo como alguien talentoso y menos con la magia. Pero Luci propuso otra cosa, un recital. A Adam se le iluminó el rostro, teniendo una vaga idea que le gustaba.
—Cantar no se si puedo pero, ¿es posible hacer más tambores? —Adam juntó sus palmas, dejándose llevar por la emoción del momento—. Me encantaría que pudiésemos tocar música juntos, así hay algo de ritmo, ¿no? —terminó de decir mirando a Kradko y Luci de reojo.
Soltó un ligero chillido al ver a Qirra volando no por sus alas, por la magia de Kahlo. La granta infundía mucho respeto en el ruso.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carismaPersonajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Silente
29/08/20, 12:24 am
La idea no le pareció mal a Kahlo, por lo que no tardó en coger el papel donde habían apuntado la fórmula. Chromsa notó en ese momento que algo no iba del todo bien. Desde que había bajado, Kradko se había agarrado a la joven y ambas tenían una expresión intranquila, cómo si les hubiera pasado algo.
-Si necesitáis hablar de algo, nos tenéis aquí.- dijo sumándose al resto que se habían preocupado por las dos.
Observó primero como Kahlo levantaba un poco de pan después de haber repasado el hechizo. Aquello era de esperar, con el don que tenía aquello debía ser fácil. Lo que si miró con mucha expectación fue cuando se dispuso a levantar a Qirra. Tenía fe en que lo conseguiría, pero aun así siempre había una posibilidad de que hasta ella tuviera un límite. Cuando la lagarta se elevó gracias a la magia, el ochrorio dijo impresionado: -¡Santa Acromía! ¡Lo has conseguido Kahlo!- Se alegró de que la varmana se hubiera calmado un poco con aquello, aunque justo después de terminar empezó a hablar sobre qué les había ocurrido.
Chromsa escuchó con atención. Sin duda era la primera vez que escuchaba de dos personas que compartía un mismo sueño. Si eso ya de por sí podía preocupar, no le extrañó que siendo una pesadilla estuvieran tan asustadas. Kahlo además dejó una teoría que empezó a darle vueltas en la cabeza al ochrorio. -Bueno, no se muy bien cómo funciona, pero es posible. Creo que estás en lo correcto con la influencia de la Luna en esto, yo tuve ayer un sueño muy extraño que también acabó mal y recuerdo que Adam también lo tuvo hace tiempo. Aunque no se porque nos influenciaría en algo así, al fin y al cabo son sueños, no es comparable a que despierte nuestra magia ¿A alguien más le ha pasado?- La Luna fue desde el principio un enigma para Chromsa, pero cada vez entendía menos qué es lo que les estaba haciendo y por qué era tan importante en esa ciudad.
-Si necesitáis hablar de algo, nos tenéis aquí.- dijo sumándose al resto que se habían preocupado por las dos.
Observó primero como Kahlo levantaba un poco de pan después de haber repasado el hechizo. Aquello era de esperar, con el don que tenía aquello debía ser fácil. Lo que si miró con mucha expectación fue cuando se dispuso a levantar a Qirra. Tenía fe en que lo conseguiría, pero aun así siempre había una posibilidad de que hasta ella tuviera un límite. Cuando la lagarta se elevó gracias a la magia, el ochrorio dijo impresionado: -¡Santa Acromía! ¡Lo has conseguido Kahlo!- Se alegró de que la varmana se hubiera calmado un poco con aquello, aunque justo después de terminar empezó a hablar sobre qué les había ocurrido.
Chromsa escuchó con atención. Sin duda era la primera vez que escuchaba de dos personas que compartía un mismo sueño. Si eso ya de por sí podía preocupar, no le extrañó que siendo una pesadilla estuvieran tan asustadas. Kahlo además dejó una teoría que empezó a darle vueltas en la cabeza al ochrorio. -Bueno, no se muy bien cómo funciona, pero es posible. Creo que estás en lo correcto con la influencia de la Luna en esto, yo tuve ayer un sueño muy extraño que también acabó mal y recuerdo que Adam también lo tuvo hace tiempo. Aunque no se porque nos influenciaría en algo así, al fin y al cabo son sueños, no es comparable a que despierte nuestra magia ¿A alguien más le ha pasado?- La Luna fue desde el principio un enigma para Chromsa, pero cada vez entendía menos qué es lo que les estaba haciendo y por qué era tan importante en esa ciudad.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Torreón Silente
29/08/20, 06:02 pm
Kolja se animó al ver que su idea no caía en saco roto, pero cuando Luci propuso una idea diferente se le borró la sonrisa, incluso palideció un poco.
-Ca...- se trabó, tragando saliva- ¿Cantar? ¿Quereis cantar y bailar? ¿Todos juntos? Yo..., no se si podría participar en algo así, no canto y mucho menos bailo, por lo menos de una forma medio decente- dijo mientras sentía un sudor frió recorriendole la espalda y la cara lo suficientemente caliente como para freír un huevo.
Rápidamente se distrajo con la imagen de la gatita levantando a la pequeña dragona en el aire, haciendo gala de su bien conocida superioridad mágica. Aquella vez especialmente parecía que le iba la vida en ello, que no había nada más importante en aquel momento que conseguir levantar a Qirra en el aire. Y no era la única que parecía trastocada, la chica bicho también daba la impresión de estar muy afectada por algo. Cuando por fin explicaron por que estaban tan raras, el alemán frunció el ceño, desconcertado y muy serio. Ya iban varios de ellos que se habían quejado de algún sueño especialmente vivido y terrorifico, pero aquella vez les había pasado a dos compañeras y habían tenido exactamente el mismo sueño, como si se tratase de una experiencia extracorporea. Aquella ciudad realmente no dejaba de sorprenderlos con sus locuras.
-Ca...- se trabó, tragando saliva- ¿Cantar? ¿Quereis cantar y bailar? ¿Todos juntos? Yo..., no se si podría participar en algo así, no canto y mucho menos bailo, por lo menos de una forma medio decente- dijo mientras sentía un sudor frió recorriendole la espalda y la cara lo suficientemente caliente como para freír un huevo.
Rápidamente se distrajo con la imagen de la gatita levantando a la pequeña dragona en el aire, haciendo gala de su bien conocida superioridad mágica. Aquella vez especialmente parecía que le iba la vida en ello, que no había nada más importante en aquel momento que conseguir levantar a Qirra en el aire. Y no era la única que parecía trastocada, la chica bicho también daba la impresión de estar muy afectada por algo. Cuando por fin explicaron por que estaban tan raras, el alemán frunció el ceño, desconcertado y muy serio. Ya iban varios de ellos que se habían quejado de algún sueño especialmente vivido y terrorifico, pero aquella vez les había pasado a dos compañeras y habían tenido exactamente el mismo sueño, como si se tratase de una experiencia extracorporea. Aquella ciudad realmente no dejaba de sorprenderlos con sus locuras.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Silente
30/08/20, 10:50 pm
—Entonces…
Se detuvo cuando por fin se dio cuenta de a qué se refería la varmana. Al momento se puso a conjurar un hechizo cualquiera. Por fortuna, se detuvo en cuanto se dio cuenta de que soltar de repente un impacto no iba a ser muy apropiado. En su lugar, pensó que no le iría mal una limpieza a su capa. Aunque nerviosa, el conjuro salió a la primera. Aquello la tranquilizó un poco.
Pedir la atención de Kahlo para contarle su suceso le pareció que podría tener consecuencias similares a interrumpir a un pescador mientras picaban la caña. En su lugar, aprovechó que ya se encontraba a su lado para echar un ojo también a las notas traducidas del nuevo conjuro. No parecía ni más sencillo ni más complicado que otros que había visto.
—¡Te ha salido! —exclamó tras el suceso de Kahlo con el trozo de pan.
Pero la varmana no estaba contenta aún. Kradko pensó que igual debería ofrecerse ella para levitar en lugar de Qirra, pero ella no parecía tener ningún problema por ser sujeto de pruebas. Parecía más complicado que levantar un trozo de pan. «Igual es porque es más grande o pesa más» supuso, por una vez, acertadamente. Para cuando le pidió que probara, ella ya estaba preparada.
—No debería ser problema…
Confiada por su suceso anterior y el de Kahlo, levantar una cesta vacía tampoco le resultó especialmente complicado. Se sintió orgullosa de sí misma por haberlo logrado a la primera, pero aquello también le hizo perder la concentración y que la cesta cayera. Fuera como fuera, le había quedado claro que era perfectamente capaz de realizarlo.
—¡Sí! —La explicación de Kahlo no le pareció ni la punta del iceberg, pero debía servir. Aún le daba algo de miedo—. ¡Sí sí sí! Fue muy extraño y… Nunca he tenido un sueño con otra persona. ¿Es algo muy raro?
Por las reacciones de sus compañeros le quedó claro enseguida que nunca habían pasado por algo similar, aunque también tuvieran su ración de sueños extraños.
No se paró a pensar mucho a la divertida sugerencia de recital. El sueño seguía dando vueltas en su cabeza, aunque ya no tan vívido como unos minutos atrás.
Se detuvo cuando por fin se dio cuenta de a qué se refería la varmana. Al momento se puso a conjurar un hechizo cualquiera. Por fortuna, se detuvo en cuanto se dio cuenta de que soltar de repente un impacto no iba a ser muy apropiado. En su lugar, pensó que no le iría mal una limpieza a su capa. Aunque nerviosa, el conjuro salió a la primera. Aquello la tranquilizó un poco.
Pedir la atención de Kahlo para contarle su suceso le pareció que podría tener consecuencias similares a interrumpir a un pescador mientras picaban la caña. En su lugar, aprovechó que ya se encontraba a su lado para echar un ojo también a las notas traducidas del nuevo conjuro. No parecía ni más sencillo ni más complicado que otros que había visto.
—¡Te ha salido! —exclamó tras el suceso de Kahlo con el trozo de pan.
Pero la varmana no estaba contenta aún. Kradko pensó que igual debería ofrecerse ella para levitar en lugar de Qirra, pero ella no parecía tener ningún problema por ser sujeto de pruebas. Parecía más complicado que levantar un trozo de pan. «Igual es porque es más grande o pesa más» supuso, por una vez, acertadamente. Para cuando le pidió que probara, ella ya estaba preparada.
—No debería ser problema…
Confiada por su suceso anterior y el de Kahlo, levantar una cesta vacía tampoco le resultó especialmente complicado. Se sintió orgullosa de sí misma por haberlo logrado a la primera, pero aquello también le hizo perder la concentración y que la cesta cayera. Fuera como fuera, le había quedado claro que era perfectamente capaz de realizarlo.
—¡Sí! —La explicación de Kahlo no le pareció ni la punta del iceberg, pero debía servir. Aún le daba algo de miedo—. ¡Sí sí sí! Fue muy extraño y… Nunca he tenido un sueño con otra persona. ¿Es algo muy raro?
Por las reacciones de sus compañeros le quedó claro enseguida que nunca habían pasado por algo similar, aunque también tuvieran su ración de sueños extraños.
No se paró a pensar mucho a la divertida sugerencia de recital. El sueño seguía dando vueltas en su cabeza, aunque ya no tan vívido como unos minutos atrás.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
31/08/20, 09:14 pm
Kahlo pareció aliviarse cuando pudo hacer el hechizo. Luci la vitoreó, también cuando consiguió levantar a Qirra del suelo sin tocarla. Iba a ser un hechizo MUY útil, desde luego.
La explicación sobre los nervios de la varmana y la clinger interrumpió la práctica. Luci notó cómo el corazón se le aceleraba al oírlas hablar. Él había tenido un sueño así. No compartido, pero sí tan vívido y terrorífico que había parecido real. Miró a Kolja de reojo, el único que lo sabía, luego a Adam. Chromsa también había tenido uno de esos, al parecer. ¿Es que todos iban a tener uno? Prefirieron aparcar el tema por el momento. Siguieron un poco con la práctica aunque no sacaron mucho más. Los hechizos nuevos siempre cansaban. Por el momento Luci no parecía capaz de levantar nada más pesado que una fruta, y en el futuro así se confirmó.
La idea de Kolja sobre el concurso de talentos y su sugerencia para adaptarla calaron bien. Desde luego después de ver la reacción del alemán Luci no podía dejarlo escapar. Todos los que se apuntaron a contribuir con algo se aplicaron a conciencia y Luci no fue menos. Dejó aparcadas sus actividades en solitario para unirse a los ensayos y las tormentas de ideas sobre lo que podrían hacer. Al final les quedó algo bastante decente y se lo pasaron bien (insertar link del inciso).
A partir de ahí las cosas no fueron tan bien. Luci se volcó en su libro de historias y eso acabó provocando que volviese a aislarse en su armario, aunque después del primer mes pidió retomar tanto las clases de música como las de esgrima con Kahlo. Dejó, sin embargo, las de cocina, y se limitó a cocinar para sí mismo. Por alguna razón, la comida de sus compañeros no terminaba de sentarle bien, o eso creía. Había adelgazado muchísimo, tanto que por primera vez desde que tenía memoria sintió desagrado por su propio cuerpo. Empezó a usar ropa ancha como blusones y vestidos largos, también se acostumbró a usar el blanco en casi todos sus conjuntos. Ya se había mentalizado de que no iban a recriminarle ni mirarle mal por ello, estaba claro que el color no tenía el mismo efecto a ojos de sus compañeros, así que se volvió un color reconfortante: un recuerdo de su padre y de sus rosas.
La morriña le atacaba más a menudo de lo que le hubiese gustado, y cuando lo hacía no podía hacer más que esconderse a llorar abrazado al jersey de su madre, a sus zapatillas de borlones, o ponerse una gotita de lubricante de fresa en la muñeca para disfrutar de su olor. A esas alturas se suponía que ya debería estar acostumbrado a la ciudad: a sus colores sosos, a sus olores asquerosos (incluido el de la ceniza), a su falta de música, de belleza, de estímulos… pero no podía. Simplemente no podía. Por mucho que se esmerase con sus tareas, sus entrenamientos o sus clases de magia sentía que estaba muerto por dentro.
Un día, en un arrebato de pánico espoleado por una pesadilla cogió un arco y trató de imitar a Reina y Lethe y tomó un arco. Se hizo un corte muy feo en la mano solo intentando tensarlo así que probó con la ballesta. Entrenaba poco con ella, de manera inconstante, pero nunca terminaba de abandonarla del todo.
El pasar de las páginas de su libro mágico (insertar link del inciso) era su único consuelo. A pesar del miedo que le provocaba, el hastío hacía que desease que la maldita Luna saliese de una vez. De cara a sus compañeros el cambio en su talante y su actitud se hicieron evidentes, pues ya ni se molestaba en fingir. Había momentos en los que volvía a su antiguo yo, menos entusiasta tal vez, o con menos saltos y gritos, pero Luci casi parecía un espectro del niño que había sido al llegar.
La segunda visita al palacete fue una salvación (la única vez que salió del torreón en tres meses para algo que no fuera buscar papel y tinta en la biblioteca) Pudo cortarse la melena desastrada en la que se había convertido su pelo y cubrir un poco las necesidades sensoriales de las que la ciudad le privaba. Cuando tuvieron que marcharse se sintió morir un poco por dentro.
*
Esa mañana Luci se dio cuenta de que se había quedado sin espacio para dibujar en su armario. Miró con desgana el mural monstruoso de trazos negros, rojos y azules que cubría toda la madera del mueble y suspiró. Tenía varios tablones repartidos por la habitación, algunos con autorretratos que había quemado. Tendría que bajar a la armería a robar algún escudo inservible o secuestrar algún mueble que nadie fuera a echar de menos.
La explicación sobre los nervios de la varmana y la clinger interrumpió la práctica. Luci notó cómo el corazón se le aceleraba al oírlas hablar. Él había tenido un sueño así. No compartido, pero sí tan vívido y terrorífico que había parecido real. Miró a Kolja de reojo, el único que lo sabía, luego a Adam. Chromsa también había tenido uno de esos, al parecer. ¿Es que todos iban a tener uno? Prefirieron aparcar el tema por el momento. Siguieron un poco con la práctica aunque no sacaron mucho más. Los hechizos nuevos siempre cansaban. Por el momento Luci no parecía capaz de levantar nada más pesado que una fruta, y en el futuro así se confirmó.
La idea de Kolja sobre el concurso de talentos y su sugerencia para adaptarla calaron bien. Desde luego después de ver la reacción del alemán Luci no podía dejarlo escapar. Todos los que se apuntaron a contribuir con algo se aplicaron a conciencia y Luci no fue menos. Dejó aparcadas sus actividades en solitario para unirse a los ensayos y las tormentas de ideas sobre lo que podrían hacer. Al final les quedó algo bastante decente y se lo pasaron bien (insertar link del inciso).
A partir de ahí las cosas no fueron tan bien. Luci se volcó en su libro de historias y eso acabó provocando que volviese a aislarse en su armario, aunque después del primer mes pidió retomar tanto las clases de música como las de esgrima con Kahlo. Dejó, sin embargo, las de cocina, y se limitó a cocinar para sí mismo. Por alguna razón, la comida de sus compañeros no terminaba de sentarle bien, o eso creía. Había adelgazado muchísimo, tanto que por primera vez desde que tenía memoria sintió desagrado por su propio cuerpo. Empezó a usar ropa ancha como blusones y vestidos largos, también se acostumbró a usar el blanco en casi todos sus conjuntos. Ya se había mentalizado de que no iban a recriminarle ni mirarle mal por ello, estaba claro que el color no tenía el mismo efecto a ojos de sus compañeros, así que se volvió un color reconfortante: un recuerdo de su padre y de sus rosas.
La morriña le atacaba más a menudo de lo que le hubiese gustado, y cuando lo hacía no podía hacer más que esconderse a llorar abrazado al jersey de su madre, a sus zapatillas de borlones, o ponerse una gotita de lubricante de fresa en la muñeca para disfrutar de su olor. A esas alturas se suponía que ya debería estar acostumbrado a la ciudad: a sus colores sosos, a sus olores asquerosos (incluido el de la ceniza), a su falta de música, de belleza, de estímulos… pero no podía. Simplemente no podía. Por mucho que se esmerase con sus tareas, sus entrenamientos o sus clases de magia sentía que estaba muerto por dentro.
Un día, en un arrebato de pánico espoleado por una pesadilla cogió un arco y trató de imitar a Reina y Lethe y tomó un arco. Se hizo un corte muy feo en la mano solo intentando tensarlo así que probó con la ballesta. Entrenaba poco con ella, de manera inconstante, pero nunca terminaba de abandonarla del todo.
El pasar de las páginas de su libro mágico (insertar link del inciso) era su único consuelo. A pesar del miedo que le provocaba, el hastío hacía que desease que la maldita Luna saliese de una vez. De cara a sus compañeros el cambio en su talante y su actitud se hicieron evidentes, pues ya ni se molestaba en fingir. Había momentos en los que volvía a su antiguo yo, menos entusiasta tal vez, o con menos saltos y gritos, pero Luci casi parecía un espectro del niño que había sido al llegar.
La segunda visita al palacete fue una salvación (la única vez que salió del torreón en tres meses para algo que no fuera buscar papel y tinta en la biblioteca) Pudo cortarse la melena desastrada en la que se había convertido su pelo y cubrir un poco las necesidades sensoriales de las que la ciudad le privaba. Cuando tuvieron que marcharse se sintió morir un poco por dentro.
*
Esa mañana Luci se dio cuenta de que se había quedado sin espacio para dibujar en su armario. Miró con desgana el mural monstruoso de trazos negros, rojos y azules que cubría toda la madera del mueble y suspiró. Tenía varios tablones repartidos por la habitación, algunos con autorretratos que había quemado. Tendría que bajar a la armería a robar algún escudo inservible o secuestrar algún mueble que nadie fuera a echar de menos.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Silente
01/09/20, 12:43 am
Alec escuchó lo que había pasado con el sueño de las dos chicas con el ceño fruncido. Aquello desde luego era raro, era posible que el resto tuviera razón y fuera cosa de la Luna.
-No sé qué deciros, yo no he tenido ningún tipo de sueño raro - dijo mientras aquel ligero olor a hierro volvía a extenderse desde su persona.- Pero si algún día me pasa os aviso.
Observó a Qirra alzarse en el aire por cuenta de Kahlo con una ligera sonrisa de aprobación. Sus compañeros seguían avanzando en el camino de la magia, mientras tanto el escocés seguía estancado con aquel tema. Probaba todos los días por si acaso pero no había éxito alguno. No sentía aquello que el resto sí, un cosquilleo y algo fluir hacia afuera.
El olor a plata vieja de la magia se fundió con el olor a hierro del granjero provocando que éste arrugara la nariz.
-Cantar y bailar... ¿puedo ser juez? - preguntó intentando escaquearse. Ni cantaba mal ni bailaba mal, simplemente no era algo que le gustase hacer en público. A no ser que fuese algo bebido, cosa que no iba a ser para nada el caso.
El resto del día lo pasaron tranquilos en el torreón. Alec cogió uno de los libros que había por el torreón y subió a la azotea como siempre. Su aburrimiento llegó a tal punto que se había planteado coger el de Crepúsculo de Kahlo pero al final no lo hizo.
Pasaron los días y lo más reseñable para el escocés fue el cierre del portal de un mundo vinculado y que se había alterado la relación de la ciudad con otros dos. El término lo conocía gracias al libro de historia pero hasta donde sabía pocas veces se había cerrado el portal a un mundo. La ciudad solo lo hacía cuando no podían conquistar un territorio por ser muy peligroso. Se preguntó si sería el caso.
Por el resto lo pasó como siempre, cocinando, entrenando, leyendo y mirando desde la azotea la ciudad. Todos los días le parecían iguales, un sol flojo que iluminaba pero apenas calentaba, unos atardeceres ventosos y unas noches heladas. Aquella ciudad era rara la mirases por donde la mirases, pero qué podía esperar de un lugar donde la magia estaba a la orden del día.
El tiempo fue pasando y su relación con el resto se estrechó. De vez en cuando Alec usaba un cuchillo para recortarse la barba. Seguía entrenando y mejorando de forma considerable con el martillo de guerra, sobretodo cuando Kolja le hizo una puesta a punto.
No dejó de probar con la magia a pesar de recibir siempre el mismo resultado. Tenía la esperanza de un día descubrir que podía hacerla y dejar de sentirse tan inútil en comparación a los que sí podían realizar. Llegó a aprenderse algunos hechizos de memoria de tanto intentarlo.
No sufrieron más encontronazos con el lagarto asesino durante ese tiempo cosa que hizo que el escocés se relajase un tanto. Y la visita al palacete fue un soplo de viento fresco a la monotonía de siempre. No hubo una sola salida a la que el chico no se apuntase.
Por supuesto en aquellos meses la añoranza le empezaba a pesar más que nunca. Añoraba trabajar en la granja, ir a clase, jugar con sus hermanos, comer en familia, las discusiones con su hermana mayor por el tiempo de ducha. Había otras cosas que echaba de menos, como sentarse con su mejor amigo a tomar una copa de whisky cuando sus padres se iban. Y el sexo, lo echaba mucho de menos.
Alec siempre había sido muy activo en ese sentido, desde que había perdido la virginidad nunca había pasado tanto tiempo sin ello y aquellos meses le estaban matando lentamente. La masturbación estaba empezando a ser insuficiente, o no en la cantidad necesaria ya que no podía encerrarse en el baño varias horas. Estaba empezando a ver a alguno de sus compañeros hasta con otros ojos.
Aquella mañana Alec se preparó para la salida, iban cortos de comida y no habían podido echarle mano a las cestas aquel día. Tocaba ir a por ellas a donde los pozos.
-Buenos días - saludó según fue encontrándose con gente.
-No sé qué deciros, yo no he tenido ningún tipo de sueño raro - dijo mientras aquel ligero olor a hierro volvía a extenderse desde su persona.- Pero si algún día me pasa os aviso.
Observó a Qirra alzarse en el aire por cuenta de Kahlo con una ligera sonrisa de aprobación. Sus compañeros seguían avanzando en el camino de la magia, mientras tanto el escocés seguía estancado con aquel tema. Probaba todos los días por si acaso pero no había éxito alguno. No sentía aquello que el resto sí, un cosquilleo y algo fluir hacia afuera.
El olor a plata vieja de la magia se fundió con el olor a hierro del granjero provocando que éste arrugara la nariz.
-Cantar y bailar... ¿puedo ser juez? - preguntó intentando escaquearse. Ni cantaba mal ni bailaba mal, simplemente no era algo que le gustase hacer en público. A no ser que fuese algo bebido, cosa que no iba a ser para nada el caso.
El resto del día lo pasaron tranquilos en el torreón. Alec cogió uno de los libros que había por el torreón y subió a la azotea como siempre. Su aburrimiento llegó a tal punto que se había planteado coger el de Crepúsculo de Kahlo pero al final no lo hizo.
Pasaron los días y lo más reseñable para el escocés fue el cierre del portal de un mundo vinculado y que se había alterado la relación de la ciudad con otros dos. El término lo conocía gracias al libro de historia pero hasta donde sabía pocas veces se había cerrado el portal a un mundo. La ciudad solo lo hacía cuando no podían conquistar un territorio por ser muy peligroso. Se preguntó si sería el caso.
Por el resto lo pasó como siempre, cocinando, entrenando, leyendo y mirando desde la azotea la ciudad. Todos los días le parecían iguales, un sol flojo que iluminaba pero apenas calentaba, unos atardeceres ventosos y unas noches heladas. Aquella ciudad era rara la mirases por donde la mirases, pero qué podía esperar de un lugar donde la magia estaba a la orden del día.
El tiempo fue pasando y su relación con el resto se estrechó. De vez en cuando Alec usaba un cuchillo para recortarse la barba. Seguía entrenando y mejorando de forma considerable con el martillo de guerra, sobretodo cuando Kolja le hizo una puesta a punto.
No dejó de probar con la magia a pesar de recibir siempre el mismo resultado. Tenía la esperanza de un día descubrir que podía hacerla y dejar de sentirse tan inútil en comparación a los que sí podían realizar. Llegó a aprenderse algunos hechizos de memoria de tanto intentarlo.
No sufrieron más encontronazos con el lagarto asesino durante ese tiempo cosa que hizo que el escocés se relajase un tanto. Y la visita al palacete fue un soplo de viento fresco a la monotonía de siempre. No hubo una sola salida a la que el chico no se apuntase.
Por supuesto en aquellos meses la añoranza le empezaba a pesar más que nunca. Añoraba trabajar en la granja, ir a clase, jugar con sus hermanos, comer en familia, las discusiones con su hermana mayor por el tiempo de ducha. Había otras cosas que echaba de menos, como sentarse con su mejor amigo a tomar una copa de whisky cuando sus padres se iban. Y el sexo, lo echaba mucho de menos.
Alec siempre había sido muy activo en ese sentido, desde que había perdido la virginidad nunca había pasado tanto tiempo sin ello y aquellos meses le estaban matando lentamente. La masturbación estaba empezando a ser insuficiente, o no en la cantidad necesaria ya que no podía encerrarse en el baño varias horas. Estaba empezando a ver a alguno de sus compañeros hasta con otros ojos.
Aquella mañana Alec se preparó para la salida, iban cortos de comida y no habían podido echarle mano a las cestas aquel día. Tocaba ir a por ellas a donde los pozos.
-Buenos días - saludó según fue encontrándose con gente.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
01/09/20, 02:46 am
O el hechizo gastaba muchas reservas o estaba agotada mentalmente, la cuestión es que Kahlo no se forzó a seguir con la levitación de momento. El sueño, en común con las malas experiencias de otros, dejó en ella un mal sabor de boca y una angustia de la que su pecho no podía zafarse. Puede que solo fuera un indicio de la Luna, pero eso no lo hacía menos terrorífico. Los cumplidos hacia sus habilidades esta vez no calaron tan hondo.
Al igual que había hecho hasta el momento, Kahlo se esforzó en superar cada día con la frente alta. Siguió con la esgrima, buscando como aplicarla con hechizos defensivos a su vez. Con el estoque se sentía cómoda y segura, pero con un poco más de distancia sería mejor, motivo por el que le pidió ayuda a Lethe; un intercambio de conocimientos, por así decir. Ella seguiría enseñando como tenía que moverse con espada a cambio de sus conocimientos con la lanza. También le insistió a Luci retomar las clases, en un intento a que el pequeño no se sumiera en el pozo que era aquel lugar.
La varmana se enfrascó en aprender de forma casi obsesiva. Cuando no estaba leyendo Crepúsculo -y sus continuaciones- estaba practicando hechizos, traduciendo, trasteando en la cocina con esmero o ensartando las viejas armaduras de abajo. Hasta tuvo tiempo de hacer abalorios con las perlas de rutenio del collar roto con el que había llegado: pendientes, colgantes, pulseras, cosas simples con los materiales que iba encontrando. Nada espectacular, pero al menos era algo que disfrutaba haciendo... aunque no llevando. Tenía tan asociadas esas estúpidas piedras al que iba a ser su prometido que lo que hizo fue repartirlas por el torreón, a merced de quien las quisiera. En contraposición escribió cartas románticas sin remitente, muy claramente dirigidas a Wheem, sin mencionar su nombre en ningún momento por la mera vergüenza a que alguien las encontrara. Una tenía que soñar.
En esos tres meses escucharon un anuncio retumbando en la ciudad que no comprendió, vieron salir las estrellas anunciando la cercanía de la Luna, descifraron más hechizos, perfeccionaron la recogida y levitación de cestas en los pozos y revisitaron el palacete. Su pelo había crecido mucho, tanto que ahora podía recogerlo en una coleta. No lo llevaba perfectamente arreglado como lo habría llevado en su hogar, pero había algo nuevo en ese cambio de look que le gustaba, una chispa de rebeldía en el abandono. Le pidió a sus compañeros que se lo emparejasen, sin que cortaran más de lo necesario.
Sin embargo el cambio más drástico en ella fue por parte de su conducta. Antes recatada y precavida, la joven granta se volvió más hablachenta, más sociable. Podía pasar horas haciéndole preguntas sobre la Tierra a Amira, con máxima admiración por la cultura y tecnología terrestre, todo lo que empezó por comprender un poco mejor lo que leía en sus novelas. Por su parte les hablaría sobre Varmania -lo que para los humanos era, por lo visto, como una versión del siglo pasado de su mundo- y con el tiempo hasta indigaría en su propia familia. No hubo aderezos cuando les habló de sus padres y su complicada relación, aunque no sabía hasta que punto era una forma de engañarse para no echarles de menos o si realmente sentía rencor hacia ellos. "No me tenían mucha estima", "solo me necesitaban para casarme", "el que les importaba era mi hermano"... ¿de verdad creía todo eso?
Algo seguro es que toda esa energía, esa necesidad a distraerse y socializar era una forma de normalizar la distancia, el paso del tiempo y la nostalgia. Impedirse pensar. Por eso mismo que Luci no hiciese más que decaer pudo con sus nervios. El carácter del pequeño se iba degradando irremediablemente, y ver que no podía hacer nada para evitarlo le frustraba tanto como para llegar a enfadarse con él. El aura deprimente que le seguía era superior a ella, que luchaba por repeler esos mismos sentimientos. En consecuencia evitaba al daeliciano en sus peores momentos. El día que se dejase pillar por la pena acabaría igual que él, y eso era lo último que quería. La salida de la Luna era lo que más le empujaba a avanzar, la esperanza de alcanzar el nivel de vida y lujos que se le había arrebatado.
Kahlo estaba ya abajo, recién duchada y con ropa limpia. Tenía el pelo mojado y una tela a modo de toalla sobre los hombros mientras se servía un poco de pan con mermelada casera. La toalla tenía el hechizo térmico para acelerar el proceso de secado y de paso, que no le diera frío. Meses atrás no se habría dejado ver así, pero ahora le daba igual.
—Buenos días —respondió de vuelta—. ¿Habéis dormido bien?
Al igual que había hecho hasta el momento, Kahlo se esforzó en superar cada día con la frente alta. Siguió con la esgrima, buscando como aplicarla con hechizos defensivos a su vez. Con el estoque se sentía cómoda y segura, pero con un poco más de distancia sería mejor, motivo por el que le pidió ayuda a Lethe; un intercambio de conocimientos, por así decir. Ella seguiría enseñando como tenía que moverse con espada a cambio de sus conocimientos con la lanza. También le insistió a Luci retomar las clases, en un intento a que el pequeño no se sumiera en el pozo que era aquel lugar.
La varmana se enfrascó en aprender de forma casi obsesiva. Cuando no estaba leyendo Crepúsculo -y sus continuaciones- estaba practicando hechizos, traduciendo, trasteando en la cocina con esmero o ensartando las viejas armaduras de abajo. Hasta tuvo tiempo de hacer abalorios con las perlas de rutenio del collar roto con el que había llegado: pendientes, colgantes, pulseras, cosas simples con los materiales que iba encontrando. Nada espectacular, pero al menos era algo que disfrutaba haciendo... aunque no llevando. Tenía tan asociadas esas estúpidas piedras al que iba a ser su prometido que lo que hizo fue repartirlas por el torreón, a merced de quien las quisiera. En contraposición escribió cartas románticas sin remitente, muy claramente dirigidas a Wheem, sin mencionar su nombre en ningún momento por la mera vergüenza a que alguien las encontrara. Una tenía que soñar.
En esos tres meses escucharon un anuncio retumbando en la ciudad que no comprendió, vieron salir las estrellas anunciando la cercanía de la Luna, descifraron más hechizos, perfeccionaron la recogida y levitación de cestas en los pozos y revisitaron el palacete. Su pelo había crecido mucho, tanto que ahora podía recogerlo en una coleta. No lo llevaba perfectamente arreglado como lo habría llevado en su hogar, pero había algo nuevo en ese cambio de look que le gustaba, una chispa de rebeldía en el abandono. Le pidió a sus compañeros que se lo emparejasen, sin que cortaran más de lo necesario.
Sin embargo el cambio más drástico en ella fue por parte de su conducta. Antes recatada y precavida, la joven granta se volvió más hablachenta, más sociable. Podía pasar horas haciéndole preguntas sobre la Tierra a Amira, con máxima admiración por la cultura y tecnología terrestre, todo lo que empezó por comprender un poco mejor lo que leía en sus novelas. Por su parte les hablaría sobre Varmania -lo que para los humanos era, por lo visto, como una versión del siglo pasado de su mundo- y con el tiempo hasta indigaría en su propia familia. No hubo aderezos cuando les habló de sus padres y su complicada relación, aunque no sabía hasta que punto era una forma de engañarse para no echarles de menos o si realmente sentía rencor hacia ellos. "No me tenían mucha estima", "solo me necesitaban para casarme", "el que les importaba era mi hermano"... ¿de verdad creía todo eso?
Algo seguro es que toda esa energía, esa necesidad a distraerse y socializar era una forma de normalizar la distancia, el paso del tiempo y la nostalgia. Impedirse pensar. Por eso mismo que Luci no hiciese más que decaer pudo con sus nervios. El carácter del pequeño se iba degradando irremediablemente, y ver que no podía hacer nada para evitarlo le frustraba tanto como para llegar a enfadarse con él. El aura deprimente que le seguía era superior a ella, que luchaba por repeler esos mismos sentimientos. En consecuencia evitaba al daeliciano en sus peores momentos. El día que se dejase pillar por la pena acabaría igual que él, y eso era lo último que quería. La salida de la Luna era lo que más le empujaba a avanzar, la esperanza de alcanzar el nivel de vida y lujos que se le había arrebatado.
—
Kahlo estaba ya abajo, recién duchada y con ropa limpia. Tenía el pelo mojado y una tela a modo de toalla sobre los hombros mientras se servía un poco de pan con mermelada casera. La toalla tenía el hechizo térmico para acelerar el proceso de secado y de paso, que no le diera frío. Meses atrás no se habría dejado ver así, pero ahora le daba igual.
—Buenos días —respondió de vuelta—. ¿Habéis dormido bien?
- ♪♫♬:
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Silente
01/09/20, 04:31 pm
—Yo suelo tener bastantes pesadillas, pero lo de ese día… dios es que me lo creí tanto que casi mato a Chromsa ahorcándolo con un abrazo —admitió con algo de vergüenza—. Pero vamos, no creo que tenga nada que ver con magia ni nada, o eso espero… —recordó de nuevo la imagen de Mijail asesinado por los demás, siendo el responsable su yo más joven.
En un intento tonto por probar de nuevo la magia, pidió prestado el hechizo de levitación pero el resultado permanecía igual dando lo mismo cuantas veces lo intentase: un raro cosquilleo que lo enfadaba por dentro. Algo frustrado decidió pasar el día a solas, excusándose del entrenamiento. Se quitó la bufanda cuando no hubo nadie, asqueado por el terrible hedor que emanaba tras tanto tiempo sin lavar el delicado tejido rojizo del que está hecha. La arrojó lejos, estaba harto del calor insoportable de su cuello, un calor que tenía que aceptar a la fuerza con el objetivo de ocultar la vergüenza tatuada de forma permanente en su cuello. En ocasiones pensaría que no era para tanto la flecha, solo él le atribuía el significado que lo ataba a su pasado.
Los días pasaron, siguiendo con la misma rutina de siempre: entrenar, dialogar, ayudar, tocar el tambor… De vez en cuando intentaba leer un poco tomando prestados algunos libros, solo para darse cuenta de que tenía un cierto rechazo a la lectura, no centrándose en ésta.
El recital que propusieron hacer fue más divertido de lo que pensaba, ahí sí que disfrutó como nunca.
Pasado un tiempo decidieron ir al palacete, lugar que para Adam era nuevo. Todo el tiempo admiró con una genuina cara de asombro toda la estructura. Algunos tomaron un baño juntos, un baño que fue un punto de inflexión en su vida. Harto de la apulgarada bufanda y acompañado de la opinión de algunos del torreón tomó la decisión de deshacerse de ella, decidido a exhibir la flecha sin miedo a partir de ese momento. Aprovechó para afeitar su exagerada barba recortándola bien ya que no le disgustaba tener pelo en su rostro, le daba una imagen más madura en su cabeza.
El tiempo fue fugaz. Tres meses pasaron y se notaban. Adam recortaba su barba pero su pelo, ya cayendo un poco por su espalda, lo tuvo más largo que nunca. No quiso cortarlo, era desde luego algo novedoso en su vida y quería cambiar un poco el corte monótono que se hacía siempre desde niño.
El duro entrenamiento con Kolja dio sus resultados, teniendo ya un cuerpo fuerte, ancho y resistente. Poca grasa le quedaba ya, portando unos fuertes brazos, torso ancho y abdominales, además de unas piernas que no podían envidiar al resto de su cuerpo.
Su habilidad con la espada mejoró bastante, perdiendo poco a poco el miedo y superando el trauma a los filos. Se mostraba más confiado en los entrenamientos centrado en no dudar, no cometer el mismo error dos veces. El escudo ya le pesaba menos aprendiendo a portarlo con mayor soltura.
Con un gran bostezo bajó las escaleras, bien descansado y preparado por si tocaba salir. Tomó un poco de agua algo sediento.
—La verdad es que he dormido de lujo —no recordaba en qué momento perdió el miedo a Kahlo, respondiendo de forma casual—. Buenos días a todos —dijo apartando su cabello de su rostro, malacostumbrado a tenerlo suelto casi todo el tiempo sin reparar en que podría recogérselo para que no molestase tanto.
En un intento tonto por probar de nuevo la magia, pidió prestado el hechizo de levitación pero el resultado permanecía igual dando lo mismo cuantas veces lo intentase: un raro cosquilleo que lo enfadaba por dentro. Algo frustrado decidió pasar el día a solas, excusándose del entrenamiento. Se quitó la bufanda cuando no hubo nadie, asqueado por el terrible hedor que emanaba tras tanto tiempo sin lavar el delicado tejido rojizo del que está hecha. La arrojó lejos, estaba harto del calor insoportable de su cuello, un calor que tenía que aceptar a la fuerza con el objetivo de ocultar la vergüenza tatuada de forma permanente en su cuello. En ocasiones pensaría que no era para tanto la flecha, solo él le atribuía el significado que lo ataba a su pasado.
Los días pasaron, siguiendo con la misma rutina de siempre: entrenar, dialogar, ayudar, tocar el tambor… De vez en cuando intentaba leer un poco tomando prestados algunos libros, solo para darse cuenta de que tenía un cierto rechazo a la lectura, no centrándose en ésta.
El recital que propusieron hacer fue más divertido de lo que pensaba, ahí sí que disfrutó como nunca.
Pasado un tiempo decidieron ir al palacete, lugar que para Adam era nuevo. Todo el tiempo admiró con una genuina cara de asombro toda la estructura. Algunos tomaron un baño juntos, un baño que fue un punto de inflexión en su vida. Harto de la apulgarada bufanda y acompañado de la opinión de algunos del torreón tomó la decisión de deshacerse de ella, decidido a exhibir la flecha sin miedo a partir de ese momento. Aprovechó para afeitar su exagerada barba recortándola bien ya que no le disgustaba tener pelo en su rostro, le daba una imagen más madura en su cabeza.
El tiempo fue fugaz. Tres meses pasaron y se notaban. Adam recortaba su barba pero su pelo, ya cayendo un poco por su espalda, lo tuvo más largo que nunca. No quiso cortarlo, era desde luego algo novedoso en su vida y quería cambiar un poco el corte monótono que se hacía siempre desde niño.
El duro entrenamiento con Kolja dio sus resultados, teniendo ya un cuerpo fuerte, ancho y resistente. Poca grasa le quedaba ya, portando unos fuertes brazos, torso ancho y abdominales, además de unas piernas que no podían envidiar al resto de su cuerpo.
Su habilidad con la espada mejoró bastante, perdiendo poco a poco el miedo y superando el trauma a los filos. Se mostraba más confiado en los entrenamientos centrado en no dudar, no cometer el mismo error dos veces. El escudo ya le pesaba menos aprendiendo a portarlo con mayor soltura.
* * *
Con un gran bostezo bajó las escaleras, bien descansado y preparado por si tocaba salir. Tomó un poco de agua algo sediento.
—La verdad es que he dormido de lujo —no recordaba en qué momento perdió el miedo a Kahlo, respondiendo de forma casual—. Buenos días a todos —dijo apartando su cabello de su rostro, malacostumbrado a tenerlo suelto casi todo el tiempo sin reparar en que podría recogérselo para que no molestase tanto.
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