Torreón Silente
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17 participantes
- InvitadoInvitado
Torreón Silente
15/04/19, 08:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Magia:
Irán en negrita los traducidos.
Grimorio de hechicería de andar por casa:
-Curación general (orgánicos)
-Niebla mágica (ocultación o búsqueda)
-Ampliación de sonido (comunicación u obtención de información)
-Térmico (físico)
-Hechizos medidores de magnitudes sencillas (físico)
-Hechizo reflectante (físico)
-Nudo de cerática (menores)
-Limpieza de ropas (menores)
Hechizos para defenderse de bestias menores:
-Centella ambarina (ofensivo)
-Escudo mágico (defensivo)
-Sortilegio de defensa (defensivo)
-Levitación (transporte)
-Corte (físico)
-Hechizo de impacto (físico)
-Hechizo de inyección (físico)
-Traspaso de energía (varios)
-Hechizo de dentera (varios)
Hechizos que compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Luz mágica (menor)
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Hechizo de impulso (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Cambio de color (menores)
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Silente
27/04/19, 12:25 pm
Reina
La Nipona tuvo su momento de disasociación. La purpurina y decoraciones de sus uñas, imperfectas durante horas, habian sido destrozadas al levantar el cubo, se dió cuenta. Molesto, sin duda, importante no tanto. Se sentia sucia, pero solo en el sentido físico de la palabra. Le hubiera gustado que les hubieran dado las instrucciones necesarias para prosperar, algún tipo de consejo aparte de buscar torreones y bañeras con comida, sea lo que significase eso. Pero quizás esperaba demasiado de algun tipo de culto con poderes sobrenaturales que secuestraba a jóvenes de distintos planetas. No se habia esperado encontrar alienígenas en su vida, y tampoco tenia demasiado interés por aquel descubrimiento cientifico. La mayoria parecian personas normales, nada parecido a los monstruos tentaculares o los hombrecillos grises que habitaban los medios de ciencia ficción en la Tierra. Era raro sin duda en que a partir de ahora deberia limitar su pensamiento y habla a hacer la distincción de "La Tierra" cuando hablase con ellos. Era un nombre realmente estupido. Si algo caracteriza a todos los planetas es que estan formados de tierra más o menos diferente. Deberian haber llamado al planeta por sus aguas o por sus montañas, mucho más bonitas e interesantes que mera tierra. Y, sin embargo, no podia decirse que se encontraba segura o tranquila con los que menos se parecian personas. Aun a pesar que no le habian dado motivo alguno, y que era más que consciente de lo que la forma de "persona" era capaz, era un pensamiento intrusivo que no lograba quitarse de la mente. Miró entonces hacia el torreón y su mirada se ensombreció durante unos instantes.
El dolor supurante de la quemadura la sacó de su ensimismamiento. No se habia dado cuenta, pero en el momento que su mente hacia un punto y aparte, disasociaba, pues aun estaba asimilando su situación en aquella ciudad. Un suspiro y se puso de pie de nuevo. Mirando a la puerta para que nadie saliera mientras lo hacia, se levantó la falda y comprobó la herida. Los puntitos blancos ya no lo eran tanto, más bien bultos surgiendo en un mar lechoso y color amarillo. Nunca se habia quemado tanto antes de aquello y el dolor crepitante por sus nervios que chillaban no era exactamente lo que necesitaba en aquellos momentos. Preparando el cubo una vez más, lo bajó por el pozo para rellenar.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Silente
28/04/19, 02:30 am
Kahlo asintió con una sonrisita de suficiencia a la pregunta de Kolja. No le vendría mal practicar aunque no tuviera especiales ganas. Hacía todo aquello para posicionarse en el grupo y, simple y llanamente, por su propio orgullo y bienestar. Con el peso del estoque en su cintura se sentía mucho más segura, con el estilete en su mano a salvo. Desde las escaleras lanzó un último vistazo a las armas que había dejado atrás, dubitativa. Apretó los dientes al inspeccionar los afilados filos de las hachas, rezando muy para sus adentros porque todos sus temores respecto a los demás seres fueran solo paranoias.
Aún llevaba las perlas de rutenio, ya calientes por el agarre. Puede que no tuvieran valor para ella -menos aún ahora-, pero eso no implicaba que quisiera dejarlas en manos de otro. Ya se las había ofrecido a alguien, luego las había tirado y había acabado con ellas de nuevo, casi parecía de chiste. Bueno, quizás tuvieran algún uso a futuro, así fuera como moneda de cambio. No quería, pero le empezaban a faltar manos, por lo que terminó por dejarlas al fondo de una estantería poco llamativa de la planta baja.
La gente exploraba el torreón, cosa que de primeras traía sin mucho cuidado a Kahlo: si todo estaba tan sucio como lo poco que había visto, le era preferible no meterse a ver el aseo o los dormitorios. No quería verse moqueando por el polvo de los colchones ni horrorizarse por donde tendrían que dormir.
El frío de la ciudad y más concretamente el de la armería se le había metido en los huesos, así que el cuerpo le pedía salir. Metió el estilete entre su falda y su camisa para tener las manos libres y se arregló el mantón para taparse mejor los hombros, sabiendo que poco abrigaría pero que sería mejor que nada antes de poner un pie en el patio. Escapaba de su entendimiento que los demás estuviesen tan activos y ansiosos por hacer cosas ya, aunque no lo recriminaba, no mientras no la culpasen por querer tomarse su tiempo. Después de todo acababan de ser secuestrados y de ver morir a gente a manos de dos monstruos. Lo sentía por Chromsa, pero se negaba a ponerse automáticamente a limpiar.
La chica de pelo negro y grandes pechos estaba al lado del pozo, concentrada tirando de las poleas. Había estado de acuerdo con ella en el puente y había apreciado su disgusto por las armas de abajo: alguien decente para empezar a socializar. Observó en silencio como bajaba el cubo unos instantes antes de dirigirse a su lado, procurando hacer ruido con los botines al caminar para indicarle que se acercaba y así no sobresaltarla. Inspeccionó sutilmente los rasgos de la chica, todas las diferencias y similitudes en común. El pelo negro no era posible en su mundo, motivo por el que se le antojaba especialmente llamativo.
«¿Será de verdad o un tinte? La ropa tiene arreglo, es una pena lo de las orejas y ese "morro"» pensó. «Porque no es fea.»
—Disculpa —habló con suavidad, rebuscando a toda prisa en el baúl en el que había echado el puñado de nombres. El suyo por suerte no estaba muy perdido—. Tu nombre era… ¿Tomoe? Perdóname si me equivoco, no estábamos en el mejor momento. ¿Molesto?
Esperó a que la chica acabase su tarea para tenderle una mano, sonriendo con la misma suavidad de su tono.
—Permíteme presentarme. Mi nombre es Kahlo.
Aún llevaba las perlas de rutenio, ya calientes por el agarre. Puede que no tuvieran valor para ella -menos aún ahora-, pero eso no implicaba que quisiera dejarlas en manos de otro. Ya se las había ofrecido a alguien, luego las había tirado y había acabado con ellas de nuevo, casi parecía de chiste. Bueno, quizás tuvieran algún uso a futuro, así fuera como moneda de cambio. No quería, pero le empezaban a faltar manos, por lo que terminó por dejarlas al fondo de una estantería poco llamativa de la planta baja.
La gente exploraba el torreón, cosa que de primeras traía sin mucho cuidado a Kahlo: si todo estaba tan sucio como lo poco que había visto, le era preferible no meterse a ver el aseo o los dormitorios. No quería verse moqueando por el polvo de los colchones ni horrorizarse por donde tendrían que dormir.
El frío de la ciudad y más concretamente el de la armería se le había metido en los huesos, así que el cuerpo le pedía salir. Metió el estilete entre su falda y su camisa para tener las manos libres y se arregló el mantón para taparse mejor los hombros, sabiendo que poco abrigaría pero que sería mejor que nada antes de poner un pie en el patio. Escapaba de su entendimiento que los demás estuviesen tan activos y ansiosos por hacer cosas ya, aunque no lo recriminaba, no mientras no la culpasen por querer tomarse su tiempo. Después de todo acababan de ser secuestrados y de ver morir a gente a manos de dos monstruos. Lo sentía por Chromsa, pero se negaba a ponerse automáticamente a limpiar.
La chica de pelo negro y grandes pechos estaba al lado del pozo, concentrada tirando de las poleas. Había estado de acuerdo con ella en el puente y había apreciado su disgusto por las armas de abajo: alguien decente para empezar a socializar. Observó en silencio como bajaba el cubo unos instantes antes de dirigirse a su lado, procurando hacer ruido con los botines al caminar para indicarle que se acercaba y así no sobresaltarla. Inspeccionó sutilmente los rasgos de la chica, todas las diferencias y similitudes en común. El pelo negro no era posible en su mundo, motivo por el que se le antojaba especialmente llamativo.
«¿Será de verdad o un tinte? La ropa tiene arreglo, es una pena lo de las orejas y ese "morro"» pensó. «Porque no es fea.»
—Disculpa —habló con suavidad, rebuscando a toda prisa en el baúl en el que había echado el puñado de nombres. El suyo por suerte no estaba muy perdido—. Tu nombre era… ¿Tomoe? Perdóname si me equivoco, no estábamos en el mejor momento. ¿Molesto?
Esperó a que la chica acabase su tarea para tenderle una mano, sonriendo con la misma suavidad de su tono.
—Permíteme presentarme. Mi nombre es Kahlo.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
28/04/19, 02:53 am
Luci abrió mucho los ojos. ¿De verdad el bicho se ahogaba si se metía en agua? ¿Acaso se hundía sin remedio o es que no había entendido que había que sacar la cabeza del agua cuando uno se bañaba? ¿¿Mudaba el caparazón?? Le estaba dando vueltas a si preguntar o no cuando la pequeña bicho le ametralló a preguntas.
-Veamos... soy un daeliciano, no sé si eso está clasificado de alguna otra forma. No sé por qué los otros tienen pieles de colores tan apagados y no vivo en el oeste, si no en la Ciudad del Norte. Y nunca jamás había visto nada como vosotros. ¡De verdad no salís ni en los libros!
Pasaron al otro cuarto. Estaba igual de oscuro así que el daeliciano abrió rápidamente los postigos de las ventanas mientras las dos aliens inspeccionaban las camas zarrapastrosas que había por la estancia. Ante el comentario de… la emplumada (no recordaba si le había dicho su nombre) se sentó también en uno de sus colchones y arrugó el morro al instante.
-Mi cama es cien veces no, un millón de veces más cómoda que esta.
Su cama en Daelicia constaba de un colchón firme y uno más blando encima. Tenía sábanas de tela de peluche y un edredón de plumas y montones de cojines mullidos con distintos estampados y animalitos de fieltro. Para rematar tenía un dosel azul pastel decorado con guirnaldas de lucecitas. Para él meterse en la cama era como entrar en un refugio, una nube esponjosa que lo alejaba de sus preocupaciones. Las camas de esa habitación no se parecían en nada a la suya.
No se dio cuenta de lo que Kradko hacía hasta que cayó en el mismo colchón en el que estaba él y lo levantó en el aire casi haciéndole caer al suelo. Se dió un susto de muerte pero no pudo quejarse, el espectáculo de la niña bicho saltando de cama en cama era demasiado extraordinario. Hacía piruetas en el aire y reía y movía unas alas traslúcidas y preciosas que reflejaban la luz dorada del mediodía. Luci no pudo evitar que se le contagiara esa risa desafinada y chirriante y no tardó en unirse también al juego. No tenía la destreza de la bicho por los motivos evidentes sin embargo tenía elegancia y agilidad y podía hacer sus propias piruetas. Tuvo que parar al poco para abrirse la parte de arriba del pijama pues se estaba cociendo en su salsa.
-Veamos... soy un daeliciano, no sé si eso está clasificado de alguna otra forma. No sé por qué los otros tienen pieles de colores tan apagados y no vivo en el oeste, si no en la Ciudad del Norte. Y nunca jamás había visto nada como vosotros. ¡De verdad no salís ni en los libros!
Pasaron al otro cuarto. Estaba igual de oscuro así que el daeliciano abrió rápidamente los postigos de las ventanas mientras las dos aliens inspeccionaban las camas zarrapastrosas que había por la estancia. Ante el comentario de… la emplumada (no recordaba si le había dicho su nombre) se sentó también en uno de sus colchones y arrugó el morro al instante.
-Mi cama es cien veces no, un millón de veces más cómoda que esta.
Su cama en Daelicia constaba de un colchón firme y uno más blando encima. Tenía sábanas de tela de peluche y un edredón de plumas y montones de cojines mullidos con distintos estampados y animalitos de fieltro. Para rematar tenía un dosel azul pastel decorado con guirnaldas de lucecitas. Para él meterse en la cama era como entrar en un refugio, una nube esponjosa que lo alejaba de sus preocupaciones. Las camas de esa habitación no se parecían en nada a la suya.
No se dio cuenta de lo que Kradko hacía hasta que cayó en el mismo colchón en el que estaba él y lo levantó en el aire casi haciéndole caer al suelo. Se dió un susto de muerte pero no pudo quejarse, el espectáculo de la niña bicho saltando de cama en cama era demasiado extraordinario. Hacía piruetas en el aire y reía y movía unas alas traslúcidas y preciosas que reflejaban la luz dorada del mediodía. Luci no pudo evitar que se le contagiara esa risa desafinada y chirriante y no tardó en unirse también al juego. No tenía la destreza de la bicho por los motivos evidentes sin embargo tenía elegancia y agilidad y podía hacer sus propias piruetas. Tuvo que parar al poco para abrirse la parte de arriba del pijama pues se estaba cociendo en su salsa.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido Musical
Re: Torreón Silente
28/04/19, 12:29 pm
Reina
Sacó el cubo lleno de agua y lo posó brevemente sobre el bordillo del pozo. Sus manos ardian, no estaba acostumbrada a tirar de una cuerda tan seca y áspera. Aunque el dolor se concentraba más en la palma, hubiera agradecido tener su par de yugake consigo misma, porque, ya de paso, habia arcos abajo. Las pisadas sonoras de la chica gato llegarón a sus oidos perfectamente. No vaciló ni se sobresaltó, simplemente, optó por posar el cubo en el suelo y girarse gracilmente. Casi de inmediato, la chica comenzó a hablarle. Se fijaba en sus ojos, pero mentiria si dijera que sus rasgos gatunos no atrajesen la mirada de ojos azul eléctrico de vez en cuando. Una pregunta, fácil de contestar fue formulada y tras asentir educadamente eso mismo hizo.
—Tomoe es el nombre de Familia.— le aclaró. Ante su buena educación de preguntar antes de interferir en sus asuntos, Reina se mostró agradecida.—No, en absoluto, estaba refrescandome con el agua del pozo.—
Le estrechó la mano, su manera era firme y segura de si misma, pero segundos después de que acabasen de estrecharse la mano, tuvo que esconderla detrás de su espalda, pues los escalofrios de después de una quemadura le hacian temblar la mano entera. Muy discretamente, desvió toda atención que pudiera causar esto hacia su presentación, con una sonrisa pequeña, pero amigable.
—Encantada de conocerte Kahlo. ¿No teneis apellidos en donde provienes?—mencionó, pues no queria transgredir, si este era su nombre de pila.—De donde yo provengo, lo normal es apelarse por los apellidos respectivos, dejando los nombres de pila para amigos y familiares.—le explicó. Era consciente que no era la forma predominante de tratarse, especialmente con los occidentales, asi que no se asustaria demasiado si le llamaban por el nombre de pila.
Habría otros que se despreocuparian por faltar al respeto, pero Reina habia sido bien educada, y por lo poco que sabia de estos alienígenas, lo último que queria es que se ofendieran por ella. Que ya de eso se encagasen los otros.
—Disculpa que te haga una pregunta un tanto atrevida, pero ¿de donde vienes?—
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Re: Torreón Silente
28/04/19, 05:43 pm
—Son de otro planeta, Kradko —añadió para la clinger tras la explicación de Luci—. No existen mamíferos como estos en Dryfus. Claro que no salimos en ningún libro —le dijo al daeliciano—. Ella es una clinger, yo soy una enderth. Me llamo Lethe, por cierto.
Decidió corresponder a la explicación del niño mamífero con información equivalente.
Se levantó de la cama mientras Kradko ya empezaba a dar saltos sobre ella y compuso una expresión de escepticismo ante la declaración de Luci sobre la comodidad de su propia cama.
—Críos… —murmuró para sí.
Volvería a pensarlo de nuevo al contemplar la escena que se desarrolló de pronto delante de ella. Al contrario que al daeliciano a ella no le impresionaba precisamente el despliegue de Kradko y, aunque no pensaba detener su diversión negó con la cabeza. No había ningún motivo de celebración, pero tampoco pensaba intentar discutir con críos ni mucho menos. Tenía mejores cosas que hacer como terminar de revisar a fondo aquel sitio.
>>Cuando hayáis acabo de… —hizo un gesto con su mano buscando un término adecuado—. Llenar el cuarto de polvo —dijo cuando le sobrevino la tos al levantarse una nube de polvo cerca de ella—. Podéis buscarme abajo. Voy a terminar de revisar este edificio.
Sin más dilación Lethe examinaría el resto de la torre. No había nada más interesante aparte de lo que ya había visto. Subió hasta la azotea y se encontró con la pequeña reptil, a quien miró con curiosidad antes de continuar su camino. Finalmente bajaría todas las escaleras hasta regresar a la puerta de entrada, cruzándose con el mamífero con bigotes que ya parecía afanado en la limpieza de aquel lugar. Asintió para sí, aprobando la disposición del mamífero y planeando comenzar a ayudarle ya que no había comida. Aunque antes de eso debería dejar la lanza apoyada contra alguna pared y… Suspiró profundamente al volver a ver su trozo de caña roto. No lo había dejado en ningún momento y empezaba a dolerle la mano de tanto apretarlo. Era ridículo: estaba rota, no había nada qué hacer. <<Por todas las aguas embravecidas…>>
La enderth abrió la puerta del torreón y salió a toda prisa. Sin perder ni un instante para pararse a pensar lanzó con todas sus fuerzas y dejando escapar un gruñido de rabia el trozo de caña al foso. Permaneció observando como caía al fondo hasta que escuchó el sonido de la madera haciendo eco allá abajo y le dio la espalda, volviendo al torreón y cerrando la puerta con un pequeño portazo. Puso sus brazos en jarras y se mantuvo allí de espaldas a la puerta hasta que volvió a ver pasar al mamífero que limpiaba.
—¿Hay más trapos?
Solo entonces se pondría en marcha de nuevo, dispuesta a ayudarle con la limpieza.
Decidió corresponder a la explicación del niño mamífero con información equivalente.
Se levantó de la cama mientras Kradko ya empezaba a dar saltos sobre ella y compuso una expresión de escepticismo ante la declaración de Luci sobre la comodidad de su propia cama.
—Críos… —murmuró para sí.
Volvería a pensarlo de nuevo al contemplar la escena que se desarrolló de pronto delante de ella. Al contrario que al daeliciano a ella no le impresionaba precisamente el despliegue de Kradko y, aunque no pensaba detener su diversión negó con la cabeza. No había ningún motivo de celebración, pero tampoco pensaba intentar discutir con críos ni mucho menos. Tenía mejores cosas que hacer como terminar de revisar a fondo aquel sitio.
>>Cuando hayáis acabo de… —hizo un gesto con su mano buscando un término adecuado—. Llenar el cuarto de polvo —dijo cuando le sobrevino la tos al levantarse una nube de polvo cerca de ella—. Podéis buscarme abajo. Voy a terminar de revisar este edificio.
Sin más dilación Lethe examinaría el resto de la torre. No había nada más interesante aparte de lo que ya había visto. Subió hasta la azotea y se encontró con la pequeña reptil, a quien miró con curiosidad antes de continuar su camino. Finalmente bajaría todas las escaleras hasta regresar a la puerta de entrada, cruzándose con el mamífero con bigotes que ya parecía afanado en la limpieza de aquel lugar. Asintió para sí, aprobando la disposición del mamífero y planeando comenzar a ayudarle ya que no había comida. Aunque antes de eso debería dejar la lanza apoyada contra alguna pared y… Suspiró profundamente al volver a ver su trozo de caña roto. No lo había dejado en ningún momento y empezaba a dolerle la mano de tanto apretarlo. Era ridículo: estaba rota, no había nada qué hacer. <<Por todas las aguas embravecidas…>>
La enderth abrió la puerta del torreón y salió a toda prisa. Sin perder ni un instante para pararse a pensar lanzó con todas sus fuerzas y dejando escapar un gruñido de rabia el trozo de caña al foso. Permaneció observando como caía al fondo hasta que escuchó el sonido de la madera haciendo eco allá abajo y le dio la espalda, volviendo al torreón y cerrando la puerta con un pequeño portazo. Puso sus brazos en jarras y se mantuvo allí de espaldas a la puerta hasta que volvió a ver pasar al mamífero que limpiaba.
—¿Hay más trapos?
Solo entonces se pondría en marcha de nuevo, dispuesta a ayudarle con la limpieza.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Silente
28/04/19, 09:37 pm
A pesar de no recibir mucha respuesta a lo que había dicho, Chromsa se puso a limpiar el mobiliario de la planta baja. Tampoco es que quedara mucha gente allí, pues la mayoría estaban en otros pisos o en el patio. -Aunque mirándolo por el lado bueno,así podré limpiar más fácilmente.- pensó.
Para su suerte, los muebles aunque tenían polvo, solo era una capa fina, por lo que con un par de pasadas del paño humedecido pudo limpiar la mesa y alguna silla. Mientras estaba en ello, la pájara bajó y, tras observarlo un rato, dejó su lanza apoyada en la pared y corrió hacia afuera con lo que Chromsa pensó que era un poco de rabia. Vio como tiraba un palo que había estado llevando desde que la vio por primera vez, El ochrorio siguió limpiando y un portazo le confirmó que la joven había vuelto a entrar. Un poco después le preguntó dónde había más trapos, a lo que respondió: Por supuesto, están en el cajón de abajo de la cocina. Te agradezco la ayuda Lethe.-
Cuando la chica pájaro volvió con otro trapo, se pusieron a limpiar juntos. Como suponía que ella estaba un poco mal y a él no le gustaba trabajar en silencio se acordó de una cosa: -Por cierto, con la lanza me has recordado a Frila.- Justo al instante se acordó de un detalle importante: -Frila era una guerrera de mi mundo de la que se cuenta una historia bastante antigua. Puedo contártela mientras limpiamos. Bueno, si te apetece escucharla.-
Ante su respuesta, Chromsa se alegró y empezó a contarle la historia:
A la vez que terminó la historia, terminaron de limpiar la planta baja por completo. Ahora había quedado como nueva.
-Bueno, espero que te haya gustado la historia. Yo ahora voy a seguir limpiando el primer piso hasta que Kolja me avise para poder hacer el rastrillo. ¿Vienes?-
Para su suerte, los muebles aunque tenían polvo, solo era una capa fina, por lo que con un par de pasadas del paño humedecido pudo limpiar la mesa y alguna silla. Mientras estaba en ello, la pájara bajó y, tras observarlo un rato, dejó su lanza apoyada en la pared y corrió hacia afuera con lo que Chromsa pensó que era un poco de rabia. Vio como tiraba un palo que había estado llevando desde que la vio por primera vez, El ochrorio siguió limpiando y un portazo le confirmó que la joven había vuelto a entrar. Un poco después le preguntó dónde había más trapos, a lo que respondió: Por supuesto, están en el cajón de abajo de la cocina. Te agradezco la ayuda Lethe.-
Cuando la chica pájaro volvió con otro trapo, se pusieron a limpiar juntos. Como suponía que ella estaba un poco mal y a él no le gustaba trabajar en silencio se acordó de una cosa: -Por cierto, con la lanza me has recordado a Frila.- Justo al instante se acordó de un detalle importante: -Frila era una guerrera de mi mundo de la que se cuenta una historia bastante antigua. Puedo contártela mientras limpiamos. Bueno, si te apetece escucharla.-
Ante su respuesta, Chromsa se alegró y empezó a contarle la historia:
- La leyenda de Frila:
- -Frila era una guerrera que vivió hace mucho tiempo. Era famosa por su habilidad con la lanza y se la reconocía por su armadura roja y su pelo blanquecino.
Pero antes de llegar a ser una gran guerrera era una campesina como yo. Además Frila tenía un novio llamado Frachley. Ambos se amaban más que cualquier otra pareja en Ochoria. Sin embargo, un día llegó a su pueblo un pelotón de reclutamiento que buscaba nuevos soldados para luchar en las cruzadas. Confiado en sus habilidades, Frachley se alistó. Cuando se lo contó a Frila, ella le rogó para que se quedara, avisándole de lo peligrosa que era la guerra, aunque no surtió efecto. El joven partió, pero le prometió que volvería pronto y entonces podrían casarse.
Frila le esperó con ilusión cada día que pasaba, pero después de unos meses empezaron a llegar rumores de que el batallón en el que iba Frachley, que había ganado prestigio por la habilidad del joven, había sido destruido por completo. La joven entonces se entristeció, pero aun guardaba la esperanza de que su amado siguiera vivo. Así pues, entrenó durante un mes sin descanso con el mismo tipo de arma que usaba Frachley hasta convertirse en la mejor luchadora del pueblo, se compró una armadura y partió en su búsqueda.
Varios años pasó viajando por todos los rincones del planeta sin éxito, enfrentándose con poderosos rivales y todo tipo de adversidades hasta que en un páramo encontró a su amado. Ella le habló emocionada, pero la respuesta de Frachley le impactó: debido a las secuelas de la guerra no recordaba casi nada de su pasado, ni siquiera a ella. Abrumada por tal revelación y todo el tiempo que había estado sin él, Frila lloró desconsoladamente, tanto que conmovió a la mismísima Acromía, que empezó a llorar y sus lágrimas iban cayendo en Ochroria.
Tal vez fue por ello, por el amor que pudo conmover a Dios, que aquellas lágrimas hicieron despertar la mente de Frachley, el cual ya volviendo a ver a su amada la reconoció la abrazó y besó. Aquel milagro pronto dejó pasar a un día soleado y, a la vuelta a su pueblo natal, la pareja de héroes se casó y vivieron felices para siempre.
A la vez que terminó la historia, terminaron de limpiar la planta baja por completo. Ahora había quedado como nueva.
-Bueno, espero que te haya gustado la historia. Yo ahora voy a seguir limpiando el primer piso hasta que Kolja me avise para poder hacer el rastrillo. ¿Vienes?-
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Silente
30/04/19, 04:46 pm
Entretenida como estaba con su nuevo juego, Kradko no se paró a pensar en las consecuencias de las respuestas. Ella solo saltaba de una cama a otra siguiendo un ritmo que solo ella podía oír. Pero, como todo entretenimiento, este no podía durar para siempre. Cuando acabó de liberar su adrenalina y finalmente se sentó en la cama, reflexionó al fin sobre lo que acababa de oír. Su flujo de ideas fue sencillo: mamíferos grandes, son de otro planeta, y eso significa…
—¡Estoy en otro planeta! —Su sorpresa era genuina.
Una ciudad como Rocavarancolia no podría existir en su mundo, ni siquiera se asemejaba a lo que había oído de las antiguas ciudades enderth. Observó a la alienígena, recordó al resto de seres extraños que había visto…
—¡Todos sois alienígenas! —Volvió a gritar de nuevo a nadie. Cualquiera que la viera se pensaría que o es tonta o está loca—. Pero entonces… ¿cómo vamos a volver a casa?
Esta última idea la entristeció, aunque más aún le entristeció el sentirse engañada. Aquello no era para nada como le habían dicho. Aunque, en realidad, no era para nada como ella se había imaginado a raíz de lo que le habían dicho. De repente, recordó el discurso que ella no pudo entender por no haber bebido de la fuente.
—Luci… —Tenía el presentimiento de que su respuesta no iba a gustarle, pero también creyó que era importante—. ¿Qué fue lo que nos dijeron esos dos monstruos en la plaza? Ya sabes, los que estaban encima del barco volador.
—¡Estoy en otro planeta! —Su sorpresa era genuina.
Una ciudad como Rocavarancolia no podría existir en su mundo, ni siquiera se asemejaba a lo que había oído de las antiguas ciudades enderth. Observó a la alienígena, recordó al resto de seres extraños que había visto…
—¡Todos sois alienígenas! —Volvió a gritar de nuevo a nadie. Cualquiera que la viera se pensaría que o es tonta o está loca—. Pero entonces… ¿cómo vamos a volver a casa?
Esta última idea la entristeció, aunque más aún le entristeció el sentirse engañada. Aquello no era para nada como le habían dicho. Aunque, en realidad, no era para nada como ella se había imaginado a raíz de lo que le habían dicho. De repente, recordó el discurso que ella no pudo entender por no haber bebido de la fuente.
—Luci… —Tenía el presentimiento de que su respuesta no iba a gustarle, pero también creyó que era importante—. ¿Qué fue lo que nos dijeron esos dos monstruos en la plaza? Ya sabes, los que estaban encima del barco volador.
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.
Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Silente
30/04/19, 08:25 pm
Amira miraba como algunos cogían armas y subían con un deje de confusión en la mirada. No veía nada necesario el coger armas en ese momento: estaban (relativamente) a salvo, dentro de un torreón de piedra al que nadie podría acceder si levantaban el puente. Una vez la mayoría hubo subido y tuvo una cierta intimidad, la francesa se recreó en observar las armas, sin llegar a tocarlas. No le gustaba pensar que tendría que usarlas, pero tampoco le hacía gracia la opción de verse sin una si en aquella ciudad había aliens psicópatas que iban armados y sabían luchar. Si además el pájaro o la gata sabían usarlas, a lo mejor podrían enseñarla un poco y no sería inútil si les atacaban. «Pero eso se verá más adelante…».
Salió de la armería con las manos vacías y buscó el mecanismo para subir el puente. Lo miró durante unos largos segundos, tratando de averiguar su funcionamiento antes de jugársela y terminar cagándola y jodiendo el mecanismo. Todo estaba siendo difícil de asimilar: había pasado de tener cierta comodidad, con luz, agua corriente, comida, una cama cómoda y conexión a Internet a tener un frío y oscuro torreón en una ciudad desconocida. Sacudió la cabeza, queriendo dejar de pensar en ello. No quería sentirse aun más estúpida por haber firmado el contrato sin ver si tenía letra pequeña o algún truco.
Una vez subió el puente levadizo, Amira subió a la primera planta, donde el pollo gigante y Chromsa limpiando mientras este contaba una historia a la que no hizo demasiado caso. Buscó otro trapo y se unió a ellos, buscando mantener la mente ocupada para no pensar en lo que tenía en casa y lo que le faltaba. El peso de su bolso en el costado le recordaba que además se había quedado sin móvil, y que aquello suponía que ni siquiera podía avisar a sus padres (o a la policía) de donde estaba.
—Por cierto — se dirigió hacia el pájaro— , ¿tú como te llamas? ¿Y tu especie tiene género? ¿Cómo debería tratarte?
Salió de la armería con las manos vacías y buscó el mecanismo para subir el puente. Lo miró durante unos largos segundos, tratando de averiguar su funcionamiento antes de jugársela y terminar cagándola y jodiendo el mecanismo. Todo estaba siendo difícil de asimilar: había pasado de tener cierta comodidad, con luz, agua corriente, comida, una cama cómoda y conexión a Internet a tener un frío y oscuro torreón en una ciudad desconocida. Sacudió la cabeza, queriendo dejar de pensar en ello. No quería sentirse aun más estúpida por haber firmado el contrato sin ver si tenía letra pequeña o algún truco.
Una vez subió el puente levadizo, Amira subió a la primera planta, donde el pollo gigante y Chromsa limpiando mientras este contaba una historia a la que no hizo demasiado caso. Buscó otro trapo y se unió a ellos, buscando mantener la mente ocupada para no pensar en lo que tenía en casa y lo que le faltaba. El peso de su bolso en el costado le recordaba que además se había quedado sin móvil, y que aquello suponía que ni siquiera podía avisar a sus padres (o a la policía) de donde estaba.
—Por cierto — se dirigió hacia el pájaro— , ¿tú como te llamas? ¿Y tu especie tiene género? ¿Cómo debería tratarte?
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Silente
30/04/19, 10:32 pm
Se dirigió hacia el lugar indicado para agenciarse su propio trapo y desdeñó el agradecimiento con un encogimiento de hombros. No iba a dejar que el mamífero se ocupase solo de una tarea que debería ser común puesto que por el momento no podían repartírselas.
No entendió por qué le empezó a hablar sobre no sé qué guerrera de su mundo, pero la enderth no veía motivo para detenerle: quien iba a malgastar parte de su aliento hablando era él y, bueno, tampoco es que aquella fuese una tarea especialmente pesada o que requiriese un nivel muy alto de concentración.
—Como quieras —le había dicho sencillamente sin mirar hacia él mientras pasaba el trapo por los muebles de la cocina.
No habló durante toda la historia, aunque sí que la escuchó entera al no tener que pensar mucho para mover alguna silla o algún objeto sobre los muebles. El contenido de la misma le hizo fruncir el ceño para sí ante tanta ñoñería junta y el hecho de que las historias románticas le resultaban demasiado ajenas y no era capaz de sentirse identificada para nada en ellas. El mamífero no pidió su opinión, así que no se la dio y se limitó a asentir cuando le preguntó si le acompañaba. En el fondo le parecía tierno que hubiese intentado distraerla mientras limpiaban. Poco efectivo, pero tierno.
Se les había unido otra de las mamíferas mientras tanto, que se dirigió a ella poco después. Le miró extrañada ante sus preguntas.
—Me llamo Lethe y soy una hembra. Deduzco que tú también. —Había notado la presencia de mamas grandes en los mamíferos que tenían un tono de voz más similar al que asociaba a las hembras—. ¿A qué te refieres con cómo deberías tratarme? Sospecho que no me estás preguntando si deberías tratarme bien o mal porque sería estúpido. A propósito, hablando de estupideces… No creo que llamaros “mamífero uno, dos, tres, cuatro…” sea muy práctico, por lo que ya que estamos me gustaría saber también vuestros nombres.
No entendió por qué le empezó a hablar sobre no sé qué guerrera de su mundo, pero la enderth no veía motivo para detenerle: quien iba a malgastar parte de su aliento hablando era él y, bueno, tampoco es que aquella fuese una tarea especialmente pesada o que requiriese un nivel muy alto de concentración.
—Como quieras —le había dicho sencillamente sin mirar hacia él mientras pasaba el trapo por los muebles de la cocina.
No habló durante toda la historia, aunque sí que la escuchó entera al no tener que pensar mucho para mover alguna silla o algún objeto sobre los muebles. El contenido de la misma le hizo fruncir el ceño para sí ante tanta ñoñería junta y el hecho de que las historias románticas le resultaban demasiado ajenas y no era capaz de sentirse identificada para nada en ellas. El mamífero no pidió su opinión, así que no se la dio y se limitó a asentir cuando le preguntó si le acompañaba. En el fondo le parecía tierno que hubiese intentado distraerla mientras limpiaban. Poco efectivo, pero tierno.
Se les había unido otra de las mamíferas mientras tanto, que se dirigió a ella poco después. Le miró extrañada ante sus preguntas.
—Me llamo Lethe y soy una hembra. Deduzco que tú también. —Había notado la presencia de mamas grandes en los mamíferos que tenían un tono de voz más similar al que asociaba a las hembras—. ¿A qué te refieres con cómo deberías tratarme? Sospecho que no me estás preguntando si deberías tratarme bien o mal porque sería estúpido. A propósito, hablando de estupideces… No creo que llamaros “mamífero uno, dos, tres, cuatro…” sea muy práctico, por lo que ya que estamos me gustaría saber también vuestros nombres.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
01/05/19, 03:27 am
—Oh —abrió más los ojos ante su respuesta. Entonces Reina debía de ser su primer nombre—. Fallo mío.
Kahlo no podía culpar a Reina por fijarse en sus rasgos, ya que a ella misma le pasaba igual. Su piel parecía porcelana y hasta el color de esta llamaba su atención. En su vida había tratado con pocos balera y desde luego eran menos llamativos que ella. No se le pasó por alto el temblor en su mano, pero lo achacó a todos los nervios acumulados, ignorante del verdadero motivo. Incluso sintió una mayor pizca de empatía al pensar que no todos estaban llenos de energía y positivismo radiante. Le devolvió una sonrisa comprensiva, dejándolo pasar sin problema.
—Por supuesto. Mi nombre completo es Kahlo Ghiope —no acostumbraba a dar su apellido más que para asuntos muy formales: por lo general la gente en su ciudad sabía quienes eran ella y sus familiares a raíz del negocio. Al escuchar la explicación de la joven a su costumbre comprendió el porqué del interés, soltando una risa por lo bajo ante las casualidades—. Entonces sí que he atinado al llamarte Tomoe, menos mal. En mi… —dudó unos segundos, no hecha al cuerpo de hablar de su hogar de forma tan general— en mi mundo nos tratamos por el nombre. En cuestiones de empresa sí es más sonado el apellido, claro.
Consideró pedirle que la tratase solo por su nombre de pila, para Kahlo “Ghiope” pertenecía más a su padre y a su hermano, incluso a sus joyas más que a ella. Si se hubiera casado en Varmania lo más probable es que sus hijos hubieran heredado el apellido de Ovhirio, su prometido. La idea de hacer verdaderamente suyo su nombre de familia se le antojó una delicia. Algo delusional teniendo en cuenta la situación en la que estaban, pero que demonios.
—Puedes usar el que quieras —respondió fugazmente, con una sonrisa sincera. Se sentía ridículamente satisfecha—. Si te sientes más cómoda llamándome Ghiope no me molesta.
Juntó las manos frente su falda ante la pregunta de Tomoe. Una espinita de lástima se clavó en su pecho al pensar en describir su mundo con un paisaje tan desolador ante sus ojos, a seres totalmente ajenos a lo que había conocido siempre.
—No te apures, tengo tanta curiosidad como tú —respondió, llevándose una mano a un poco más abajo de las clavículas antes de seguir—. Provengo de Varmania, de una familia de orfebres. Concretamente de la región más cálida —bajó la mano y lanzó un vistazo significativo a las murallas de piedra, pasando por la estatua y la pena de tierra—. No tiene nada que ver con esto. Mi ciudad está llena de vegetación, comercios, de música… de vida. Y empiezo a echar de menos la humedad.
Podría haberse extendido, deseosa por explicar las maravillas de Varmania y especificar en las diferencias entre regiones y razas, pero era de mala educación no dejar a la otra continuar. Además, la parte de la curiosidad no era mentira.
—¿Y tú? ¿Cuáles son tus raíces?
Se contuvo a hacerle más de una pregunta de golpe. Desde luego la morena le daba una impresión totalmente distinta a la que le daban Kolja o el pelirrojo, y más de ser su misma especie.
«Serán de clases distintas. Se nota.»
Físicamente también eran distantes unos de otros -fuera de rasgos en común-, tanto que Kahlo aún no tenía claro si el chico de piel rosa compartía mundo con ellos o no. Por supuesto que dentro de los varmanos había diversidad, pero con esa gala de colores no podía evitar sentir duda: piel pálida pero pelirrojo, rubio y blanco, pelo negro en pieles totalmente diferentes…
Kahlo no podía culpar a Reina por fijarse en sus rasgos, ya que a ella misma le pasaba igual. Su piel parecía porcelana y hasta el color de esta llamaba su atención. En su vida había tratado con pocos balera y desde luego eran menos llamativos que ella. No se le pasó por alto el temblor en su mano, pero lo achacó a todos los nervios acumulados, ignorante del verdadero motivo. Incluso sintió una mayor pizca de empatía al pensar que no todos estaban llenos de energía y positivismo radiante. Le devolvió una sonrisa comprensiva, dejándolo pasar sin problema.
—Por supuesto. Mi nombre completo es Kahlo Ghiope —no acostumbraba a dar su apellido más que para asuntos muy formales: por lo general la gente en su ciudad sabía quienes eran ella y sus familiares a raíz del negocio. Al escuchar la explicación de la joven a su costumbre comprendió el porqué del interés, soltando una risa por lo bajo ante las casualidades—. Entonces sí que he atinado al llamarte Tomoe, menos mal. En mi… —dudó unos segundos, no hecha al cuerpo de hablar de su hogar de forma tan general— en mi mundo nos tratamos por el nombre. En cuestiones de empresa sí es más sonado el apellido, claro.
Consideró pedirle que la tratase solo por su nombre de pila, para Kahlo “Ghiope” pertenecía más a su padre y a su hermano, incluso a sus joyas más que a ella. Si se hubiera casado en Varmania lo más probable es que sus hijos hubieran heredado el apellido de Ovhirio, su prometido. La idea de hacer verdaderamente suyo su nombre de familia se le antojó una delicia. Algo delusional teniendo en cuenta la situación en la que estaban, pero que demonios.
—Puedes usar el que quieras —respondió fugazmente, con una sonrisa sincera. Se sentía ridículamente satisfecha—. Si te sientes más cómoda llamándome Ghiope no me molesta.
Juntó las manos frente su falda ante la pregunta de Tomoe. Una espinita de lástima se clavó en su pecho al pensar en describir su mundo con un paisaje tan desolador ante sus ojos, a seres totalmente ajenos a lo que había conocido siempre.
—No te apures, tengo tanta curiosidad como tú —respondió, llevándose una mano a un poco más abajo de las clavículas antes de seguir—. Provengo de Varmania, de una familia de orfebres. Concretamente de la región más cálida —bajó la mano y lanzó un vistazo significativo a las murallas de piedra, pasando por la estatua y la pena de tierra—. No tiene nada que ver con esto. Mi ciudad está llena de vegetación, comercios, de música… de vida. Y empiezo a echar de menos la humedad.
Podría haberse extendido, deseosa por explicar las maravillas de Varmania y especificar en las diferencias entre regiones y razas, pero era de mala educación no dejar a la otra continuar. Además, la parte de la curiosidad no era mentira.
—¿Y tú? ¿Cuáles son tus raíces?
Se contuvo a hacerle más de una pregunta de golpe. Desde luego la morena le daba una impresión totalmente distinta a la que le daban Kolja o el pelirrojo, y más de ser su misma especie.
«Serán de clases distintas. Se nota.»
Físicamente también eran distantes unos de otros -fuera de rasgos en común-, tanto que Kahlo aún no tenía claro si el chico de piel rosa compartía mundo con ellos o no. Por supuesto que dentro de los varmanos había diversidad, pero con esa gala de colores no podía evitar sentir duda: piel pálida pero pelirrojo, rubio y blanco, pelo negro en pieles totalmente diferentes…
- ♪♫♬:
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Silente
01/05/19, 11:29 am
Reina
—Ghiope.— repitió tras ella, lentamente esbozando una sonrisa ante su comprensión y dejándole suficiente espacio por dónde posicionarse a la hora de apelarla.—Eso haré, gracias.—
—Varmania suena interesante.—admitió. Ya sabia de antes que la imagen de páramo lunar desolado no acompañaria a nadie de proporciones vagamente humanas. De saltos de baja gravedad de cráter a cráter a una imagen que algo podía asemejarse a sus novelas de Pup Fiction, aunque no podia dejar de admitirse decepcionada como una cría la cual no podia llevarse a casa el juguete de una tienda, se decia a sí misma, que nunca habian sido realistas para empezar. Estas emociones no se mostraron en su rostro, como muchas otras. —La verdad, aún estoy algo en shock debido a la confirmación de vida inteligente más allá de mi planeta. Era algo que se ha teorizado y fantaseado durante siglos, pero debo de ser de una de las pocas personas vivas con la respuesta.—
Se interesó de vuelta por la Tierra. ¿Y que podría contarle sobre ella? Habia muchas cosas malas. Habia muchas cosas buenas. ¿Debia mezclar conceptos? ¿Estaria traicionando a la humanidad si le revelaba los detalles negativos sobre su planeta? Para empezar, sabía que podía empatizar con la varmana en algo.
—No te creas, si existe algún sitio parecido a este en la Tierra sin duda es ecúanime con desolación y el paso del tiempo. Tanto polvo y escombro juntos, me recuerdan a fotografías de después de la Guerra.—
Vaya nombre más estúpido, la Tierra. Pero a falta de otro, es el que usaba la nipona. Se guardó pensamientos adicionales sobre el estado de la ciudad y las imágenes que le traia en mente. La cara, o a falta de una mejor palabra, el hocico de la varmana atraia su mirada azul eléctrico que se mezclaba con su rostro maquillado y pestañas postizas. Llevó a que esta preguntase por sus raices a que volviera a hablar. Y habló de lo que sabia.
—Mi pais es un archipielago. Gente de distintas regiones y a veces culturas unificada por una serie de valores comunes y una lengua. Al contrario del continente, mi gente prefiere deferencias, respeto e introspección que no encontrarás en gran parte del planeta de donde provengo. Entre montañas, se forman los valles donde mi gente levantó ciudades hace milenios y es en esos valles que encontrarás a mi pueblo.—la chica se cruzó de brazos a medida que comenzó a hablar de un terreno más persona. —Mi familia se dedica al comercio de bienes y servicios. También realizamos labores de relaciones humanas y de Seguridad, somos una parte muy influyente de la sociedad a fin de al cabo, y un gran número de la poblacion nos tiene un gran respeto a mi clan y a mi abuelo. Saben que pueden contar con nosotros cuando se nos necesite y que mi familia siempre ha protegido a los débiles.—
Tras el breve curriculm, sin embargo, no dejaria que la conversación se desviase de tal manera que la varmana pudiera preguntar más sobre aquello. Parecia una persona decente, sus rasgos curiosos eran una superfialidad, pero al final del día, sabia que era una mujer y como mujer debia de advertile.
—Los otros dos, los hombres de nombre Alec y Kojla, uno rubio y el otro pelirrojo, déjame que te avise:- mencionó Reina.-Pertenecen a una etnia un tanto obcecada, egoista y con muchos prejuicios. Soy una persona muy individualista, de hecho cuento con buenos amigos de esa etnia y personalmente les juzgaré en base a como actuen, pero su gente tiene un largo expediente de aprovecharse de otros y mostrar ningún tipo de respeto por otras culturas y gentes. No les conozco, pero me fio ampliamente más de las otras chica de mi planeta, la de piel oscura llamada Amira se mostró amigable conmigo.—
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
01/05/19, 01:43 pm
La sorpresa de Kradko le hizo reír a pesar de que él mismo había tardado lo suyo en darse cuenta de que no estaba rodeado de monstruos si no de personas de otros mundos. También su concepto se acercaba más a un tema de fantasía que de descubrimientos científicos, aunque eso era más un tema personal suyo.
Ambos críos habían dejado de saltar. Luci estaba sentado en una de las camas, abrazándose las piernas. El tono de Lethe le hizo encogerse sobre sí mismo. ¿Es que no podía ser un poco más delicada diciendo las cosas? Ahora se sentía ridículo por habérselo pasado bien.
-Soy Lucifehridhe -respondió. -Ahora bajamos.
Miró a Kradko. Volvía a estar triste pero no tenía nada que ver con el tono de la emplumada. Luci se sentó a su lado en la misma postura que había tenido en la cama anterior y apoyó la cabeza en sus rodillas para observar a la bicho.
-No lo sé.
No sabía cómo iban a volver. Ni siquiera sabía cómo lo habían traído ni por qué. Lo de ser especial cada vez tenía menos sentido. Él no había atendido demasiado al discurso por la impresión que le había dejado la mujer descarnada pero había retazos que se le habían quedado grabados.
-Dijeron algo de una criba y de esperar a la Luna Roja. No sé qué es la Luna Roja pero Amira, la chica de piel de chocolate que no tiene hocico dijo que es cuando el mundo se coloca entre el sol y la luna o algo así. A lo mejor hay que esperar a eso… -No le había preguntado cada cuánto ocurría eso a lo que había llamado eclipse. Debería hacerlo luego -También dijeron que había que seguir a las bañeras para conseguir comida, por eso pensé que la comida estaría en la bañera pero no es así.
El daeliciano se sumió en un silencio melancólico. Era imposible que Kradko se animara con esas respuestas, no había por donde cogerlas. Abajo se oían voces amortiguadas y movimiento que podía relacionar con un día de limpieza. Suspiró. No era bonito quedarse allí tristones si había cosas que hacer así que se estiró y se puso en pie de un salto.
-Vamos a ver las otras plantas y a volver con los demás. Si hay que esperar a la luna esa mejor hacerlo en un refugio que no de tanto asco -anunció.
Las plantas que quedaban tenían más camas (en habitaciones más grandes), más baúles con ropa fea y poco más. Luci fue seleccionando las prendas que menos asco le daban para cambiarse, ya que temía echar a perder su pijama favorito. Se puso unos pantalones cortos y un blusón que tuvo que anudar en el bajo para que no le estorbase. También encontró unas sandalias marrones muy feas que no perderían nada si se llenaban de mugre. Dejó el pijama, sus zapatillas y el sujetador (que no le iba a servir para nada) en un montoncito pulcro en la primera habitación que habían encontrado. Se trenzó el pelo en un recogido para que no le estorbase y bajó la escalera con Kradko para unirse a los demás.
En el salón estaban Chromsa, Amira y Lethe quitando el polvo con trapos. El ambiente cargado y el polvo que había tragado por saltar en los colchones le habían dejado la boca pastosa así que se le ocurrió que podría preparar agua para beber, ya que beber directamente del pozo no le inspiraba mucha confianza.
En la cocina encontró una olla grande y su tapa, un cazo y tazas de latón. Le preguntó a Kradko si sabía encender el fuego, si no él lo haría en cuanto hubiera limpiado los cacharros. Sus abuelos tenían una casa antigua con un horno tradicional muy parecido a ese y había hecho bollos más de una vez.
En cuanto consiguió un cepillo y una pastilla de jabón salió al patio. Allí estaban la chica voluptuosa de piel pálida y la de piel de chocolate que no era Amira, que sin duda tenía el colorido más bonito de todo el grupo. Luci se disculpó por la intrusión al acercarse y dejó los cacharros en el suelo junto al pozo.
-Voy a limpiar esto y a preparar agua para beber -explicó. -Lo siento si interrumpo.
Pensó en aprovechar mientras sacaba agua del pozo para admirar con disimulo a la chica pelirroja pero la jugada no le salió bien. La cuerda era tan áspera que le escocía en las manos, especialmente la herida. Tuvo que desenrollarse las mangas del blusón y envolverse las manos solo para sujetarla.
Ambos críos habían dejado de saltar. Luci estaba sentado en una de las camas, abrazándose las piernas. El tono de Lethe le hizo encogerse sobre sí mismo. ¿Es que no podía ser un poco más delicada diciendo las cosas? Ahora se sentía ridículo por habérselo pasado bien.
-Soy Lucifehridhe -respondió. -Ahora bajamos.
Miró a Kradko. Volvía a estar triste pero no tenía nada que ver con el tono de la emplumada. Luci se sentó a su lado en la misma postura que había tenido en la cama anterior y apoyó la cabeza en sus rodillas para observar a la bicho.
-No lo sé.
No sabía cómo iban a volver. Ni siquiera sabía cómo lo habían traído ni por qué. Lo de ser especial cada vez tenía menos sentido. Él no había atendido demasiado al discurso por la impresión que le había dejado la mujer descarnada pero había retazos que se le habían quedado grabados.
-Dijeron algo de una criba y de esperar a la Luna Roja. No sé qué es la Luna Roja pero Amira, la chica de piel de chocolate que no tiene hocico dijo que es cuando el mundo se coloca entre el sol y la luna o algo así. A lo mejor hay que esperar a eso… -No le había preguntado cada cuánto ocurría eso a lo que había llamado eclipse. Debería hacerlo luego -También dijeron que había que seguir a las bañeras para conseguir comida, por eso pensé que la comida estaría en la bañera pero no es así.
El daeliciano se sumió en un silencio melancólico. Era imposible que Kradko se animara con esas respuestas, no había por donde cogerlas. Abajo se oían voces amortiguadas y movimiento que podía relacionar con un día de limpieza. Suspiró. No era bonito quedarse allí tristones si había cosas que hacer así que se estiró y se puso en pie de un salto.
-Vamos a ver las otras plantas y a volver con los demás. Si hay que esperar a la luna esa mejor hacerlo en un refugio que no de tanto asco -anunció.
Las plantas que quedaban tenían más camas (en habitaciones más grandes), más baúles con ropa fea y poco más. Luci fue seleccionando las prendas que menos asco le daban para cambiarse, ya que temía echar a perder su pijama favorito. Se puso unos pantalones cortos y un blusón que tuvo que anudar en el bajo para que no le estorbase. También encontró unas sandalias marrones muy feas que no perderían nada si se llenaban de mugre. Dejó el pijama, sus zapatillas y el sujetador (que no le iba a servir para nada) en un montoncito pulcro en la primera habitación que habían encontrado. Se trenzó el pelo en un recogido para que no le estorbase y bajó la escalera con Kradko para unirse a los demás.
En el salón estaban Chromsa, Amira y Lethe quitando el polvo con trapos. El ambiente cargado y el polvo que había tragado por saltar en los colchones le habían dejado la boca pastosa así que se le ocurrió que podría preparar agua para beber, ya que beber directamente del pozo no le inspiraba mucha confianza.
En la cocina encontró una olla grande y su tapa, un cazo y tazas de latón. Le preguntó a Kradko si sabía encender el fuego, si no él lo haría en cuanto hubiera limpiado los cacharros. Sus abuelos tenían una casa antigua con un horno tradicional muy parecido a ese y había hecho bollos más de una vez.
En cuanto consiguió un cepillo y una pastilla de jabón salió al patio. Allí estaban la chica voluptuosa de piel pálida y la de piel de chocolate que no era Amira, que sin duda tenía el colorido más bonito de todo el grupo. Luci se disculpó por la intrusión al acercarse y dejó los cacharros en el suelo junto al pozo.
-Voy a limpiar esto y a preparar agua para beber -explicó. -Lo siento si interrumpo.
Pensó en aprovechar mientras sacaba agua del pozo para admirar con disimulo a la chica pelirroja pero la jugada no le salió bien. La cuerda era tan áspera que le escocía en las manos, especialmente la herida. Tuvo que desenrollarse las mangas del blusón y envolverse las manos solo para sujetarla.
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.
Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Silente
02/05/19, 12:16 am
Alec siguió observando la ciudad durante un rato, el sol ya estaba alto, pero por alguna razón la luz era menos potente que la terrestre. Ensimismado se le fue el tiempo.
Se disculpó con la dragona y bajó la escaleras, era hora de ponerse a trabajar. Llegó justo a tiempo para oír las palabras de la chica pájaro.
-Alec, me llamo Alec Craig. Pero con Alec es suficiente - les dijo antes de ver en qué andaban.- Joder, perdonar, se me fue el tiempo ahí arriba, ahora os echo una mano - comentó yendo a buscar más trapos.
-¿Cómo era vuestro mundo? - les preguntó. Si tenía que convivir juntos aquello era una información vital, por el mundo de origen Alec suponía que podría entender parte de sus personalidades.
Por otra parte se estaba muriendo por quitarse la ropa y ponerse algo más cómodo para limpiar, o al menos estar sin ella. Pero no sabía cómo se tomarían aquello el resto.
Se disculpó con la dragona y bajó la escaleras, era hora de ponerse a trabajar. Llegó justo a tiempo para oír las palabras de la chica pájaro.
-Alec, me llamo Alec Craig. Pero con Alec es suficiente - les dijo antes de ver en qué andaban.- Joder, perdonar, se me fue el tiempo ahí arriba, ahora os echo una mano - comentó yendo a buscar más trapos.
-¿Cómo era vuestro mundo? - les preguntó. Si tenía que convivir juntos aquello era una información vital, por el mundo de origen Alec suponía que podría entender parte de sus personalidades.
Por otra parte se estaba muriendo por quitarse la ropa y ponerse algo más cómodo para limpiar, o al menos estar sin ella. Pero no sabía cómo se tomarían aquello el resto.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Silente
02/05/19, 03:13 pm
Antes de que Lethe le contestara, otra voz le preguntó a la pájara por su nombre. Se giró hacia ella y vio que se trataba de Amira. Llevaba un trapo, así que tendría que haber llegado en mitad de la historia. Estaba tan concentrado en la leyenda de Frila que ni siquiera se había dado cuenta de ello. De hecho, ahora que lo pensaba, también había visto pasar hacia el patio a Luci con ropa menos colorida y unas cuantas cosas de limpieza.
Tras un intercambio de preguntas y respuestas entre las dos chicas, Lethe terminó preguntando por el nombre de ambos. Dejó que la terrestre contestara primero, pero no le dio tiempo a contestar ya que en ese momento bajo Alec respondiendo a aquella pregunta. Justo después se fue a buscar un trapo y Amira pudo contestar, a lo que Chromsa siguió con su respuesta: -Bueno, yo soy Chromsa. Soy un campesino de Ochroria.- Estuvo a punto de darles la mano, pero ya lo había hecho antes en el puente, así que se paró antes de mover el brazo. -¿Has escuchado la historia, Amira? Si no, puedo contártela más tarde si quieres.-
-Por cierto, del planeta de Amira se algunas cosas por Kolja pero no se nada del tuyo, Lethe. La verdad es que en mi mundo nunca habíamos pensado si habría otras especies más allá de las estrellas, pero desde que llegué aquí solo he visto gente de lo más variopinta. Me gustaría saber si nuestros mundos son tan diferentes como parece.- En ese momento volvió Alec haciendo la misma pregunta y con otro paño. Antes de que nadie contestara el ochrorio añadió: - Podemos hablar mientras limpiamos el primer piso, aquí ya hemos acabado.-
Tras un intercambio de preguntas y respuestas entre las dos chicas, Lethe terminó preguntando por el nombre de ambos. Dejó que la terrestre contestara primero, pero no le dio tiempo a contestar ya que en ese momento bajo Alec respondiendo a aquella pregunta. Justo después se fue a buscar un trapo y Amira pudo contestar, a lo que Chromsa siguió con su respuesta: -Bueno, yo soy Chromsa. Soy un campesino de Ochroria.- Estuvo a punto de darles la mano, pero ya lo había hecho antes en el puente, así que se paró antes de mover el brazo. -¿Has escuchado la historia, Amira? Si no, puedo contártela más tarde si quieres.-
-Por cierto, del planeta de Amira se algunas cosas por Kolja pero no se nada del tuyo, Lethe. La verdad es que en mi mundo nunca habíamos pensado si habría otras especies más allá de las estrellas, pero desde que llegué aquí solo he visto gente de lo más variopinta. Me gustaría saber si nuestros mundos son tan diferentes como parece.- En ese momento volvió Alec haciendo la misma pregunta y con otro paño. Antes de que nadie contestara el ochrorio añadió: - Podemos hablar mientras limpiamos el primer piso, aquí ya hemos acabado.-
- LEC
Ficha de cosechado
Nombre: Kalna, hija de Mánide
Especie: libense, del imperio
Habilidades: Automotivación, nociones de lucha, valor.Personajes :
● Dama Puente/Kaila: Maga logomante austriaca (1.60).
● Kaethe/Dama Sobras: Ghoul nublina (1.46).
● Yttria: Bruja percusionista canadiense (1.53).
● Amira/Cálamo : Valkyria francesa (1.63).
● Kalna : Libense, del Imperio (1.78).
● Nefer : Ammut hijo de luna Levyna. (1.85)
Síntomas : Su sangre adquiere un tono anaranjado y se espesa un poco. Es capaz de intuir con mayor facilidad cómo se van a comportar los animales con los que se encuentre.
Armas :
● Dama Puente/Kaila: Magia, báculo
● Kaethe/Dama Sobras: Daga, fuerza bruta
● Yttria: Arco, hacha, magia, mala leche, cucharillas y otros objetos metálicos.
● Amira/Cálamo: Espada corta, pegaso (shire)
● Kalna : Espada bastarda; lanza y escudo
● Nefer : Lanza, venenos
Status : One flesh, one end
Humor : Permanent resting bitch face
Re: Torreón Silente
02/05/19, 10:01 pm
Amira sonrió al oír la respuesta de Lethe. Le había hecho gracia cómo había interpretado su pregunta, aunque tampoco era demasiado sorprendente que la diferencia cultural causara confusiones, especialmente en esos tiempos.
—No, no. Me refería a qué pronombres debía usar para tratar contigo. No distinguía tu género y no quería equivocarme —se explicó. En ese momento bajó otro de los humanos que había en el grupo, quien se presentó. Amira no recordaba si lo había hecho anteriormente, porque los nombres no se le daban especialmente bien y porque la situación había sido demasiado caótica como para saber quién era quién.
Siguió limpiando, deseando terminar cuanto antes. A veces tosía si se levantaba alguna nubecilla de polvo, y tenía ganas de dejar de respirarlo y poder estar en un sitio adecentado en el que descansar.
—Me llamo Amira —se presentó a Lethe, para luego dirigirse a Chromsa—. Me gustaría, pero tal vez en otro momento; yo puedo contarte historias de la Tierra si quieres también.
«Tierra. Que nombre tan tonto. Podían haberle puesto uno mejor».
Subieron al primer piso para seguir limpiando y compartiendo datos de sus respectivos mundos, que Amira escuchaba con verdadero interés. Tenía delante de sí nuevas culturas de las que no sabía nada, y tenía un verdadero interés por aprender más de ellas y por conocer más a sus nuevos compañeros de torreón. La francesa contaría que la Tierra estaba dividida en países, cada cual distinto, y que había montones de culturas diversas, por lo que cada uno de los humanos podría contarles cosas distintas de su mundo.
—No, no. Me refería a qué pronombres debía usar para tratar contigo. No distinguía tu género y no quería equivocarme —se explicó. En ese momento bajó otro de los humanos que había en el grupo, quien se presentó. Amira no recordaba si lo había hecho anteriormente, porque los nombres no se le daban especialmente bien y porque la situación había sido demasiado caótica como para saber quién era quién.
Siguió limpiando, deseando terminar cuanto antes. A veces tosía si se levantaba alguna nubecilla de polvo, y tenía ganas de dejar de respirarlo y poder estar en un sitio adecentado en el que descansar.
—Me llamo Amira —se presentó a Lethe, para luego dirigirse a Chromsa—. Me gustaría, pero tal vez en otro momento; yo puedo contarte historias de la Tierra si quieres también.
«Tierra. Que nombre tan tonto. Podían haberle puesto uno mejor».
Subieron al primer piso para seguir limpiando y compartiendo datos de sus respectivos mundos, que Amira escuchaba con verdadero interés. Tenía delante de sí nuevas culturas de las que no sabía nada, y tenía un verdadero interés por aprender más de ellas y por conocer más a sus nuevos compañeros de torreón. La francesa contaría que la Tierra estaba dividida en países, cada cual distinto, y que había montones de culturas diversas, por lo que cada uno de los humanos podría contarles cosas distintas de su mundo.
Regocijaos, pues ahora sois parte de la leyenda de Kalna, hija de Mánide
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Silente
03/05/19, 01:51 pm
Le extrañó la explicación de la chica que se presentó como Amira, pero no tardó en quitarle importancia al suponer que se trataba de algún rollo de su planeta. El que no estuviese segura de su género le parecía más lógico, ya que no podían saber las diferencias entre machos y hembras de los enderth, mucho menos obvias para alguien de otro mundo que las suyas, por lo que tan solo asintió y siguió limpiando.
Trató de tomar nota mental de los nombres que por suerte eran todos bastante cortos, o al menos se le dio la opción de acortarlo como en el caso de Alec. El mencionado humano, además, preguntó por sus mundos y tampoco le sorprendió saber que el recién presentado como Chromsa no pertenecía al mismo planeta que Alec y Amira. El ochrorio se dirigió directamente a ella y lo miró un instante pensativa antes de volver su atención a la limpieza y hablar.
—Mi planeta y el de Kradko se llama Dryfus y es… cálido. No hace el condenado frío de este lugar —al mencionarlo no pudo evitar estremecerse un poco. Había tratado de ignorar el frío no pensando en ello, pero lo cierto era que le resultaba bastante desagradable—. Los clinger son la especie dominante y los enderth como yo somos bastante escasos. Al contrario que este estercolero está lleno de vegetación y accidentes geográficos de gran tamaño, aunque gigantescas también suelen ser las criaturas peligrosas, especialmente reptiles. Mucho más grandes que los psicópatas de la fuente.
En ese momento vio llegar por las escaleras a la pequeña reptil voladora y no pudo evitar hacer un comentario.
—Espero que nuestra depredadora en miniatura no crezca y se convierta en uno de esos.
Aunque lo dijo sin modular su tono neutro en realidad no lo decía en serio. Sabía perfectamente que ni eran la misma especie ni tenía por qué representar un peligro al tratarse de la habitante de otro mundo. Claro que los reptiles agresivos de la fuente empuñaban armas, lo cual dejaba claro que no se trataba de animales sin inteligencia. Después de eso no siguió hablando, considerando que ya había dado datos más que de sobra sobre Dryfus. Su mente volvió a su caña rota y al estúpido rocavarancolés que le había engañado para llevarla a aquel lugar. Chasqueó la lengua con fastidio sin dejar de ocuparse de su tarea
Trató de tomar nota mental de los nombres que por suerte eran todos bastante cortos, o al menos se le dio la opción de acortarlo como en el caso de Alec. El mencionado humano, además, preguntó por sus mundos y tampoco le sorprendió saber que el recién presentado como Chromsa no pertenecía al mismo planeta que Alec y Amira. El ochrorio se dirigió directamente a ella y lo miró un instante pensativa antes de volver su atención a la limpieza y hablar.
—Mi planeta y el de Kradko se llama Dryfus y es… cálido. No hace el condenado frío de este lugar —al mencionarlo no pudo evitar estremecerse un poco. Había tratado de ignorar el frío no pensando en ello, pero lo cierto era que le resultaba bastante desagradable—. Los clinger son la especie dominante y los enderth como yo somos bastante escasos. Al contrario que este estercolero está lleno de vegetación y accidentes geográficos de gran tamaño, aunque gigantescas también suelen ser las criaturas peligrosas, especialmente reptiles. Mucho más grandes que los psicópatas de la fuente.
En ese momento vio llegar por las escaleras a la pequeña reptil voladora y no pudo evitar hacer un comentario.
—Espero que nuestra depredadora en miniatura no crezca y se convierta en uno de esos.
Aunque lo dijo sin modular su tono neutro en realidad no lo decía en serio. Sabía perfectamente que ni eran la misma especie ni tenía por qué representar un peligro al tratarse de la habitante de otro mundo. Claro que los reptiles agresivos de la fuente empuñaban armas, lo cual dejaba claro que no se trataba de animales sin inteligencia. Después de eso no siguió hablando, considerando que ya había dado datos más que de sobra sobre Dryfus. Su mente volvió a su caña rota y al estúpido rocavarancolés que le había engañado para llevarla a aquel lugar. Chasqueó la lengua con fastidio sin dejar de ocuparse de su tarea
- Birdo
Ficha de cosechado
Nombre: Qirra
Especie: Parqia
Habilidades: Habilidad manual, Inmutabilidad, Imaginación.Personajes : oof
oof
● Qirra: Parqia azulita con piedrecitas.
oof
Status : Feels bad man.
oof
Humor : Dorime
oof
Re: Torreón Silente
03/05/19, 02:57 pm
oof─ Vinkingos… ─ Sopesó unos segundos la idea de tener que compartir espacio con un fiero guerrero durante su estancia en rocavarancolia. La mayor de sus preocupaciones era que fuese un imbécil, pero la vida ya le había enseñado que no debía juzgar a la gente por las apariencias. Para cuando se dió cuenta, estaba sola otra vez en la parte de arriba del edificio. ¿Qué estarían haciendo los otros? Solo había una manera de descubrirlo.
oofLlegó a la planta baja a tiempo para escuchar al chico con plumas hablar sobre su crecimiento.
oof─ No creo que vaya a convertirme en algunas de esas cosas. ─respondió ─ ¿Os imagináis que pierdo las alas? La verdad es que me resultaría muy difícil acostumbrarme a vivir sin ellas. ─ dijo Qirra pensando en lo horrible que sería aquello, con tono serio y preocupado. ─ Por cierto, ¿habéis encontrado las bañeras? Tengo mucha hambre. ─ soltó en tono lastimero.
oofLlegó a la planta baja a tiempo para escuchar al chico con plumas hablar sobre su crecimiento.
oof─ No creo que vaya a convertirme en algunas de esas cosas. ─respondió ─ ¿Os imagináis que pierdo las alas? La verdad es que me resultaría muy difícil acostumbrarme a vivir sin ellas. ─ dijo Qirra pensando en lo horrible que sería aquello, con tono serio y preocupado. ─ Por cierto, ¿habéis encontrado las bañeras? Tengo mucha hambre. ─ soltó en tono lastimero.
upper secret oof
secret oof
Embeces la bida no es como keremos
secret oof
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