Torreón Silente
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17 participantes
- InvitadoInvitado
Torreón Silente
15/04/19, 08:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Magia:
Irán en negrita los traducidos.
Grimorio de hechicería de andar por casa:
-Curación general (orgánicos)
-Niebla mágica (ocultación o búsqueda)
-Ampliación de sonido (comunicación u obtención de información)
-Térmico (físico)
-Hechizos medidores de magnitudes sencillas (físico)
-Hechizo reflectante (físico)
-Nudo de cerática (menores)
-Limpieza de ropas (menores)
Hechizos para defenderse de bestias menores:
-Centella ambarina (ofensivo)
-Escudo mágico (defensivo)
-Sortilegio de defensa (defensivo)
-Levitación (transporte)
-Corte (físico)
-Hechizo de impacto (físico)
-Hechizo de inyección (físico)
-Traspaso de energía (varios)
-Hechizo de dentera (varios)
Hechizos que compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Luz mágica (menor)
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Hechizo de impulso (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Cambio de color (menores)
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Birdo
Ficha de cosechado
Nombre: Qirra
Especie: Parqia
Habilidades: Habilidad manual, Inmutabilidad, Imaginación.
Re: Torreón Silente
16/11/19, 04:52 pm
oofQuirra vio salir a Kahlo sin decir nada, y poco más tarde a Alec, que se sentó cerca de Lethe. No les prestó demasiada atención hasta que comenzaron a hablar sobre la exploración de los alrededores. Se acercó, a estos con el cuenco en la boca. Aún seguía algo agitada, pero cuando soltó la comida comentó:
oof—Yo puedo seguir ayudando con las cestas, y también puedo ser vuestros ojos desde el cielo si salimos a explorar, —hizo una pequeña pausa —pero creo que lo importante es abordar cada problema a su tiempo.
oofYa no tenía demasiado claro qué estaba haciendo en esa ciudad extraña, pero sabía que poder contar con un amigo podía ayudarle a sentirse mejor, y esto era lo más parecido a un amigo que tenía aquí...
oof—Yo puedo seguir ayudando con las cestas, y también puedo ser vuestros ojos desde el cielo si salimos a explorar, —hizo una pequeña pausa —pero creo que lo importante es abordar cada problema a su tiempo.
oofYa no tenía demasiado claro qué estaba haciendo en esa ciudad extraña, pero sabía que poder contar con un amigo podía ayudarle a sentirse mejor, y esto era lo más parecido a un amigo que tenía aquí...
- Poblo
Ficha de cosechado
Nombre: Alyssa
Especie: Humana
Habilidades: Orientación, memoria y reflejos.
Re: Torreón Silente
17/11/19, 08:49 pm
De forma completamente opuesta a la más optimista de las predicciones de Alyssa, lo que estaba haciendo funcionó. Eso la calmó durante aproximadamente medio segundo, que fue el tiempo que su cerebro necesitó para asimilar lo que el chico de la bufanda acababa de decirle y el hecho de que se la podía leer como a un libro abierto. Lo que antes estaba siendo creciente ansiedad, se vio sustituido por pura vergüenza en apenas un instante.
–¿Q-qué? No, yo no… –Dudó intentando buscar cómo salir de aquella conversación, pero se había quedado completamente en blanco así que en vez de seguir hablando suspiró con frustración mientras desviaba la mirada hacia sus pies.
Sin escapatoria posible acabó arrastrada a una conversación en la que respondería cualquier pregunta mínimamente directa con evasivas mientras buscaba una excusa para huir, excusa que no consiguió encontrar.
Por si aquello no fuera bastante, de repente, sin previo aviso y sin compasión el chico la arrastró de vuelta al núcleo de todos los eventos. A estas alturas la griega ya… no era capaz de pensar en su estado emocional, tan solo en lo que le estaba pasando en el momento.
“¿Pero en qué piensa este? ¿No fue él el que acabó intentando consolarme a mí antes?”
Curiosamente, la persona que acabó “salvándola” de su inestabilidad emocional no fue otra que Kolja. No a propósito y desde luego no por algo bueno, pero para bien o para mal su “oportuna” intervención al final del todo barrió toda su ansiedad, sus nervios, su miedo… y los sustituyó al instante por incredulidad con un toque de ira.
Rápidamente los comensales empezaron a irse uno por uno. La chica pájaro, la mujer gato, Alec, el reptil…
Alyssa también quería irse. No tanto porque estuviera más o menos ofendida por el asunto, que lo estaba, sino porque no soportaba la situación. Se sentía atrapada y no se sentía cómoda con muchos de los que habían decidido no irse. Quería encontrar un rincón a solas y respirar pero no se sentía capaz de tomar la decisión.
Apreció que Chromsa fuera capaz de entender la situación mejor que Kolja. Si había alguien ahora a quien el rubio iba a escuchar sería a él, o al menos confiaba en eso. Luci también habló, aunque pronto se hizo evidente que todavía no se había recuperado. Seguía queriendo ayudar, hasta la había arrastrado a su lado otro desconocido para que pudiera hacerlo… pero seguía sin saber qué hacer, y esta vez no tuvo fuerzas para intentarlo.Fue la chica oriental quien al final intervino en ese asunto, manejando la situación infinitamente mejor de lo que ella habría podido.
“Es mejor así.” Se dijo a sí misma. Pero por mucho que se lo repetía no podía evitar sentirse mal por no haberlo hecho ella, por no haber hecho nada.
–¿Q-qué? No, yo no… –Dudó intentando buscar cómo salir de aquella conversación, pero se había quedado completamente en blanco así que en vez de seguir hablando suspiró con frustración mientras desviaba la mirada hacia sus pies.
Sin escapatoria posible acabó arrastrada a una conversación en la que respondería cualquier pregunta mínimamente directa con evasivas mientras buscaba una excusa para huir, excusa que no consiguió encontrar.
Por si aquello no fuera bastante, de repente, sin previo aviso y sin compasión el chico la arrastró de vuelta al núcleo de todos los eventos. A estas alturas la griega ya… no era capaz de pensar en su estado emocional, tan solo en lo que le estaba pasando en el momento.
“¿Pero en qué piensa este? ¿No fue él el que acabó intentando consolarme a mí antes?”
Curiosamente, la persona que acabó “salvándola” de su inestabilidad emocional no fue otra que Kolja. No a propósito y desde luego no por algo bueno, pero para bien o para mal su “oportuna” intervención al final del todo barrió toda su ansiedad, sus nervios, su miedo… y los sustituyó al instante por incredulidad con un toque de ira.
Rápidamente los comensales empezaron a irse uno por uno. La chica pájaro, la mujer gato, Alec, el reptil…
Alyssa también quería irse. No tanto porque estuviera más o menos ofendida por el asunto, que lo estaba, sino porque no soportaba la situación. Se sentía atrapada y no se sentía cómoda con muchos de los que habían decidido no irse. Quería encontrar un rincón a solas y respirar pero no se sentía capaz de tomar la decisión.
Apreció que Chromsa fuera capaz de entender la situación mejor que Kolja. Si había alguien ahora a quien el rubio iba a escuchar sería a él, o al menos confiaba en eso. Luci también habló, aunque pronto se hizo evidente que todavía no se había recuperado. Seguía queriendo ayudar, hasta la había arrastrado a su lado otro desconocido para que pudiera hacerlo… pero seguía sin saber qué hacer, y esta vez no tuvo fuerzas para intentarlo.Fue la chica oriental quien al final intervino en ese asunto, manejando la situación infinitamente mejor de lo que ella habría podido.
“Es mejor así.” Se dijo a sí misma. Pero por mucho que se lo repetía no podía evitar sentirse mal por no haberlo hecho ella, por no haber hecho nada.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
18/11/19, 01:32 am
Luci se dejó guiar por Reina. Como no tenían un baño propiamente dicho, ni agua corriente, tendrían que conformarse con el gran recipiente de barro de la cocina y un paño. El daeliciano no tenía fuerzas para salir al patio con todos los enfadados. De alguna forma sentía que si se quedaba dentro permanecía en una postura más neutral; aunque estuviese de acuerdo con lo que habían dicho tanto Lethe como Kahlo y Alec, tampoco quería que Kolja pensara que todo el grupo estaba en su contra. Necesitaban elementos de conexión. Por suerte Chromsa había dejado claro que había entendido los sentimientos de sus compañeros.
La expresión de Reina le hizo gracia. Se permitió una pequeña sonrisa.
-Ojalá hubiera abejas. Donde hay abejas hay flores.
La terrícola era la que mejor había mantenido la compostura del grupo, o eso parecía a ojos de Luci. Era fuerte pero sus formas eran delicadas, algo que hacía que el daeliciano se sintiese menos violentado.
-No me gusta que todos estén enfadados. Este sitio ya es bastante malo, no deberíamos pelearnos…
La expresión de Reina le hizo gracia. Se permitió una pequeña sonrisa.
-Ojalá hubiera abejas. Donde hay abejas hay flores.
La terrícola era la que mejor había mantenido la compostura del grupo, o eso parecía a ojos de Luci. Era fuerte pero sus formas eran delicadas, algo que hacía que el daeliciano se sintiese menos violentado.
-No me gusta que todos estén enfadados. Este sitio ya es bastante malo, no deberíamos pelearnos…
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia.
Re: Torreón Silente
19/11/19, 06:32 pm
Kolja levantó la vista del plato cuando Chromasa le empezo a hablar, pensando que le daría las gracias por defenderle, pero lo que le dijo le dejo algo sorprendido.
-Sigo sin estar de acuerdo en que mirar dentro de la bolsa fuese una mala idea Chromsa, y aunque se preocupen por que todos continuemos con vida, no me parece que lo de hecharnos la bronca fuese en absoluto el metodo acertado. Ahí lo dejo, porque sinceramente no quiero seguir hablando del tema, dudo que consiga hacer cambiar de opinion a nadie, y de todas formas, ya he dicho lo que queria decir- dijo simplemente, encojiendose de hombros al final.
Una vez hubo terminado de comer, simplemente recogió la mesa y se puso a limpiar los platos.
-Sigo sin estar de acuerdo en que mirar dentro de la bolsa fuese una mala idea Chromsa, y aunque se preocupen por que todos continuemos con vida, no me parece que lo de hecharnos la bronca fuese en absoluto el metodo acertado. Ahí lo dejo, porque sinceramente no quiero seguir hablando del tema, dudo que consiga hacer cambiar de opinion a nadie, y de todas formas, ya he dicho lo que queria decir- dijo simplemente, encojiendose de hombros al final.
Una vez hubo terminado de comer, simplemente recogió la mesa y se puso a limpiar los platos.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manual
Re: Torreón Silente
19/11/19, 10:47 pm
Aquello había escalado demasiado rápido para ella. Habiendo crecido en un ambiente familiar y escolar bastante saludable, la clinger no estaba nada acostumbrada a peleas verbales como aquella. No sabía qué podía decir para relajar el ambiente, a pesar de que deseaba que terminara. Además, ¿quién iba a hacerle caso? ¡No era más que una niña! Y encima enana al lado de gran parte de los demás.
La disputa verbal consiguió lo que ni una carnicería, ni los reptiles asesinos psicópatas ni las malas noticias acerca de esqueletos maléficos habían conseguido anteriormente: quitarle el hambre. Dejó su plato a un lado, se abrazó las rodillas en su silla e intentó hacer el mínimo ruido en sus quejidos. Quería que pararan, pero también quería meterse en un rincón y hacerse pequeña y que no supieran que estaba ahora más asustada de ellos que de cualquier lagartija genocida.
Cuando finalmente hubo desbandada general, subió al cuarto donde durmieron la mayor parte de ellos y se quedó un rato sentada en la ventana, mirando al exterior mientras se calmaba. Realmente ya no tenía más energías para seguir llorando —o su equivalente clinger—. Tras unos minutos, sintió una especie de hormigueo recorriéndole las antenas. Estaba mirando a la fachada del mismo torreón de una forma distinta a como la había mirado hasta entonces. Desde lejos no le había parecido, pero ahora que se fijaba más de cerca parecía posible.
Buscó el surco más cercano y sopesó con una mano. Parecía firme. Había otro que podía funcionar para su pie… ¡Encajaba! La clinger era ligera como nadie más en el torreón parecía serlo —tal vez con la excepción de Qirra— y la fachada lucía bastante nueva y sólida, pero algunos surcos entre las piedras le llegaban para agarrarse. Con una capacidad que la hacía granjearse el título la reina de las escaladoras en su colegio, la clinger se puso a subir la fachada del torreón sin dudar.
La disputa verbal consiguió lo que ni una carnicería, ni los reptiles asesinos psicópatas ni las malas noticias acerca de esqueletos maléficos habían conseguido anteriormente: quitarle el hambre. Dejó su plato a un lado, se abrazó las rodillas en su silla e intentó hacer el mínimo ruido en sus quejidos. Quería que pararan, pero también quería meterse en un rincón y hacerse pequeña y que no supieran que estaba ahora más asustada de ellos que de cualquier lagartija genocida.
Cuando finalmente hubo desbandada general, subió al cuarto donde durmieron la mayor parte de ellos y se quedó un rato sentada en la ventana, mirando al exterior mientras se calmaba. Realmente ya no tenía más energías para seguir llorando —o su equivalente clinger—. Tras unos minutos, sintió una especie de hormigueo recorriéndole las antenas. Estaba mirando a la fachada del mismo torreón de una forma distinta a como la había mirado hasta entonces. Desde lejos no le había parecido, pero ahora que se fijaba más de cerca parecía posible.
Buscó el surco más cercano y sopesó con una mano. Parecía firme. Había otro que podía funcionar para su pie… ¡Encajaba! La clinger era ligera como nadie más en el torreón parecía serlo —tal vez con la excepción de Qirra— y la fachada lucía bastante nueva y sólida, pero algunos surcos entre las piedras le llegaban para agarrarse. Con una capacidad que la hacía granjearse el título la reina de las escaladoras en su colegio, la clinger se puso a subir la fachada del torreón sin dudar.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Silente
20/11/19, 07:19 pm
Pese a su objetivo inicial de calmar a Luci y llevar a una incómoda Alyssa adonde éste es encontraba. No pudo evitar sentirse muy incómodo debido al acalorado ambiente por culpa de lo que dijo Kolja. Soltó inmediatamente a Alyssa e, incrédulo y para su pesar, se quedó mirando a su alrededor observando como uno por uno se marchaban. Encontraba lógica su reacción e incluso se alivió de que Chromsa respondiera con dos dedos de frente a Kolja, deben ser mucho más cautelosos en este extraño mundo infestado de extrañas criaturas.
Con un mal sabor de boca terminó por disculparse con Alyssa al arrastrarla a una situación tensa en contra de su voluntad acompañado con gestos muy exagerados. Se sorprendió a sí mismo con el brutal cambio que estaba teniendo al relacionarse con los demás, incluso los gestos que acaba de hacer originalmente los hacía cuando estaba con su colegas pandilleros. <<¿Acaso me estoy volviendo loco? ¿Toda esta locura de Rocavarancolia serán delirios míos?>> Pensó en sus adentros mientras sujetaba fuertemente su bufanda, acomodándola para esconder mejor su vistoso tatuaje en forma de flecha que adorna su cuello.
—Muchas gracias eh… ¿Reina? Por ayudar. Yo dudo que pueda animar a nadie jeje… —Soltó una risilla nerviosa al dirigirse a la asiática. Realmente agradecía que alguien con más tacto que él hiciese las labores de consolar a quienes lo necesiten—. Si… necesitáis algo estoy disponible para lo que sea. No es que sepa hacer mucho por mi cuenta pero no quiero no hacer nada, no veo a muchos aquí dentro—. No le gustó mucho que la mitad se fuese ya que Luci no es que estuviese precisamente de buen humor para ello.
—Pensándolo mejor, voy a ayudar a Kolja a limpiar los platos—. Aunque Adam reconoció que Kolja se paso de la raya, tampoco lo odiaba. Nunca le gustó el rencor y viendo que estaba disponible para echar una mano donde sea, quiso ayudarlo pero se mantuvo callado durante la limpieza.
Con un mal sabor de boca terminó por disculparse con Alyssa al arrastrarla a una situación tensa en contra de su voluntad acompañado con gestos muy exagerados. Se sorprendió a sí mismo con el brutal cambio que estaba teniendo al relacionarse con los demás, incluso los gestos que acaba de hacer originalmente los hacía cuando estaba con su colegas pandilleros. <<¿Acaso me estoy volviendo loco? ¿Toda esta locura de Rocavarancolia serán delirios míos?>> Pensó en sus adentros mientras sujetaba fuertemente su bufanda, acomodándola para esconder mejor su vistoso tatuaje en forma de flecha que adorna su cuello.
—Muchas gracias eh… ¿Reina? Por ayudar. Yo dudo que pueda animar a nadie jeje… —Soltó una risilla nerviosa al dirigirse a la asiática. Realmente agradecía que alguien con más tacto que él hiciese las labores de consolar a quienes lo necesiten—. Si… necesitáis algo estoy disponible para lo que sea. No es que sepa hacer mucho por mi cuenta pero no quiero no hacer nada, no veo a muchos aquí dentro—. No le gustó mucho que la mitad se fuese ya que Luci no es que estuviese precisamente de buen humor para ello.
—Pensándolo mejor, voy a ayudar a Kolja a limpiar los platos—. Aunque Adam reconoció que Kolja se paso de la raya, tampoco lo odiaba. Nunca le gustó el rencor y viendo que estaba disponible para echar una mano donde sea, quiso ayudarlo pero se mantuvo callado durante la limpieza.
- Leonart
Ficha de cosechado
Nombre: Reina Tomoe
Especie: Humana, Asiática
Habilidades: Punteria, Reflejos, Oido MusicalPersonajes : Nia: Nayade
Toima: Argos Magnetico
Kudryavka: Vánara
Basilisco de Un Solo Ojo Cizaña
Lorenzo: Centauro
Reina: Cosechada
Heridas/enfermedades :- Heridas:
Re: Torreón Silente
21/11/19, 01:06 am
Reina
El pequeño tenía unas preocupaciones entendibles, pero Reina no queria que horadase en temas tan negativos. No al menos de momento. Solo se era niño una vez en la vida. Se vió manejandole como lo haría con cualquier otro niño. Cierto era que era de una tonalidad un tanto rosa. Parecia que le habian lavado con una prenda roja en la lavadora, pero era, al fin de al cabo, un niño. Se merecía algo mejor.
Con una pequeña sonrisa curvando las esquinas de sus labios, Reina le habló de nuevo.
—¡Bzzz~! ¡Cuidado, parece ser que has atraido a una abeja bien grandota!—Se dijo Reina orbitando alrededor de él mientras se señalaba las medias de rayas. ¡Bzzz~! ¡Aquí para llevarse tus lágrimas!— añadió al juego a medida que le limpiaba la cara. Con una sonrisa cuando terminó, se dirigió a él más seriamente.
—Tómatelo con calma, Luci. Nos protegeremos los unos a los otros. Incluso con aquellos con los que haya problemas, todos estamos en esta y todos vamos a salir juntos de ella.—
Sin embargo el chico nuevo, cuyo nombre aun se le escapaba, pero no por mucho tiempo, optó por darle las gracias. ¿Y por que? Razonaba él, por animar a Luci. Cierto era, que Reina era sociable, aunque le costase. Todo era trabajarlo y aprender a leer a la gente. Saber priorizar. Quizás. O quizás porque estaba acostumbrada a evaluar a miembros de un grupo cercano individualmente. Claro esta, aquel uso de esas habilidades eran mucho más beningas que para lo que fueron diseñadas.
—Ni lo menciones. Es lo que le he dicho a Luci. Nos tenemos los unos a los otros. Solo queda trabajar juntos, y saldremos de esta.—
Mentir era fácil. Reconfortaba el ánimo, aunque fuese ilusorio y fugaz. Era un simple enchufe con dos opciones. Ilusion y realidad. Reina era incapaz de aceptar las ilusiones de los otros, pero le venia fácil el crear las suyas propias. Y si con ello les ayudaba a mantener la moral, mejor. Pero no lo compraba ni por un segundo. La nipona sabia mejor que ser tan optimista. Se giró hacia Luci, quien ya lucia mucha mejor cara.
—Dime peque, ¿qué te apetece hacer ahora?— le preguntó, pero no tardaría en plantar una sugerencia en su joven mente. —¿Te apetece ir a comprobar como está Kahlo? Se ve que le afectó mucho la pelea y me sienta mal dejarla así.—
El pequeño tenía unas preocupaciones entendibles, pero Reina no queria que horadase en temas tan negativos. No al menos de momento. Solo se era niño una vez en la vida. Se vió manejandole como lo haría con cualquier otro niño. Cierto era que era de una tonalidad un tanto rosa. Parecia que le habian lavado con una prenda roja en la lavadora, pero era, al fin de al cabo, un niño. Se merecía algo mejor.
Con una pequeña sonrisa curvando las esquinas de sus labios, Reina le habló de nuevo.
—¡Bzzz~! ¡Cuidado, parece ser que has atraido a una abeja bien grandota!—Se dijo Reina orbitando alrededor de él mientras se señalaba las medias de rayas. ¡Bzzz~! ¡Aquí para llevarse tus lágrimas!— añadió al juego a medida que le limpiaba la cara. Con una sonrisa cuando terminó, se dirigió a él más seriamente.
—Tómatelo con calma, Luci. Nos protegeremos los unos a los otros. Incluso con aquellos con los que haya problemas, todos estamos en esta y todos vamos a salir juntos de ella.—
Sin embargo el chico nuevo, cuyo nombre aun se le escapaba, pero no por mucho tiempo, optó por darle las gracias. ¿Y por que? Razonaba él, por animar a Luci. Cierto era, que Reina era sociable, aunque le costase. Todo era trabajarlo y aprender a leer a la gente. Saber priorizar. Quizás. O quizás porque estaba acostumbrada a evaluar a miembros de un grupo cercano individualmente. Claro esta, aquel uso de esas habilidades eran mucho más beningas que para lo que fueron diseñadas.
—Ni lo menciones. Es lo que le he dicho a Luci. Nos tenemos los unos a los otros. Solo queda trabajar juntos, y saldremos de esta.—
Mentir era fácil. Reconfortaba el ánimo, aunque fuese ilusorio y fugaz. Era un simple enchufe con dos opciones. Ilusion y realidad. Reina era incapaz de aceptar las ilusiones de los otros, pero le venia fácil el crear las suyas propias. Y si con ello les ayudaba a mantener la moral, mejor. Pero no lo compraba ni por un segundo. La nipona sabia mejor que ser tan optimista. Se giró hacia Luci, quien ya lucia mucha mejor cara.
—Dime peque, ¿qué te apetece hacer ahora?— le preguntó, pero no tardaría en plantar una sugerencia en su joven mente. —¿Te apetece ir a comprobar como está Kahlo? Se ve que le afectó mucho la pelea y me sienta mal dejarla así.—
す 争 基 ま
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
べ は づ す
て 欺 い 。
の 瞞 て
戦 に い
— Poema de Despedida Japonés (Anónimo, Sin Datar)
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
22/11/19, 09:50 pm
Kahlo se esforzaba en contener sus lágrimas mientras se limpiaba la cara. Según secaba un par de lagrimones, era pronto reemplazados por uno nuevo. La rabia latía dentro suya, no solo por la mentalidad escueta del humano, sino por su frustración y el impacto del conflicto. La adrenalina se mezclaba con todo el malestar acumulado de días y había acabado estallando en ese mismo momento. Agradecía y maldecía por igual la soledad que le habían proporcionado sus compañeros: le habrían encantado unas palabras de consuelo, pero siendo justos lo más probable es que de primeras las hubiera repudiado.
Se sintió menos arisca al oír el comentario de Lethe, sin embargo, y entre sus sollozos tímidos esbozó una pequeña sonrisa. El gesto le permitió cortar el llanto, al menos de forma más efectiva y duradera que antes. Tomó aire, decidiéndose igualmente a no participar en la conversación. Nadie la había llamado, sus mangas estaban húmedas, probablemente tendría los ojos hinchados y un estado patético; seguía sin querer que la vieran así. Con la elegancia y el orgullo que le quedaba, tomó asiento contra el borde del pozo a la espera de recomponerse. Se quedó mirando la punta de sus botines, manchados de polvo y tierra, procurando no pensar.
Reina y Luci salieron al rato para hablar con ella así que se apuró en despejar su rostro, y aunque lo último que le apetecía era hablar de como se sentía y recibir lástima de nadie, se aseguró de agradecerles el detalle. La conversación amena la animó bastante, lo suficiente como para dejar todo el pesar a un lado y reconstruirse una pared de indiferencia respecto a sus propios problemas.
El hambre no tardó en picarle al haberse interrumpido su almuerzo, así que terminó comiendo de su plato frío. En general, el resto del día lo pasó bastante seca y callada: lo más destacable que hizo fue pedirle ayuda a Luci para preparar la bañera y poder asearse, y de nuevo durmió en el salón, con más motivo que antes.
Al contrario de sus espectativas, esa noche durmió bien y del tirón. Todo el agotamiento acumulado desde que llegó a la ciudad al fin pudo con ella. A pesar del ruido de los primeros en despertar, la varmana permaneció acurrucada en el sofá sin intención alguna de salir.
Se sintió menos arisca al oír el comentario de Lethe, sin embargo, y entre sus sollozos tímidos esbozó una pequeña sonrisa. El gesto le permitió cortar el llanto, al menos de forma más efectiva y duradera que antes. Tomó aire, decidiéndose igualmente a no participar en la conversación. Nadie la había llamado, sus mangas estaban húmedas, probablemente tendría los ojos hinchados y un estado patético; seguía sin querer que la vieran así. Con la elegancia y el orgullo que le quedaba, tomó asiento contra el borde del pozo a la espera de recomponerse. Se quedó mirando la punta de sus botines, manchados de polvo y tierra, procurando no pensar.
Reina y Luci salieron al rato para hablar con ella así que se apuró en despejar su rostro, y aunque lo último que le apetecía era hablar de como se sentía y recibir lástima de nadie, se aseguró de agradecerles el detalle. La conversación amena la animó bastante, lo suficiente como para dejar todo el pesar a un lado y reconstruirse una pared de indiferencia respecto a sus propios problemas.
El hambre no tardó en picarle al haberse interrumpido su almuerzo, así que terminó comiendo de su plato frío. En general, el resto del día lo pasó bastante seca y callada: lo más destacable que hizo fue pedirle ayuda a Luci para preparar la bañera y poder asearse, y de nuevo durmió en el salón, con más motivo que antes.
Al contrario de sus espectativas, esa noche durmió bien y del tirón. Todo el agotamiento acumulado desde que llegó a la ciudad al fin pudo con ella. A pesar del ruido de los primeros en despertar, la varmana permaneció acurrucada en el sofá sin intención alguna de salir.
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- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Torreón Silente
26/11/19, 01:18 pm
Aquella tarde Kolja no hizo mucho más que lavar los platos. Desde luego, no habló con nadie, y al terminar de recoger se bajó a la armería para preparar el equipo que necesitaría en los entrenamientos. Se quedo allí un buen rato, escogiendo cosas no solo para si mismo, sino que también para el resto de sus compeñeros, por si se daba el caso de que cambiaban de idea y también quisiesen empezar a entrenar. Cuando lo tuvo todo preparado, sebió de nuevo a la primera planta. Kahlo ya estaba dormida en el sofá, así que procuro hacer el menor ruido posible. Agarró el sillón más comodo que encontro y se lo llevó al patio. Una vez ahí, se sentó, cerró los ojos y se durmió inmediatamente.
Se despertó a la mañana siguiente con los primeros rayos de sol clareando el cielo. Se levantó sin demasiada prisa y volvió al interior del torreón. Kahlo todavia dormia a pata suelta en el sofá, así que pasó a su lado intentando hacer el menor ruido posible, mientras bajaba a la armería. Cuando salió llevaba un baul enorme en los brazos, que dejó en el patio, para volver a repetir el proceso, hasta que tuvo cuatro dianas, tres baules grandes y dos monigotes en el patio. Cuando tuvo todo lo que necesitaba, pasó a colocar las dianas a diferentes distancias, colocando una de ellas justo delante de la estatua que dominaba el patio. Luego sacó de uno de los arcones los pedazos de armadura que se había agenciado y si los fue poniendo, lo mismo que las armas que había elegido. Una vez estuvo listo, se puso a correr dando vueltas al patio, con toda la armadura puesta. Estuvo corriendo así media hora más o menos, antes de pasar al siguiente ejercicio.
Se despertó a la mañana siguiente con los primeros rayos de sol clareando el cielo. Se levantó sin demasiada prisa y volvió al interior del torreón. Kahlo todavia dormia a pata suelta en el sofá, así que pasó a su lado intentando hacer el menor ruido posible, mientras bajaba a la armería. Cuando salió llevaba un baul enorme en los brazos, que dejó en el patio, para volver a repetir el proceso, hasta que tuvo cuatro dianas, tres baules grandes y dos monigotes en el patio. Cuando tuvo todo lo que necesitaba, pasó a colocar las dianas a diferentes distancias, colocando una de ellas justo delante de la estatua que dominaba el patio. Luego sacó de uno de los arcones los pedazos de armadura que se había agenciado y si los fue poniendo, lo mismo que las armas que había elegido. Una vez estuvo listo, se puso a correr dando vueltas al patio, con toda la armadura puesta. Estuvo corriendo así media hora más o menos, antes de pasar al siguiente ejercicio.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
28/11/19, 01:19 am
Reina consiguió hacerle reír.
-¿Las abejas en tu mundo son de ese color?
Sabía que lo estaba tratando como a un niño pequeño, sin embargo en ese momento era justo lo que necesitaba. No quería hacerse cargo de el enorme problema en el que se habían metido, quería que lo cuidasen, que le dijeran que todo iba a salir bien, y la japonesa hizo justo eso. Sus palabras le tranquilizaron.
Después de un intercambio corto de palabras con Adam, el chico alto y taciturno que daba un poco de miedo, salieron a buscar a Kahlo. Tenía los ojos rojos e hinchados pero ni una lágrima a la vista. Estaba claro que hablar de sentimientos no era una opción con ella, así que la estrategia a seguir fue la conversación insustancial. No iban a solucionar nada con los nervios a flor de piel y ya habían tenido bastantes disgustos por un día. Luci dedicó el resto de la tarde a hacer pequeñas tareas aquí y allá y a ser especialmente amable con todo el mundo. Aún se sentía mal, si paraba quieto demasiado tiempo o dejaba que lo alcanzase el silencio un nudo de angustia se instalaba en su pecho, pero podía fingir y darse un respiro.
<< Todos estamos en esta y todos vamos a salir juntos de ella >> se dijo, repitiendo las palabras de Reina.
Cenó pan con leche y miel y se acostó en cuanto se hizo de noche. Al día siguiente prefirió remolonear en la cama a levantarse cuando despertó. Después de dos días las sábanas olían más a él que a humedad y fuera hacía mucho frío. El torreón era frío en general. Pero unos ruidos de cacharros en el patio le hicieron levantarse para cotillear. Sabía que Kolja había estado trajinando en la armería el día anterior y que pretendía preparar entrenamientos de lucha, y aun así le sorprendió verlo correr por el patio con una armadura. Parecía un personaje de cuento, incluso si el débil sol de la mañana no conseguía arrancar destellos a las piezas de metal. Se quedó mirándolo un ratito y luego volvió a acurrucarse entre las mantas sin llegar a dormirse, simplemente oyendo a los otros respirar.
-¿Las abejas en tu mundo son de ese color?
Sabía que lo estaba tratando como a un niño pequeño, sin embargo en ese momento era justo lo que necesitaba. No quería hacerse cargo de el enorme problema en el que se habían metido, quería que lo cuidasen, que le dijeran que todo iba a salir bien, y la japonesa hizo justo eso. Sus palabras le tranquilizaron.
Después de un intercambio corto de palabras con Adam, el chico alto y taciturno que daba un poco de miedo, salieron a buscar a Kahlo. Tenía los ojos rojos e hinchados pero ni una lágrima a la vista. Estaba claro que hablar de sentimientos no era una opción con ella, así que la estrategia a seguir fue la conversación insustancial. No iban a solucionar nada con los nervios a flor de piel y ya habían tenido bastantes disgustos por un día. Luci dedicó el resto de la tarde a hacer pequeñas tareas aquí y allá y a ser especialmente amable con todo el mundo. Aún se sentía mal, si paraba quieto demasiado tiempo o dejaba que lo alcanzase el silencio un nudo de angustia se instalaba en su pecho, pero podía fingir y darse un respiro.
<< Todos estamos en esta y todos vamos a salir juntos de ella >> se dijo, repitiendo las palabras de Reina.
Cenó pan con leche y miel y se acostó en cuanto se hizo de noche. Al día siguiente prefirió remolonear en la cama a levantarse cuando despertó. Después de dos días las sábanas olían más a él que a humedad y fuera hacía mucho frío. El torreón era frío en general. Pero unos ruidos de cacharros en el patio le hicieron levantarse para cotillear. Sabía que Kolja había estado trajinando en la armería el día anterior y que pretendía preparar entrenamientos de lucha, y aun así le sorprendió verlo correr por el patio con una armadura. Parecía un personaje de cuento, incluso si el débil sol de la mañana no conseguía arrancar destellos a las piezas de metal. Se quedó mirándolo un ratito y luego volvió a acurrucarse entre las mantas sin llegar a dormirse, simplemente oyendo a los otros respirar.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Silente
30/11/19, 01:00 am
En algún momento entre su trance de oraciones abrió los ojos. Los había cerrado para concentrarse en los diferentes salmos que le ayudaron a calmarse tanto física como mentalmente y los abrió instintivamente para comprobar si seguía en el torreón o si todo había sido un extraño sueño. Lo que no esperaba es que al abrirlos vio como algo estaba escalando para llegar a la azotea. Al instante se echó rápidamente hacía atrás visiblemente asustado. Dejó escapar un grito y, mientras ponía los brazos por delante para intentar defenderse, se fijó en cierto detalle sobre el ser que ya se encontraba cerca de él. Quien había subido era nada más y nada menos que Kradko. Todavía recomponiéndose de la impresión dijo: -¡Ostras Kradko! No me pegues estos sustos, por favor. La próxima vez avisa.- Hubo dos segundos de pausa en los que asimiló bien la situación y añadió: -Por cierto, ¿cómo es que estabas escalando el torreón?-
Tras una charla más o menos corta, terminó por bajar. El resto del día se dedicó a cuidar del huerto y en limpiar algunos rincones del torreón. No evitó a nadie (y de hecho ponía buena cara si se encontraba con alguien e incluso conversaba si la otra persona quería hablar) pero prefería estar solo por el momento. Aún tenía cosas de las que pensar y necesitaba espacio para ello. Pensó en hacer algo para la cena, pero viendo la situación general entendió que nadie estaba de humor para una cena bien preparada. Así, imitó el panecillo que se había preparado Luci y, tras asearse, se fue a la cama. Estaba cansado por todo lo ocurrido, así que recitó un par de oraciones, dijo para quien fuera a acostarse: -Hasta mañana. Que durmáis bien- y se durmió. Le costó un poco conciliar el sueño, pero cuando lo hizo no despertó hasta por la mañana.
Se despertó temprano y no intentó descansar un poco más. Desde la cama antes de levantarse observó a los compañeros de habitación y se fijó en que Luci estaba mirando por la ventana. Se preguntó con curiosidad que habría en el patio a esa hora que fuera tan interesante y Chromsa se olía que fuera lo que fuese estaría relacionado con unos ruidos metálicos que llevaba escuchando desde que despertó. Se levantó y dijo sin alzar mucho la voz: -Buenos días, Luci.- Después se vistió, pilló de la cocina una pieza de fruta para desayunar (al pasar por el salón no hizo mucho ruido para no despertar a Kahlo) y salió al patio.
Allí fuera se encontró con un patio bien distinto al de ayer. Había unos tres cofres y varias dianas repartidas por el patio. Kolja, que prácticamente iba preparado para la guerra, estaba corriendo por allí. Nada más entrar dijo: -Buenos días.- Mientras el terrestre seguía dando sus vueltas, se fijó rápidamente en cierto lugar del patio del que no había caído en ese momento. Por suerte para el ochrorio, su pequeño huerto no estaba ocupado por nada de lo que había puesto Kolja. Aun así dijo: -Veo que has montado un buen sitio de entrenamiento, Kolja. Eso sí, te lo pido por favor, no le deis al huerto. Las plantas tienen que crecer con mimo, así que no les vendría bien recibir un flechazo.-
Tras una charla más o menos corta, terminó por bajar. El resto del día se dedicó a cuidar del huerto y en limpiar algunos rincones del torreón. No evitó a nadie (y de hecho ponía buena cara si se encontraba con alguien e incluso conversaba si la otra persona quería hablar) pero prefería estar solo por el momento. Aún tenía cosas de las que pensar y necesitaba espacio para ello. Pensó en hacer algo para la cena, pero viendo la situación general entendió que nadie estaba de humor para una cena bien preparada. Así, imitó el panecillo que se había preparado Luci y, tras asearse, se fue a la cama. Estaba cansado por todo lo ocurrido, así que recitó un par de oraciones, dijo para quien fuera a acostarse: -Hasta mañana. Que durmáis bien- y se durmió. Le costó un poco conciliar el sueño, pero cuando lo hizo no despertó hasta por la mañana.
Se despertó temprano y no intentó descansar un poco más. Desde la cama antes de levantarse observó a los compañeros de habitación y se fijó en que Luci estaba mirando por la ventana. Se preguntó con curiosidad que habría en el patio a esa hora que fuera tan interesante y Chromsa se olía que fuera lo que fuese estaría relacionado con unos ruidos metálicos que llevaba escuchando desde que despertó. Se levantó y dijo sin alzar mucho la voz: -Buenos días, Luci.- Después se vistió, pilló de la cocina una pieza de fruta para desayunar (al pasar por el salón no hizo mucho ruido para no despertar a Kahlo) y salió al patio.
Allí fuera se encontró con un patio bien distinto al de ayer. Había unos tres cofres y varias dianas repartidas por el patio. Kolja, que prácticamente iba preparado para la guerra, estaba corriendo por allí. Nada más entrar dijo: -Buenos días.- Mientras el terrestre seguía dando sus vueltas, se fijó rápidamente en cierto lugar del patio del que no había caído en ese momento. Por suerte para el ochrorio, su pequeño huerto no estaba ocupado por nada de lo que había puesto Kolja. Aun así dijo: -Veo que has montado un buen sitio de entrenamiento, Kolja. Eso sí, te lo pido por favor, no le deis al huerto. Las plantas tienen que crecer con mimo, así que no les vendría bien recibir un flechazo.-
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Silente
01/12/19, 11:19 pm
-Sí, es posible que tengas razón - respondió a la mujer pájaro.- Veamos si mañana nos traen comida también, tres veces consecutivas forman una pauta. Y sí que estaría bien encontrar algún libro con información o más gente... Puede que en algún edificio encontremos algo de eso.
Miró a Qirra cuando se acercó y le sonrió por su ofrecimiento.
-Serás de gran ayuda - dijo para luego levantarse, despedirse e irse.
Alec pasó el resto del día pensativo. No evitaba a la gente, sólo le apetecía estar a solas con sus pensamiento. Se preguntaba cómo estarían sus padres y hermanos, como le iría a su mejor amigo allí en su mundo. La melancolía llenó sus pensamientos como el agua una bañera. En esos momentos el escocés habría mentido vilmente si hubiera negado que deseaba una buena cerveza negra o, mejor todavía, una copa del whisky que guardaban en casa.
Con un suspiro en cierto momento bajó las escaleras para ir a la armería, dejó allí la lanza y se paseó entre las armas disponibles. No terminaba de convencerle aquella en concreto, si bien Lethe seguro que podía echarle una mano para aprender a manejarla no terminaba de ser lo que el chico quería. No se veía con la destreza necesaria para ello, lo suyo siempre había sido la fuerza bruta.
Miró las espadas más grandes que había pero negó con la cabeza. No, aquello seguía siendo necesario tener algún tipo de destreza. Finalmente llegó a las mazas de guerra y entrecerró los ojos, quizá... Sí, si algo necesitaba más fuerza que otra cosa seguro que sería aquello. Sólo tendría que golpear su objetivo con la mayor fuerza posible para hacer daño. Con una sonrisa descolgó el arma y la balanceó ligeramente con ambas manos. Sí, aquello serviría.
Más tarde se dio un baño de agua fría. No era la primera vez que lo hacía y estaba claro que no iba a ser la última vez pero no terminaba de gustarle.
No se echó a la vez que el resto, se quedó despierto hasta muy tarde en la azotea. No es que viese mucho de la ciudad desde allí, pero sí había brillos en el cielo. Luces emitidas por murciélagos de fuego, otros brillos de varios colores se extendían por varias partes de la ciudad. Pero lo más llamativo, de lejos, era una catedral monstruosa que se elevaba cerca de las montañas que brillaba como iluminada por un foco desde abajo. Se preguntó qué sería aquel brillo y no fue lo último que se preguntó. También pensó en el resto de chicos que había visto en aquella plaza hacía sólo unos días. ¿Estarían bien? ¿Heridos? ¿Muertos? ¿Habrían visto las bañeras volantes y conseguido comida? ¿Tendrían un refugio para pasar la noche?
Alec se estiró, crujió varios huesos, el cuello y finalmente bajó las escaleras hacia su cama. Se desnudó casi por completo y se metió entre las sábanas.
Se despertó por unos ruidos provenientes del patio que le hicieron soltar un gruñido de frustración. Había dormido poco y le picaban los ojos horrores. Se levantó maldiciendo y se acercó a Luci que miraba por una ventana.
-La madre que lo parió - refunfuñó mientras Luci volvía a la cama. Él mismo volvió a su cama y se tapó hasta la cabeza para bloquear la luz.- Que alguien lo mate por mí y así pueda volver a dormir, por favor - dijo con voz lastimera de forma deliberada para ver si conseguía sacarle una risa al niño.
Miró a Qirra cuando se acercó y le sonrió por su ofrecimiento.
-Serás de gran ayuda - dijo para luego levantarse, despedirse e irse.
Alec pasó el resto del día pensativo. No evitaba a la gente, sólo le apetecía estar a solas con sus pensamiento. Se preguntaba cómo estarían sus padres y hermanos, como le iría a su mejor amigo allí en su mundo. La melancolía llenó sus pensamientos como el agua una bañera. En esos momentos el escocés habría mentido vilmente si hubiera negado que deseaba una buena cerveza negra o, mejor todavía, una copa del whisky que guardaban en casa.
Con un suspiro en cierto momento bajó las escaleras para ir a la armería, dejó allí la lanza y se paseó entre las armas disponibles. No terminaba de convencerle aquella en concreto, si bien Lethe seguro que podía echarle una mano para aprender a manejarla no terminaba de ser lo que el chico quería. No se veía con la destreza necesaria para ello, lo suyo siempre había sido la fuerza bruta.
Miró las espadas más grandes que había pero negó con la cabeza. No, aquello seguía siendo necesario tener algún tipo de destreza. Finalmente llegó a las mazas de guerra y entrecerró los ojos, quizá... Sí, si algo necesitaba más fuerza que otra cosa seguro que sería aquello. Sólo tendría que golpear su objetivo con la mayor fuerza posible para hacer daño. Con una sonrisa descolgó el arma y la balanceó ligeramente con ambas manos. Sí, aquello serviría.
Más tarde se dio un baño de agua fría. No era la primera vez que lo hacía y estaba claro que no iba a ser la última vez pero no terminaba de gustarle.
No se echó a la vez que el resto, se quedó despierto hasta muy tarde en la azotea. No es que viese mucho de la ciudad desde allí, pero sí había brillos en el cielo. Luces emitidas por murciélagos de fuego, otros brillos de varios colores se extendían por varias partes de la ciudad. Pero lo más llamativo, de lejos, era una catedral monstruosa que se elevaba cerca de las montañas que brillaba como iluminada por un foco desde abajo. Se preguntó qué sería aquel brillo y no fue lo último que se preguntó. También pensó en el resto de chicos que había visto en aquella plaza hacía sólo unos días. ¿Estarían bien? ¿Heridos? ¿Muertos? ¿Habrían visto las bañeras volantes y conseguido comida? ¿Tendrían un refugio para pasar la noche?
Alec se estiró, crujió varios huesos, el cuello y finalmente bajó las escaleras hacia su cama. Se desnudó casi por completo y se metió entre las sábanas.
Se despertó por unos ruidos provenientes del patio que le hicieron soltar un gruñido de frustración. Había dormido poco y le picaban los ojos horrores. Se levantó maldiciendo y se acercó a Luci que miraba por una ventana.
-La madre que lo parió - refunfuñó mientras Luci volvía a la cama. Él mismo volvió a su cama y se tapó hasta la cabeza para bloquear la luz.- Que alguien lo mate por mí y así pueda volver a dormir, por favor - dijo con voz lastimera de forma deliberada para ver si conseguía sacarle una risa al niño.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Silente
02/12/19, 06:54 pm
Se quedó satisfecha con la conversación mantenida en el patio, especialmente al poder comprobar una vez más que la estupidez de Kolja no resultaba contagiosa para la mayoría de los mamíferos. Qirra no era un mamífero, pero la pequeña depredadora había demostrado que no traía ideas absurdas en su cabeza y no veía necesidad de establecer una categoría aparte para reptiles en su poco riguroso sesgo siendo ella la única.
Cuando terminó de comer se fue directa a lavar sus utensilios y a continuación se dedicó a observar durante un rato como escalaba Kradko el torreón. La clinger no hizo ninguna temeridad, por lo que regresó al interior del edificio confiando en que era lo suficiente sensata como para no intentar matarse. Le costó encontrar tareas en las que ocupar su tiempo el resto del día, pero hizo algo de limpieza, practicó un poco su puntería y sus movimientos con la lanza y examinó un poco más a fondo algunas partes del torreón. Así fue como descubrió que una de las piedras de la pared del sótano se deslizaba si se apretaba en un pequeño saliente no muy perceptible. Detrás de esta había un hueco forrado de madera, pero no había nada dentro. La enderth no tenía nada que quisiera guardar fuera de la vista de los demás, pero tampoco habló de su pequeño descubrimiento. Era un hueco demasiado pequeño de todos modos y no comprendía demasiado el por qué de su existencia.
La mañana siguiente compartió el despertar con sus compañeros de cuarto, preguntándose a qué se debía aquel sonido metálico que llegaba a través de los vanos. Masculló el nombre del mamífero responsable al verlo pasearse por el patio con un montón de chatarra encima, de poco a nada sorprendida ante tal estampa. Al contrario que Alec, no obstante, decidió que era una buena hora como cualquier otra para levantarse, por lo que se desperezó y se dirigió al aseo para su acicalado matutino. Una vez con el plumaje en perfectas condiciones descendió hasta la cocina y, bostezando sonoramente rebuscó entre las cestas hasta encontrar algo de su agrado para desayunar. Le había cogido el gusto a la mayoría de frutas que se encontraban entre las provisiones, así que se hizo con una de sus favoritas y un par de insectos. Desde la mesa de la cocina lanzaba alguna que otra mirada al patio, observando con reprobación como Chromsa se empeñaba en juntarse con aquel desastre enlatado. Chasqueó la lengua sonoramente y picoteó su desayuno.
Cuando terminó de comer se fue directa a lavar sus utensilios y a continuación se dedicó a observar durante un rato como escalaba Kradko el torreón. La clinger no hizo ninguna temeridad, por lo que regresó al interior del edificio confiando en que era lo suficiente sensata como para no intentar matarse. Le costó encontrar tareas en las que ocupar su tiempo el resto del día, pero hizo algo de limpieza, practicó un poco su puntería y sus movimientos con la lanza y examinó un poco más a fondo algunas partes del torreón. Así fue como descubrió que una de las piedras de la pared del sótano se deslizaba si se apretaba en un pequeño saliente no muy perceptible. Detrás de esta había un hueco forrado de madera, pero no había nada dentro. La enderth no tenía nada que quisiera guardar fuera de la vista de los demás, pero tampoco habló de su pequeño descubrimiento. Era un hueco demasiado pequeño de todos modos y no comprendía demasiado el por qué de su existencia.
La mañana siguiente compartió el despertar con sus compañeros de cuarto, preguntándose a qué se debía aquel sonido metálico que llegaba a través de los vanos. Masculló el nombre del mamífero responsable al verlo pasearse por el patio con un montón de chatarra encima, de poco a nada sorprendida ante tal estampa. Al contrario que Alec, no obstante, decidió que era una buena hora como cualquier otra para levantarse, por lo que se desperezó y se dirigió al aseo para su acicalado matutino. Una vez con el plumaje en perfectas condiciones descendió hasta la cocina y, bostezando sonoramente rebuscó entre las cestas hasta encontrar algo de su agrado para desayunar. Le había cogido el gusto a la mayoría de frutas que se encontraban entre las provisiones, así que se hizo con una de sus favoritas y un par de insectos. Desde la mesa de la cocina lanzaba alguna que otra mirada al patio, observando con reprobación como Chromsa se empeñaba en juntarse con aquel desastre enlatado. Chasqueó la lengua sonoramente y picoteó su desayuno.
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Torreón Silente
03/12/19, 12:19 am
Una vez hubo terminado de correr, cogió el arco y dos carcajs y empezó a practicar su puntería, sin quitarse la armadura. Iba alternando entre las dianas aleatoriamente, disparando a distintas distancias para no acostumbrarse a una misma diana y para no poder ajustar el tiro tras el primer tiro. Gastó los dos carcajs sin salirse de la diana, pero hacia un tiempo que no practicaba con el arco, así que sus resultados no fueron los mejores que podría llegar a conseguir. Para alternar disciplinas, continuó con unos entrenamientos con la espada y el hacha, para terminar con el lanzamiento de hacha, no contra las dianas, puesto que las hubiese dejado inservibles, sino que usó un tablón que tenía una marca en el centro. Tras media decena de lanzamientos, dió el entrenamiento por terminado, tras intensa hora y media, y se quitó la armadura para guardarla, junto con las armas de vuelta en los baules, que colocó contra la pared del patio. Sin embargo dejó las dianas repartidas por el patio, al igual que los monigotes. Cuando hubo terminado subió los cubos de agua al baño para asearse antes de bajar a desayunar. El agua estaba bastante fría, lo cual no le sirvió para relajar los músculos precisamente, así que aunque cansado pero satisfecho, bajó a desayunar algo, encontrandose con la pajaro, a la cual prefirió no hablar. Cogió unos cuantos huevos y verduras y se puso a hacer unos huevos revueltos para todos, esperando poder hacer las paces después de las últimos días en los cuales no había causado demasiada buena opinión. Cuando estuvieron listos, llenó unos cuantos vasos con una especie de leche que olía raro y que encontró en las cestas. Estando todo listo, cogió el tablón que había estado usando para el lanzamiento de hacha y colocó varios platos y los vasos sobre él,al igual que cubiertos, para subirlos a las habitaciones.
-Hola chicos, he hecho el desayuno para todos, a ver si os gusta. Os lo dejo aquí ¿Vale?- dijo dejandolo sobre una cama vacia. A continuación salió de la habitación y bajó al salón para disfrutar de su propio desayuno con los que ya estaban abajo. A pesar de no hablar con ella, también dejó un plato para la pájaro.
-Hola chicos, he hecho el desayuno para todos, a ver si os gusta. Os lo dejo aquí ¿Vale?- dijo dejandolo sobre una cama vacia. A continuación salió de la habitación y bajó al salón para disfrutar de su propio desayuno con los que ya estaban abajo. A pesar de no hablar con ella, también dejó un plato para la pájaro.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- Isma
Ficha de cosechado
Nombre: Damian
Especie: Humano itaiano
Habilidades: Agilidad, dibujo, espontaneidad
Personajes :- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
- Damian: Humano italiano (1.35m)
Síntomas : En ocasiones se desconcentra con más facilidad. Sufrirá de vez en cuando migrañas con aura.
Armas :- Adam: Cimitarra y cuerpo de caballo. La incomodidad
- Damian: Dientes
Daga
Status : muñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñonesmuñones
Humor : ajjaj- Adam Petrov: Humano ruso (1.85m)/Pegaso (Cuarto de Milla)
Re: Torreón Silente
04/12/19, 05:23 pm
Habiendo terminado de lavar platos, Adam no fue muy activo con los demás tomando la decisión de explorar el torreón a solas. Miró con asombro cada rincón del curioso edificio y los recientes cambios en éste debido a la corta estancia de los demás. A través de los ventanales de la primera planta observó cuidadosamente a cada uno de los cosechados que decidieron salir del interior del torreón. <<Todos parecen buenas personas a su manera. Espero no llevarme mal con ninguno>>
Adam siempre fue observador desde que estuvo en el reformatorio, distinguiendo con un margen de error muy bajo quienes estaban realmente arrepentidos por sus actos y quienes no. Se percató de que todos estaban asustados, incluido él mismo. Esa imagen global de todos le entristeció, yendo incluso a peor cuando se dio cuenta de que Kahlo se frotaba la cara. <<Incluso ella...>>.
Tras un largo rato de suspirar mientras miraba la plantación de Chromsa, fue a asearse ya que no pudo evitar arrugar la nariz al oler su propia ropa. No tardo mucho en limpiar su suciedad y vestirse con otra muda que abrigaba bastante menos, aunque aún conservaba su bufanda la cual se puso rápidamente tapando su maldito tatuaje <<Ojalá hubiese algún hechizo para quitarme esto…>> . Ya era de noche y fue uno de los primeros en caer redondo. Apenas le costó dormir debido al agotamiento mental de ese día, recordando brévemente el monstruoso esqueleto que los asaltaron.
No pudo evitar levantarse de sopetón por el ruido que hacía Kolja al entrenar con su armamento metálico. Bajó muy lentamente de la cama al estar aturdido de dormir tanto, dando un enorme bostezo que mínimo resonó por toda la estructura. —...Buenos días a todos —saludó bajito mientras estiraba sus largos brazos que apuntaban al techo. Mientras se espabilaba sentado al borde de la cama y mirando probablemente a nada en particular, se sorprendió de que Kolja subió con desayuno.
—Gracias… —agradeció sorprendido por su amabilidad. No parecía el mismo que se burló de él cuando entró por primera vez en el torreón, llamándolo cartero. Bajó rápidamente con el desayuno en mano adelantándose a Kolja —Oye mira… —al principio le costó hablar un poco —no os guardo rencor ni a ti ni a Chromsa por lo de ayer aún si fuisteis imprudentes. Es normal que tomemos malas decisiones después de todo. Así que, ¿amigos?
—finalizó mientras le extendía la mano a Kolja con una pequeña sonrisa en su rostro.
Adam siempre fue observador desde que estuvo en el reformatorio, distinguiendo con un margen de error muy bajo quienes estaban realmente arrepentidos por sus actos y quienes no. Se percató de que todos estaban asustados, incluido él mismo. Esa imagen global de todos le entristeció, yendo incluso a peor cuando se dio cuenta de que Kahlo se frotaba la cara. <<Incluso ella...>>.
Tras un largo rato de suspirar mientras miraba la plantación de Chromsa, fue a asearse ya que no pudo evitar arrugar la nariz al oler su propia ropa. No tardo mucho en limpiar su suciedad y vestirse con otra muda que abrigaba bastante menos, aunque aún conservaba su bufanda la cual se puso rápidamente tapando su maldito tatuaje <<Ojalá hubiese algún hechizo para quitarme esto…>> . Ya era de noche y fue uno de los primeros en caer redondo. Apenas le costó dormir debido al agotamiento mental de ese día, recordando brévemente el monstruoso esqueleto que los asaltaron.
No pudo evitar levantarse de sopetón por el ruido que hacía Kolja al entrenar con su armamento metálico. Bajó muy lentamente de la cama al estar aturdido de dormir tanto, dando un enorme bostezo que mínimo resonó por toda la estructura. —...Buenos días a todos —saludó bajito mientras estiraba sus largos brazos que apuntaban al techo. Mientras se espabilaba sentado al borde de la cama y mirando probablemente a nada en particular, se sorprendió de que Kolja subió con desayuno.
—Gracias… —agradeció sorprendido por su amabilidad. No parecía el mismo que se burló de él cuando entró por primera vez en el torreón, llamándolo cartero. Bajó rápidamente con el desayuno en mano adelantándose a Kolja —Oye mira… —al principio le costó hablar un poco —no os guardo rencor ni a ti ni a Chromsa por lo de ayer aún si fuisteis imprudentes. Es normal que tomemos malas decisiones después de todo. Así que, ¿amigos?
—finalizó mientras le extendía la mano a Kolja con una pequeña sonrisa en su rostro.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carismaPersonajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
05/12/19, 10:43 pm
Kahlo se reacomodó en el sofá con un mohín en la cara, molesta por el ruido que alguien estaba formando fuera. Oficialmente había perdido toda esperanza de volver a dormirse o empezar de buen humor, pero nada de aquello le impedía el quedarse tumbada todo el tiempo que le fuera posible. No era típico de ella desperdiciar el tiempo, aunque tampoco es que hubiese mucho en lo que aprovecharlo una vez fuera de las mantas. Apenas se movió al notar nuevas presencias en el salón, aunque era consciente de que cuanto más tardase en levantarse, más gente se acumularía ahí. La falta de privacidad del torreón era de los choques que peor llevaba; no acostumbraba a dejarse ver en ropas de cama y sin arreglar, asi que estaba claro que las mañanas iban a ser un infierno de ahí en adelante. No solo daría lo que fuera por volver a casa, daría lo que fuera hasta por cuatro paredes extras para ella sola en ese edificio.
Esperó el mejor momento para sacar una pierna, oyendo unos pasos perderse al piso de arriba; el ruido metálico de fuera había cesado y ahora le llegaba a la nariz el olor del desayuno. Se estiró con un suspiro desganado, levantándose despacio mientras se llevaba los dedos al pelo con timidez para peinar los bucles rebeldes con los que solía amanecer. Se giró lo justo para ver a Lethe por el rabillo del ojo, arregló su camisón al ponerse en pie y salió al patio a por un cubo de agua con el que lavarse la cara. La fría temperatura de esta bastó para espabilarla. Ahora solo tenía que subir deprisa a los aseos para cambiarse. Entró sin detenerse demasiado a mirar el tinglado que había montado fuera, cogió su ropa y demás abalorios y subió a la planta de arriba. Pasó todo lo disimuladamente que pudo, y ya en la grata soledad del baño se vistió -todo lo bien que le permitían las ropas del torreón- y adecentó en relativas condiciones. No encontró un solo espejo, así que tendría que confiar en que no llevaba el pelo demasiado mal. Ya tenía nuevo objetivo: encontrar algo que usar de espejo en ese condenado lugar. Al salir se encontró con Kolja y Adam en las escaleras, pero prefirió pasar discreta y en silencio a entrometerse y empezar peor el día.
—Buenos días —dijo, por fin, cuando se encontró de nuevo abajo. Ver el desayuno servido no era algo fuera de lo común para ella, acostumbrada a esa imagen día tras día por el trabajo de los sirvientes de su familia, si bien lo extraño le sería dar las gracias por ello—. No hay un solo espejo en este sitio. Si encontráis uno me harías tremendamente feliz.
Cogió una cuchara y trató de verse en ella. No es que fuese lo mejor, pero le permitió devolver algún mechón a su sitio.
Esperó el mejor momento para sacar una pierna, oyendo unos pasos perderse al piso de arriba; el ruido metálico de fuera había cesado y ahora le llegaba a la nariz el olor del desayuno. Se estiró con un suspiro desganado, levantándose despacio mientras se llevaba los dedos al pelo con timidez para peinar los bucles rebeldes con los que solía amanecer. Se giró lo justo para ver a Lethe por el rabillo del ojo, arregló su camisón al ponerse en pie y salió al patio a por un cubo de agua con el que lavarse la cara. La fría temperatura de esta bastó para espabilarla. Ahora solo tenía que subir deprisa a los aseos para cambiarse. Entró sin detenerse demasiado a mirar el tinglado que había montado fuera, cogió su ropa y demás abalorios y subió a la planta de arriba. Pasó todo lo disimuladamente que pudo, y ya en la grata soledad del baño se vistió -todo lo bien que le permitían las ropas del torreón- y adecentó en relativas condiciones. No encontró un solo espejo, así que tendría que confiar en que no llevaba el pelo demasiado mal. Ya tenía nuevo objetivo: encontrar algo que usar de espejo en ese condenado lugar. Al salir se encontró con Kolja y Adam en las escaleras, pero prefirió pasar discreta y en silencio a entrometerse y empezar peor el día.
—Buenos días —dijo, por fin, cuando se encontró de nuevo abajo. Ver el desayuno servido no era algo fuera de lo común para ella, acostumbrada a esa imagen día tras día por el trabajo de los sirvientes de su familia, si bien lo extraño le sería dar las gracias por ello—. No hay un solo espejo en este sitio. Si encontráis uno me harías tremendamente feliz.
Cogió una cuchara y trató de verse en ella. No es que fuese lo mejor, pero le permitió devolver algún mechón a su sitio.
- ♪♫♬:
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
06/12/19, 12:23 am
A Luci se le escapó una risa, que tapó rápidamente con el borde de la manta. No estaba bien desearle la muerte a nadie pero entendía la frustración de Alec. Aquella no era la mejor forma de despertarse. Se quedó en la cama viendo a sus compañeros ir y venir y dándoles los buenos días cuando reconocían su presencia o coincidían sus miradas. No tenía intención de levantarse hasta que el hambre o su vejiga le dijesen lo contrario. Entonces llegó Kolja con el desayuno.
Ya de primeras no olía bien. Era menos potente que el estofado pero seguía pareciendo algo sin terminar. Le dio las gracias por educación (una ofrenda de comida siempre debía agradecerse) y cuando el chico se fue olisqueó mejor con cara de no estar nada convencido. Probó un bocado. No, definitivamente la cocina no era el fuerte del rubio. Se lamentó de que su ración fuera a echarse a perder, aunque hizo saber al resto que la cedía a quien la quisiese. Se llevó una muda y el vaso de leche al piso inferior, donde ya estaban Kahlo y Lethe.
-¡Buenos días! -saludó. Kahlo se estaba acicalando mirándose en una cuchara. Con cuidado le colocó un mechón rebelde en su sitio -A mi también me gustaría tener algún espejo, seguro que me veo horrible.
Solo pensarlo le revolvía el estómago.
Puso agua a calentar para su baño. Mientras, peló fruta que se pudiera machacar fácilmente e hizo un puré con ellas, la leche y una buena cantidad de miel. Como los excursionistas habían traído cuerda nueva no tuvo que desmontar el tendal para poner su cortina improvisada. Quería bañarse antes de tomarse su papilla de frutas. En casa siempre desayunaba en pijama, pero por alguna razón el ambiente del torreón le hacía querer asearse cuanto antes todas las mañanas, y la comida nunca le sabía bien cuando se sentía sucio.
-¿Qué vamos a hacer hoy? -preguntó desde su barreño. Se había recogido el pelo para no mojárselo.
Ya de primeras no olía bien. Era menos potente que el estofado pero seguía pareciendo algo sin terminar. Le dio las gracias por educación (una ofrenda de comida siempre debía agradecerse) y cuando el chico se fue olisqueó mejor con cara de no estar nada convencido. Probó un bocado. No, definitivamente la cocina no era el fuerte del rubio. Se lamentó de que su ración fuera a echarse a perder, aunque hizo saber al resto que la cedía a quien la quisiese. Se llevó una muda y el vaso de leche al piso inferior, donde ya estaban Kahlo y Lethe.
-¡Buenos días! -saludó. Kahlo se estaba acicalando mirándose en una cuchara. Con cuidado le colocó un mechón rebelde en su sitio -A mi también me gustaría tener algún espejo, seguro que me veo horrible.
Solo pensarlo le revolvía el estómago.
Puso agua a calentar para su baño. Mientras, peló fruta que se pudiera machacar fácilmente e hizo un puré con ellas, la leche y una buena cantidad de miel. Como los excursionistas habían traído cuerda nueva no tuvo que desmontar el tendal para poner su cortina improvisada. Quería bañarse antes de tomarse su papilla de frutas. En casa siempre desayunaba en pijama, pero por alguna razón el ambiente del torreón le hacía querer asearse cuanto antes todas las mañanas, y la comida nunca le sabía bien cuando se sentía sucio.
-¿Qué vamos a hacer hoy? -preguntó desde su barreño. Se había recogido el pelo para no mojárselo.
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