Torreón Silente
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- InvitadoInvitado
Torreón Silente
15/04/19, 08:23 pm
Recuerdo del primer mensaje :
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- Magia:
Irán en negrita los traducidos.
Grimorio de hechicería de andar por casa:
-Curación general (orgánicos)
-Niebla mágica (ocultación o búsqueda)
-Ampliación de sonido (comunicación u obtención de información)
-Térmico (físico)
-Hechizos medidores de magnitudes sencillas (físico)
-Hechizo reflectante (físico)
-Nudo de cerática (menores)
-Limpieza de ropas (menores)
Hechizos para defenderse de bestias menores:
-Centella ambarina (ofensivo)
-Escudo mágico (defensivo)
-Sortilegio de defensa (defensivo)
-Levitación (transporte)
-Corte (físico)
-Hechizo de impacto (físico)
-Hechizo de inyección (físico)
-Traspaso de energía (varios)
-Hechizo de dentera (varios)
Hechizos que compartidos por los macieleros:
-Recomposicion (orgánico)
-Luz mágica (menor)
-Chispa de intuición mágica (ocultación o búsqueda)
-Hechizo de impulso (físico)
-Moldear materia orgánica (físico)
-Moldear materia inorgánica (físico)
-Cambio de color (menores)
-Sanación superficial (orgánico)
-Restauración (orgánico)
-Amplificación sensorial (orgánico)
-Curación nívea (orgánico - cerca de la luna)
-Hechizo de confusión (ofensivo)
-Centella ambarina (ofensivo)
-Protección básica (defensivo)
-Desvío (defensivo)
-Campo de fuerza (defensivo)
Luci estaba concentrado principalmente en poner un pie delante del otro. Se mantenía lejos de la cabeza del grupo y lejos de la cola, pues tenía miedo tanto de ser el primero en enfrentarse al paisaje como de quedarse rezagado. Aparte de sus pasos también prestaba atención a las tres personas que le habían dirigido la palabra, asegurándose de tener al menos una a su alcance en todo momento. El daeliciano necesitaba nuevos referentes a los que aferrarse.
En cuanto a la fealdad de la ciudad, Luci hacía grandes esfuerzos por ignorarla. La zona por la que avanzaban parecía cada vez más y más ruinosa y los pocos edificios que se tenían en pie eran verdaderas abominaciones. Entre semejante escombrera no tardaron en ver una torre alzarse, claramente nueva y en buenas condiciones pero igualmente horrenda en sus términos estéticos. Por mucho que lo deseara no le quedaba más remedio que aceptar que ese era el posible refugio que había divisado la persona emplumada pues no había ningún otro sitio donde meterse. Se le escapó un gemido lastimero.
La torre (o más bien torreón) era altísima, de piedra gris y salpicada de diminutas ventanitas que auguraban un interior oscuro y frío. El único adorno que tenía era un ¿reloj? Parecía un reloj pero Luci no era capaz de interpretar la hora que marcaba. Tenía un puente sujeto por cadenas sobre un foso. Al acercarse el pelirrosa comprobó con alivio que no había huesos en él aunque olía terriblemente mal. << ¿Es que todo en esa ciudad es desagradable?>> pensó angustiado, cubriéndose la nariz con el cuello del pijama. No sería el primero en entrar, pero tampoco el último, simplemente seguiría al grueso del grupo a pasitos inseguros.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
18/06/19, 01:43 am
El llanto de Luci se cortó en cuanto el grupo se movilizó. El daeliciano los miraba con desconcierto ¿De verdad iban a salir a por esa porquería? Encima ninguno parecía dudar. Sabía que no era eso lo que comían en sus mundos, al menos en el caso de Alec, pues le había hablado sobre ello la noche anterior.
Tan solo Kahlo y él quedaron en el torreón. Dejó que la varmana se ocupase del puente y se fue a un sofá a estar triste. Estaba hambriento pero pensar en lo que tendría que comer cuando los demás volvieran le revolvía el estómago y le provocaba una gran ansiedad. Se abrazó las rodillas y escondió la cabeza para llorar flojito. Podía soportar más o menos la suciedad, autoengañarse con que la fealdad del torreón y de la ropa en él podía arreglarse con algo de imaginación pero la comida era fundamental en su vida, en su cultura, no podía comer basura, era algo imposible.
<< Voy a morir de hambre. No hace falta que me mate ningún monstruo, me moriré de hambre>>
Tan solo Kahlo y él quedaron en el torreón. Dejó que la varmana se ocupase del puente y se fue a un sofá a estar triste. Estaba hambriento pero pensar en lo que tendría que comer cuando los demás volvieran le revolvía el estómago y le provocaba una gran ansiedad. Se abrazó las rodillas y escondió la cabeza para llorar flojito. Podía soportar más o menos la suciedad, autoengañarse con que la fealdad del torreón y de la ropa en él podía arreglarse con algo de imaginación pero la comida era fundamental en su vida, en su cultura, no podía comer basura, era algo imposible.
<< Voy a morir de hambre. No hace falta que me mate ningún monstruo, me moriré de hambre>>
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Silente
26/06/19, 10:44 am
Kahlo observó con aparente impasibilidad como sus nuevos compañeros abandonaban el nido. Lo cierto es que estaba inquieta por el miedo a que no volvieran, a quedarse sola con la única compañía del daeliciano. Al bajar el puente sus manos temblaban, abrumada por aquel pensamiento en el que Luci y ella morían de hambre solos en la torre. Se sacudió el miedo de encima, dejando que el intenso silencio de la ciudad se hiciera hueco en ella según los pasos de los demás se perdían en el camino.
Vio al de piel rosa acurrucado en el sofá pero no dijo nada. No era buena consolando gente sin sentirlo sinceramente, y en el estado en el que se encontraba tampoco es que quisiera hacerlo. Sin mediar palabra la varmana subió a por ropa vieja, sin pararse a mirar que cogía para llevarla al salón. Bajó con cuidado las escaleras, pues su campo de visión estaba reducido por la cantidad de prendas, finalmente dejando el montoncito en una mesa cercana al sofá de Luci. Se cruzó de brazos, espectante.
─¿Me vas a ayudar a arreglar la ropa? ─lo cierto es que no era una pregunta, pero tuvo el detalle de añadir la entonación interrogante a mitad de frase. Sus pupilas se dilataron sutilmente al caer en un detalle─. ¿Sabes coser? Bueno, eso da igual ─añadió, sin apenas darle margen de respuesta al daeliciano─. Puedo enseñarte.
La varmana pareció caer en cuenta (tarde) de la situación en la que se encontraba Luci. Estaba llorando. Por mucho que le pusieran de los nervios los críos y las muestras de debilidad así se reprendió a sí misma para ser más delicada. Al menos lo intentaría.
─Mientras puedes buscar ahí cosas que te gusten y vemos que hacer con ellas. Así nos entretenemos un rato ─se esforzó en sacar una sonrisa casi maternal. Su tono era más lento, tanteando que tanta suavidad necesitaba añadir. Luego se alejó despacio, en otra dirección─. Yo voy a por hilo y aguja. Tengo que remendar mi falda.
Vio al de piel rosa acurrucado en el sofá pero no dijo nada. No era buena consolando gente sin sentirlo sinceramente, y en el estado en el que se encontraba tampoco es que quisiera hacerlo. Sin mediar palabra la varmana subió a por ropa vieja, sin pararse a mirar que cogía para llevarla al salón. Bajó con cuidado las escaleras, pues su campo de visión estaba reducido por la cantidad de prendas, finalmente dejando el montoncito en una mesa cercana al sofá de Luci. Se cruzó de brazos, espectante.
─¿Me vas a ayudar a arreglar la ropa? ─lo cierto es que no era una pregunta, pero tuvo el detalle de añadir la entonación interrogante a mitad de frase. Sus pupilas se dilataron sutilmente al caer en un detalle─. ¿Sabes coser? Bueno, eso da igual ─añadió, sin apenas darle margen de respuesta al daeliciano─. Puedo enseñarte.
La varmana pareció caer en cuenta (tarde) de la situación en la que se encontraba Luci. Estaba llorando. Por mucho que le pusieran de los nervios los críos y las muestras de debilidad así se reprendió a sí misma para ser más delicada. Al menos lo intentaría.
─Mientras puedes buscar ahí cosas que te gusten y vemos que hacer con ellas. Así nos entretenemos un rato ─se esforzó en sacar una sonrisa casi maternal. Su tono era más lento, tanteando que tanta suavidad necesitaba añadir. Luego se alejó despacio, en otra dirección─. Yo voy a por hilo y aguja. Tengo que remendar mi falda.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
26/06/19, 05:37 pm
Luci dio un respingo, había estado tan centrado en sus malos pensamientos que no se había dado cuenta de que Kahlo se le había acercado con un montón de ropa. Se limpió las lágrimas para verla bien. Por su actitud pensó al principio que iba a regañarle, pero pronto vio que nada más lejos de eso.
-Sé coser -respondió -Pero no muy bien.
Había aprendido a coser en el colegio como todo el mundo y aunque no era la actividad en la que más destacaba se defendía lo bastante para hacer bordados sencillos y algún que otro remiendo. Podía ayudar a Kahlo, y en cualquier otra situación le habría entusiasmado poder mejorar sus habilidades de costura pero ¿cómo podía la varmana mostrarse tan tranquila? ¿Cómo podía pensar en tareas cuando llevaba un día sin comer y la única promesa de alimento era en forma de cosas asquerosas? Por un lado Luci estaba desconcertado, por otro sentía verdadera admiración.
Aceptó ayudar a la chica y mientras ella iba en busca de hilo y aguja Luci se ocupó de separar las prendas por arreglos necesarios, tipos de tejido y demás, guardándose las que creía que podía rescatar o que le daban menos grima ponerse. En cuanto Kahlo volvió se pusieron manos a la obra.
-Ojalá tuviéramos tintes -dijo después de un rato en silencio. -Toda la ropa aquí tiene colores muy sosos.
-Sé coser -respondió -Pero no muy bien.
Había aprendido a coser en el colegio como todo el mundo y aunque no era la actividad en la que más destacaba se defendía lo bastante para hacer bordados sencillos y algún que otro remiendo. Podía ayudar a Kahlo, y en cualquier otra situación le habría entusiasmado poder mejorar sus habilidades de costura pero ¿cómo podía la varmana mostrarse tan tranquila? ¿Cómo podía pensar en tareas cuando llevaba un día sin comer y la única promesa de alimento era en forma de cosas asquerosas? Por un lado Luci estaba desconcertado, por otro sentía verdadera admiración.
Aceptó ayudar a la chica y mientras ella iba en busca de hilo y aguja Luci se ocupó de separar las prendas por arreglos necesarios, tipos de tejido y demás, guardándose las que creía que podía rescatar o que le daban menos grima ponerse. En cuanto Kahlo volvió se pusieron manos a la obra.
-Ojalá tuviéramos tintes -dijo después de un rato en silencio. -Toda la ropa aquí tiene colores muy sosos.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Re: Torreón Silente
30/06/19, 10:57 pm
Kahlo sonrió conforme al oír la positiva del daeliciano. Se sentó en frente suya para remendar su falda, ojeando cada poco como trabajaba para asegurarse de que no hacía ninguna locura con las prendas que cogía. Delante del piel rosada la varmana no tenía apuro alguno a la hora de mostrar piernas, gesto inevitable al recoger el ruedo de la prenda que llevaba puesta. Solo era un niño (niña a sus ojos) pequeño. Pilló la prenda con alfileres a ojo, levantándose cada poco para comprobar que la caída no quedaba ladeada. Si podía le haría algún bordado, añadiría detalles o incluso patrones de alguna otra prenda aunque no la subiera por encima de la rodilla.
—Desde luego —respondió, con la vista fija a sus pies. Dio una vuelta suave sobre si misma, buscando imperfectos en la parte posterior de la prenda. Localizado cierto punto volvió a tomar asiento, sujetando una parte que no le convencía para recolocarla—. Hay maneras de hacer tintes con alimentos, flores y plantas. No es demasiado complicado por lo que sé.
No levantó cabeza al hablar, concentrada en su tarea.
—Pero no contamos con comida ni con vegetación alguna —suspiró, poniéndose las gafas para meter el hilo en la aguja y pasar a coser. A pesar de su aparente apatía, había un deje indescifrable en su voz; sentimientos mal contenidos—. Así que a menos que nos sobre algo, me temo que no podemos permitirnos tal lujo.
Se clavó la aguja en el dedo sin querer. Acababa de llamar lujo a teñir ropa vieja con hortalizas, como si fuera una clase de plebeya que ni eso puede permitirse. Hizo una mueca y dejó salir el aire entre sus dientes, un suspiro rápido. Agarró con fuerza la tela y se chupó el dedo, quitándose todo pensamiento que la pusiera de peor humor de encima.
—Pero bueno, háblame de ti, Luci. ¿Cuántos años tienes?
—Desde luego —respondió, con la vista fija a sus pies. Dio una vuelta suave sobre si misma, buscando imperfectos en la parte posterior de la prenda. Localizado cierto punto volvió a tomar asiento, sujetando una parte que no le convencía para recolocarla—. Hay maneras de hacer tintes con alimentos, flores y plantas. No es demasiado complicado por lo que sé.
No levantó cabeza al hablar, concentrada en su tarea.
—Pero no contamos con comida ni con vegetación alguna —suspiró, poniéndose las gafas para meter el hilo en la aguja y pasar a coser. A pesar de su aparente apatía, había un deje indescifrable en su voz; sentimientos mal contenidos—. Así que a menos que nos sobre algo, me temo que no podemos permitirnos tal lujo.
Se clavó la aguja en el dedo sin querer. Acababa de llamar lujo a teñir ropa vieja con hortalizas, como si fuera una clase de plebeya que ni eso puede permitirse. Hizo una mueca y dejó salir el aire entre sus dientes, un suspiro rápido. Agarró con fuerza la tela y se chupó el dedo, quitándose todo pensamiento que la pusiera de peor humor de encima.
—Pero bueno, háblame de ti, Luci. ¿Cuántos años tienes?
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
02/07/19, 12:59 am
Luci sabía lo de los tintes. Habían dado en clase el origen de los pigmentos y habían aprendido a teñir y decorar prendas.
-En casa me arreglaba mi ropa. A veces teñía algunas cosas o las pintaba. Mi madre tenía un peto verde palo al que le pinté un montón de florecitas rosas y quedaba super bonito. Ojalá pudiera enseñártelo.
Estaba bastante orgulloso de su armario, había tardado varios años en definir su estilo y conseguir un fondo aceptable. En su ciudad no había tanta variedad de ropa como en la Ciudad del Mar y la moda estaba un pelín estancada. Al mirar su montón de ropa se dio cuenta de que inconscientemente había elegido muchas prendas claras, las más fáciles de teñir. Puede que encontrase otras formas de darles una nota de color.
Mientras Kahlo estaba centrada en su falda. Cosía, se levantaba, medía y volvía a coser. Luci aprovechó una de las veces en que su falda estaba levantada para mirar debajo, ladeando un poco la cabeza.
-Me gustan tus pantalones -comentó. Eran blancos, vale, pero tenían un fruncido que les daba un volumen gracioso y puntillas en los extremos. -¿Por qué los tapas con la falda?
Llevar varias capas de ropa era normal cuando hacía frío pero allí estaban a una temperatura bastante soportable, aunque por la textura de las telas no tenía pinta de que abrigasen demasiado.
-Tengo trece años. Debería empezar estudios especializados este curso pero no me decidí por nada. Se suponía que iba a trabajar con mi padre hasta que encontrase algo que hacer.
La explicación sobre sus planes de futuro era una forma de anticiparse a posibles preguntas, ya que por edad debía estar cerca de independizarse.
-¿Tú cuántos años tienes? ¿Tienes hijos?
Desde luego parecía lo bastante mayor para tenerlos, casi todos los de su grupo en realidad. Luci esperaba de corazón que no fuese así, debía ser terrorífico estar en un lugar desconocido habiendo dejado atrás a tu familia.
-En casa me arreglaba mi ropa. A veces teñía algunas cosas o las pintaba. Mi madre tenía un peto verde palo al que le pinté un montón de florecitas rosas y quedaba super bonito. Ojalá pudiera enseñártelo.
Estaba bastante orgulloso de su armario, había tardado varios años en definir su estilo y conseguir un fondo aceptable. En su ciudad no había tanta variedad de ropa como en la Ciudad del Mar y la moda estaba un pelín estancada. Al mirar su montón de ropa se dio cuenta de que inconscientemente había elegido muchas prendas claras, las más fáciles de teñir. Puede que encontrase otras formas de darles una nota de color.
Mientras Kahlo estaba centrada en su falda. Cosía, se levantaba, medía y volvía a coser. Luci aprovechó una de las veces en que su falda estaba levantada para mirar debajo, ladeando un poco la cabeza.
-Me gustan tus pantalones -comentó. Eran blancos, vale, pero tenían un fruncido que les daba un volumen gracioso y puntillas en los extremos. -¿Por qué los tapas con la falda?
Llevar varias capas de ropa era normal cuando hacía frío pero allí estaban a una temperatura bastante soportable, aunque por la textura de las telas no tenía pinta de que abrigasen demasiado.
-Tengo trece años. Debería empezar estudios especializados este curso pero no me decidí por nada. Se suponía que iba a trabajar con mi padre hasta que encontrase algo que hacer.
La explicación sobre sus planes de futuro era una forma de anticiparse a posibles preguntas, ya que por edad debía estar cerca de independizarse.
-¿Tú cuántos años tienes? ¿Tienes hijos?
Desde luego parecía lo bastante mayor para tenerlos, casi todos los de su grupo en realidad. Luci esperaba de corazón que no fuese así, debía ser terrorífico estar en un lugar desconocido habiendo dejado atrás a tu familia.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
06/07/19, 10:52 am
Kahlo escuchaba en silencio. La voz de Luci se solapaba con sus propios pensamientos, pequeños detalles que mencionaba le hacían pensar en su hogar y sus ganas de haber sido menos ingenua. Se imaginó a Luci pintando florecitas con su madre. Luego, fugaz como un destello, se veía a sí misma y a su madre pintando pequeños paisajes en los jardines públicos como muchas otras veces habían hecho, enfrascadas en su tarea en la paz del silencio. Aún si no hablaban demasiado mientras el pincel chocaba con el lino, la sensación de pena se clavó en ella con fuerza, la nostagia de la calma y nula preocupación que acompañaba a sus ratos libres. No se sentía así por haber llegado a aquella horrible ciudad, su nostalgia venía desde las preparaciones para su matrimonio concertado. Desde entonces sus salidas con su madre habían sido tensas, una especie distinta de silencio.
—Me habría encantado verlo —fue su única respuesta, con la mirada fija y sin interés en algún punto de su falda.
A la varmana le daba igual que Luci viera dentro de su falda, por eso mismo había decidido coserla sin pudor alguno delante suya. Sin embargo, no pasó por alto el pequeño gesto que tuvo para mirar mejor debajo.
«¡Pero hazlo con disimulo!» pensó. Frunció levemente el ceño, observándole de reojo por encima de sus gafas. Aunque fuera una cuestión tan nímia de comportamiento y educación Kahlo tenía el instinto de corregirle.
—Se llaman pololos. Hay que saber llamar a cada prenda por su nombre —le respondió con suavidad. Abrió mucho los ojos con su siguiente pregunta—. Porque se trata de ropa interior, no es para enseñarla. Da seguridad y mejor movilidad.
Soltó un pequeño suspiró por la nariz, apenas un soplido. En cuanto Luci pasó a contar cosas sobre él, la varmana escuchó con interés. Su padre debía de tener un negocio. Estaba apunto de preguntar por más detalle del mismo, pero el pequeño daeliciano se adelantó a sus movimientos. La última pregunta le hizo congelarse en seco, con expresión de total incertidumbre. Esta vez sí frunció el ceño notablemente mientras sus mejillas se encendían en vergüenza.
—¡Pues claro que no! —arrugó más la nariz. Jamás le habían preguntado algo así. Que incautas se quedasen preñadas a tan pronta edad era normal, «cuando eres una fresca y no tienes futuro», pensó, ¿pero ella? Alguien con clase no cometía semejantes imprudencias—. Tengo 16 años, ni siquiera estoy casada. Por favor.
Arrastró la última frase con desdén, mirando a otro lado irritada. Había dejado de coser por la molestia, y se encontró a sí misma volviendo a la tarea con cierta desgana.
—Me habría encantado verlo —fue su única respuesta, con la mirada fija y sin interés en algún punto de su falda.
A la varmana le daba igual que Luci viera dentro de su falda, por eso mismo había decidido coserla sin pudor alguno delante suya. Sin embargo, no pasó por alto el pequeño gesto que tuvo para mirar mejor debajo.
«¡Pero hazlo con disimulo!» pensó. Frunció levemente el ceño, observándole de reojo por encima de sus gafas. Aunque fuera una cuestión tan nímia de comportamiento y educación Kahlo tenía el instinto de corregirle.
—Se llaman pololos. Hay que saber llamar a cada prenda por su nombre —le respondió con suavidad. Abrió mucho los ojos con su siguiente pregunta—. Porque se trata de ropa interior, no es para enseñarla. Da seguridad y mejor movilidad.
Soltó un pequeño suspiró por la nariz, apenas un soplido. En cuanto Luci pasó a contar cosas sobre él, la varmana escuchó con interés. Su padre debía de tener un negocio. Estaba apunto de preguntar por más detalle del mismo, pero el pequeño daeliciano se adelantó a sus movimientos. La última pregunta le hizo congelarse en seco, con expresión de total incertidumbre. Esta vez sí frunció el ceño notablemente mientras sus mejillas se encendían en vergüenza.
—¡Pues claro que no! —arrugó más la nariz. Jamás le habían preguntado algo así. Que incautas se quedasen preñadas a tan pronta edad era normal, «cuando eres una fresca y no tienes futuro», pensó, ¿pero ella? Alguien con clase no cometía semejantes imprudencias—. Tengo 16 años, ni siquiera estoy casada. Por favor.
Arrastró la última frase con desdén, mirando a otro lado irritada. Había dejado de coser por la molestia, y se encontró a sí misma volviendo a la tarea con cierta desgana.
- ♪♫♬:
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
08/07/19, 05:35 pm
Luci conocía los pololos, tenía dos pares, pero no eran tan largos. Le sorprendió saber que eran ropa interior, no entendía la razón de llevar ropa interior larga si no era para abrigarse y desde luego esa tela no parecía abrigar mucho.
-La ropa interior se puede enseñar si no hace frío -acabó respondiendo, como una pequeña nota de rebeldía.
La reacción de Kahlo a su pregunta sobre los hijos fue muy muy graciosa y el daeliciano no pudo evitar reirse.
-Mi mamá me tuvo con 15, mi papá tenía 17, y ahora que soy mayor tengo una hermanita. ¿Es raro tener hijos a los 16 de donde vienes?
Según lo que Luci conocía si alguien tenía mucha suerte podía criar a los 13, aunque él no conocía a nadie de su edad con hijos. Su madre había sido la madre más joven de su barrio y con dos hijos despertaba algunas envidias. Luci estaba muy orgulloso.
-Por cierto, ¿qué es estar casada?
-La ropa interior se puede enseñar si no hace frío -acabó respondiendo, como una pequeña nota de rebeldía.
La reacción de Kahlo a su pregunta sobre los hijos fue muy muy graciosa y el daeliciano no pudo evitar reirse.
-Mi mamá me tuvo con 15, mi papá tenía 17, y ahora que soy mayor tengo una hermanita. ¿Es raro tener hijos a los 16 de donde vienes?
Según lo que Luci conocía si alguien tenía mucha suerte podía criar a los 13, aunque él no conocía a nadie de su edad con hijos. Su madre había sido la madre más joven de su barrio y con dos hijos despertaba algunas envidias. Luci estaba muy orgulloso.
-Por cierto, ¿qué es estar casada?
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
10/07/19, 12:39 pm
¿Qué clase de mundo tenía esa cría? era la pregunta que Kahlo no dejaba de repetirse. Si no era el mundo, sin duda eran los padres. Ignoró deliberadamente su primera respuesta, no sin juzgarle con una mirada silenciosa. Para cuando oyó su risa, sin embargo, su indignación aumentó con creces: por muy joven que fuera, la falta de educación no se la perdonaba. Todo le indicaba que se había criado con perroflautas, y sus párpados no podían separarse más cuando le preguntó que era estar casada; ¿acaso sus padres no lo estaban? Solo le faltaba decir que se labavan las manos con escupitajos para quedarse sin habla.
—No es raro, es espantoso —pronunció la palabra con todas las letras bien marcadas. Imaginarse a sí misma ya con un crío de un año le daba escalofríos. Le daba igual sonar hiriente, la suma de diferencias culturales y la sensación de burla eran superiores a ella. En voz más baja pero perfectamente audible, añadió—: Con dos hijos desde los 15 años. Por todos los espíritus. Menudo ejemplo.
Chasqueó la lengua y negó con la cabeza numerosas veces, ajustándose las gafas antes de ponerse en pie. La aguja colgó del borde de su falda, una línea recta que de momento parecía ir correctamente. Se sentía muy incómoda, mas trató de entrar en razón. En su mundo todos tenían el mismo concepto social, aquello se iba muy lejos de todo lo que conocía, pero también... Luci solo tenía 13 años.
«Si, y en dos años estará deseando quedarse preñada.»
Volvió a sacudir la cabeza y tomó asiento. Tras quitarse las gafas cerró los ojos y se pinzó el morro con los dedos. Si de verdad no existía el matrimonio en su mundo tampoco podía culparle.
—El matrimonio, es decir, estar casada, es una unión simbólica y legal entre dos familias. El objetivo es tener hijos, pero solo entonces. Sino, nadie te asegura que el padre se ocupará de ellos —sus pupilas se afilaron, y a su mente vino el recuerdo de Nohlem, sonriendo y quitándole importancia como tantas veces a su ligue de turno. Suspiró—. Es una tarea de dos, ninguna quiere ser una madre soltera sin tener donde caer muerta.
Alisó la falda con ambas manos y recuperó la aguja. En cuanto terminase de coser la cara delantera se levantaría para girarla en su cintura y tener mejor acceso al resto del ruedo.
—En Varmania tener hijos es un asunto muy serio —continuó, sin levantar la vista de sus manos—. Sobre todo para familias como la mía. Van involucradas muchas cosas. Me aterraría tener que ocuparme de semejante responsabilidad tan joven.
Heredar una empresa le daba bastante menos miedo que aquello.
—No es raro, es espantoso —pronunció la palabra con todas las letras bien marcadas. Imaginarse a sí misma ya con un crío de un año le daba escalofríos. Le daba igual sonar hiriente, la suma de diferencias culturales y la sensación de burla eran superiores a ella. En voz más baja pero perfectamente audible, añadió—: Con dos hijos desde los 15 años. Por todos los espíritus. Menudo ejemplo.
Chasqueó la lengua y negó con la cabeza numerosas veces, ajustándose las gafas antes de ponerse en pie. La aguja colgó del borde de su falda, una línea recta que de momento parecía ir correctamente. Se sentía muy incómoda, mas trató de entrar en razón. En su mundo todos tenían el mismo concepto social, aquello se iba muy lejos de todo lo que conocía, pero también... Luci solo tenía 13 años.
«Si, y en dos años estará deseando quedarse preñada.»
Volvió a sacudir la cabeza y tomó asiento. Tras quitarse las gafas cerró los ojos y se pinzó el morro con los dedos. Si de verdad no existía el matrimonio en su mundo tampoco podía culparle.
—El matrimonio, es decir, estar casada, es una unión simbólica y legal entre dos familias. El objetivo es tener hijos, pero solo entonces. Sino, nadie te asegura que el padre se ocupará de ellos —sus pupilas se afilaron, y a su mente vino el recuerdo de Nohlem, sonriendo y quitándole importancia como tantas veces a su ligue de turno. Suspiró—. Es una tarea de dos, ninguna quiere ser una madre soltera sin tener donde caer muerta.
Alisó la falda con ambas manos y recuperó la aguja. En cuanto terminase de coser la cara delantera se levantaría para girarla en su cintura y tener mejor acceso al resto del ruedo.
—En Varmania tener hijos es un asunto muy serio —continuó, sin levantar la vista de sus manos—. Sobre todo para familias como la mía. Van involucradas muchas cosas. Me aterraría tener que ocuparme de semejante responsabilidad tan joven.
Heredar una empresa le daba bastante menos miedo que aquello.
- ♪♫♬:
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
10/07/19, 02:18 pm
Luci frunció el ceño. ¿Era espantoso tener hijos en su mundo? ¿O tenerlos a esa edad? ¿A qué edad se debían tener los hijos? Al daeliciano no le gustaba el tono que estaba usando Kahlo, no era bonito, y para colmo había dicho algo malo de su mamá.
-¡Mi mamá es el mejor ejemplo del mundo! -No le gustaba alzar la voz pero en ese momento no pudo evitarlo. -Es creativa y lista y guapa y es la mejor madre. ¡No te atrevas a sugerir lo contrario!
<< Y no tuvo dos hijos a los 15, me tuvo a mi>> pensó. ¡Ni siquiera había oído bien la historia! ¿Así cómo iba a entender nada? Apartó a un lado la prenda con la que había estado trasteando, ya no le apetecía hacer manualidades.
Aun así, a pesar del enfurruñamiento, puso la oreja para oir la explicación de Kahlo del matrimonio. Sonaba alienígena, y nunca mejor dicho.
-¿Qué clase de padre no quiere ocuparse de sus hijos? -preguntó horrorizado.
Su padre lo quería con locura y él lo sabía y el novio de su madre quería con locura a Vhalarhee. No era capaz de imaginarse a ninguno de los dos queriendo renunciar a su papel como padres. Ni a ningún hombre que conociera.
-Un nacimiento es un milagro, ¿quién no querría formar parte de algo así? ¿Quién iba a dejar a una madre sola? Y si pasa pues el ayuntamiento la ayuda, o los vecinos, o los amigos, o la familia… A una madre nunca se la deja sola.
Luci no comprendía del todo la necesidad de algo como el matrimonio. En su mundo si tenías un hijo el ayuntamiento te ponía una casa y ambos progenitores asumían la responsabilidad, era lo lógico. Por lo que decía Kahlo ella también opinaba lo mismo, entonces, ¿qué limones pasaba en su mundo que los padres abandonaban a sus hijos? A lo mejor por eso a Kahlo le daba miedo tenerlos y por eso reaccionaba de forma tan amarga. Se sintió un poco mal por haberle levantado la voz. Se impulsó para ponerse más cerca de la varmana.
-Tener hijos debería ser algo feliz. Siento que te haga sentirte así y siento haber sacado el tema.
Él no iba a tener hijos nunca, no podía, era algo que ya había asumido aunque a veces fantaseaba con el tema. Nunca lo había pensado como algo que diese miedo.
-¡Mi mamá es el mejor ejemplo del mundo! -No le gustaba alzar la voz pero en ese momento no pudo evitarlo. -Es creativa y lista y guapa y es la mejor madre. ¡No te atrevas a sugerir lo contrario!
<< Y no tuvo dos hijos a los 15, me tuvo a mi>> pensó. ¡Ni siquiera había oído bien la historia! ¿Así cómo iba a entender nada? Apartó a un lado la prenda con la que había estado trasteando, ya no le apetecía hacer manualidades.
Aun así, a pesar del enfurruñamiento, puso la oreja para oir la explicación de Kahlo del matrimonio. Sonaba alienígena, y nunca mejor dicho.
-¿Qué clase de padre no quiere ocuparse de sus hijos? -preguntó horrorizado.
Su padre lo quería con locura y él lo sabía y el novio de su madre quería con locura a Vhalarhee. No era capaz de imaginarse a ninguno de los dos queriendo renunciar a su papel como padres. Ni a ningún hombre que conociera.
-Un nacimiento es un milagro, ¿quién no querría formar parte de algo así? ¿Quién iba a dejar a una madre sola? Y si pasa pues el ayuntamiento la ayuda, o los vecinos, o los amigos, o la familia… A una madre nunca se la deja sola.
Luci no comprendía del todo la necesidad de algo como el matrimonio. En su mundo si tenías un hijo el ayuntamiento te ponía una casa y ambos progenitores asumían la responsabilidad, era lo lógico. Por lo que decía Kahlo ella también opinaba lo mismo, entonces, ¿qué limones pasaba en su mundo que los padres abandonaban a sus hijos? A lo mejor por eso a Kahlo le daba miedo tenerlos y por eso reaccionaba de forma tan amarga. Se sintió un poco mal por haberle levantado la voz. Se impulsó para ponerse más cerca de la varmana.
-Tener hijos debería ser algo feliz. Siento que te haga sentirte así y siento haber sacado el tema.
Él no iba a tener hijos nunca, no podía, era algo que ya había asumido aunque a veces fantaseaba con el tema. Nunca lo había pensado como algo que diese miedo.
- Kanyum
Ficha de cosechado
Nombre: Nohlem
Especie: Varmano granta
Habilidades: Puntería, intuición, carisma
Personajes :
● Jace: Dullahan, humano americano. 1’73m (con cabeza 1’93m)
● Rox: Cambiante, humano australiano/surcoreano. 1’75m
● Kahlo: Aparición nocturna varmana granta. 1’62m
● Nohlem: varmano granta. 1’69m
● Xiao Taozi: Fuzanglong carabés. 1’55m
Unidades mágicas : 5/5
Síntomas : Mayor interés por acumular conocimiento. A veces, durante un par de segundos, aparecerán brillos de distintos colores a su alrededor.
Status : Prrrr prrrrr
Re: Torreón Silente
10/07/19, 05:50 pm
Alzó la vista cuando Luci subió el tono. Kahlo le dirigió una mirada vacía, tan solo alzando una ceja cuando empezó a formular preguntas. Una sonrisa sarcástica se dibujó en sus labios, y antes de responder echó la cabeza a un lado, casi divertida.
—Tienes una visión muy feliz de la vida. Eso o tu mundo es tan dulce como tú. Que envidia. A decir verdad todo es más fácil cuando se tiene tu edad —volvió a centrarse en su falda, ajustándose las gafas nuevamente. Tampoco es que ella pudiera decir, había nacido en el seno de la riqueza y el bienestar, pero ni siquiera desde su trono esquivaba todos los problemas—. Un milagro que te imposibilita tu día a día durante meses y luego te proporciona una alta posibilidad de acabar muerta durante el parto, sí. En mi mundo tener hijos es una obligación, y es una que estoy muy dispuesta a retrasar —levantó la mirada, observándole inmutable por encima de los cristales.— Te sorprendería la cantidad de hombres que conozco que huirían al saber que han dejado preñada a una pobre diabla.
Para ella tener hijos solo era una forma de hacer que el negocio perdurase, asegurarte de que caía en manos preparadas, y es que esa era la mentalidad con la que se había criado. Hacía mucho tiempo había perdido el concepto de tenerlos "por amor". Ni siquiera el matrimonio se regía por ello.
—No importa. Pero te recomiendo que no le preguntes a la gente si tienen hijos tan a la ligera. No sabes si dar a luz a los 15 años es normal en otros mundos y tampoco sabes como se lo pueden tomar.
Por un instante se imaginó a Luci con un bombo. La visión le revolvió el estómago, pero se esforzó por simularlo dejando que sus manos aumentaran la velocidad de trabajo. El daeliciano había pedido perdón, y por mucho orgullo que tuviera la granta también era capaz de admitir un error. Su visión no cambiaría, pero admitía sus prejuicios.
—Discúlpame tú a mi. No debí ofender el nombre de tu madre, ha estado mal por mi parte. Tendrás que comprender que en Varmania lo normal es tener descendencia alrededor de los veinte y treinta años, que alguien menor que yo tenga hijos me resulta muy violento —respondió con total sinceridad, mirando a Luci a los ojos. Luego se escondió un mechón tras la oreja—. ¿Me pasas las tijeras?
—Tienes una visión muy feliz de la vida. Eso o tu mundo es tan dulce como tú. Que envidia. A decir verdad todo es más fácil cuando se tiene tu edad —volvió a centrarse en su falda, ajustándose las gafas nuevamente. Tampoco es que ella pudiera decir, había nacido en el seno de la riqueza y el bienestar, pero ni siquiera desde su trono esquivaba todos los problemas—. Un milagro que te imposibilita tu día a día durante meses y luego te proporciona una alta posibilidad de acabar muerta durante el parto, sí. En mi mundo tener hijos es una obligación, y es una que estoy muy dispuesta a retrasar —levantó la mirada, observándole inmutable por encima de los cristales.— Te sorprendería la cantidad de hombres que conozco que huirían al saber que han dejado preñada a una pobre diabla.
Para ella tener hijos solo era una forma de hacer que el negocio perdurase, asegurarte de que caía en manos preparadas, y es que esa era la mentalidad con la que se había criado. Hacía mucho tiempo había perdido el concepto de tenerlos "por amor". Ni siquiera el matrimonio se regía por ello.
—No importa. Pero te recomiendo que no le preguntes a la gente si tienen hijos tan a la ligera. No sabes si dar a luz a los 15 años es normal en otros mundos y tampoco sabes como se lo pueden tomar.
Por un instante se imaginó a Luci con un bombo. La visión le revolvió el estómago, pero se esforzó por simularlo dejando que sus manos aumentaran la velocidad de trabajo. El daeliciano había pedido perdón, y por mucho orgullo que tuviera la granta también era capaz de admitir un error. Su visión no cambiaría, pero admitía sus prejuicios.
—Discúlpame tú a mi. No debí ofender el nombre de tu madre, ha estado mal por mi parte. Tendrás que comprender que en Varmania lo normal es tener descendencia alrededor de los veinte y treinta años, que alguien menor que yo tenga hijos me resulta muy violento —respondió con total sinceridad, mirando a Luci a los ojos. Luego se escondió un mechón tras la oreja—. ¿Me pasas las tijeras?
- ♪♫♬:
- Dal
Ficha de cosechado
Nombre: Alec (Alasdair)
Especie: Humano; Escocés.
Habilidades: Fuerza bruta, nociones de lucha y resistencia.Personajes :- Enredo : Humano Brujo de las Enredaderas.
- Surásara : Ulterana Naga.
- Varsai : Varmana Licántropo leopardo de las nieves.
- Eriel : Nublino.
Heridas/enfermedades : Finas cicatrices por todo el cuerpo.
Status : Perdido en la ciudad de los milagros y los portentos.
Re: Torreón Silente
17/07/19, 05:36 pm
Gracias a Dios Alec estaba acostumbrado a un esfuerzo físico mayor que el de una simple carrera hasta el Torreón, por muy cargado con cestas y armas que estuviera, o si no se habría desplomado delante resollando. Pero no era así y, aunque le faltaba el aliento, seguía de pie frente al puente subido de Silente.
-¡Eh, bajad el puente queremos entrar! - gritó de buen humor por saberse a salvo.- ¡Y no tardéis mucho, no vaya a ser que está comida con tan buena pinta se eche a perder y no podamos comerla! - añadió sin deje alguno de sarcasmo en la voz.
En esos momentos el humano sólo quería entrar, preparar algo de comida y llenarse el estómago. Luego ya se vería.
-¡Eh, bajad el puente queremos entrar! - gritó de buen humor por saberse a salvo.- ¡Y no tardéis mucho, no vaya a ser que está comida con tan buena pinta se eche a perder y no podamos comerla! - añadió sin deje alguno de sarcasmo en la voz.
En esos momentos el humano sólo quería entrar, preparar algo de comida y llenarse el estómago. Luego ya se vería.
Soy Dal, hijo del Estío y el Crepúsculo. Señor del Vacío y Amo del Infinito. Destructor de Mundos y Artífice de Infiernos. Conde de la Nada y Duque de los Océanos. Rey del Purgatorio y Terror del Cielo. Marqués del Inframundo y Barón de la Muerte. Por todos estos titulos, Invitado, reclamo tu vida para mí .
- Percy
Ficha de cosechado
Nombre: Kolja Günterson
Especie: Humano/Alemán
Habilidades: Nociones de lucha. Rapidez mental. Resistencia. Personajes : Kolja Günterson Humano Sutr
Status : Hype
Humor : Sarcastico/Incomprendido
Re: Torreón Silente
18/07/19, 12:39 pm
Kolja se habia quedado durante toda la carrera en la retaguardia, sin bajar el arco y permanentemente atento, a pesar de que aquella serpiente alada se habia quedado en la plaza con los pozos. En los dos dias que llevaban en aquella ciudad ya habia dos reptiles que habian intentado matarlos y la cosa no parecia ir a mejor. Cuando Kolja llegó con los mas rezagados el puente ya estaba bajado y la vanguardia ya habia entrado en el torreón. Kolja confimó que todos habian entrado antes de entrar el mismo, directo a las mazmorras para subir el puente. Luego volvió a la sala comunal, donde parecia que se habian reunido todos.
-Bueno, esto a sido una experiencia interesante- comentó.- Permitidme que haga la comida, se hacer un estofado que os devolverá las fuerzas en la primera cucharada.
Y manos a la obra que se puso. Sacó los alimentos de las cestas y los fue colocando sobre la mesa del comedor, cogiendo la carne y las verduras que conocia.
-Os dejo ahi el resto de cosas que dudo que sean de mi mundo, estaria bien que le hechaseis un vistazo para determinar de que mundo provienen y si tienen alguna peculiaridad a la hora de ser cocinadas. Simplemente haced un monton con la comida de vuestros mundos y ya nos direis luego que son y de donde provienen.
Kolja, con la comida terrestre metida en alguna de las cestas, se dirigió a la cocina y empezó a preparar un estofado en una de las cazuelas mas grandes. Tambien aprovechó para ir cortando fruta y hacer una macedonia para el postre.
-Bueno, esto a sido una experiencia interesante- comentó.- Permitidme que haga la comida, se hacer un estofado que os devolverá las fuerzas en la primera cucharada.
Y manos a la obra que se puso. Sacó los alimentos de las cestas y los fue colocando sobre la mesa del comedor, cogiendo la carne y las verduras que conocia.
-Os dejo ahi el resto de cosas que dudo que sean de mi mundo, estaria bien que le hechaseis un vistazo para determinar de que mundo provienen y si tienen alguna peculiaridad a la hora de ser cocinadas. Simplemente haced un monton con la comida de vuestros mundos y ya nos direis luego que son y de donde provienen.
Kolja, con la comida terrestre metida en alguna de las cestas, se dirigió a la cocina y empezó a preparar un estofado en una de las cazuelas mas grandes. Tambien aprovechó para ir cortando fruta y hacer una macedonia para el postre.
- Motes:
Alec: Granjero
Kahlo: Gatita
Qirra: Pequeña dragona
Chromsa: Chico nutria
Luci: Niño chuche
Adam: Rusky
Lethe: La pájaro
Kradko: Niña bicho
Reina: La japonesa
Amira: en proceso
Alyssa: en proceso
Levántate y pelea…héroe.
- GiniroryuGM
Ficha de cosechado
Nombre: Rägjynn
Especie: mjörní
Habilidades: memoria, buen oído y don de lenguas
Personajes :
● Noel: Draco de Estínfalo de origen sueco.
● Archime/Krono Rádem: Kairós irrense.
● Irianna/Dama Enigma: Nebulomante idrina lacustre.
● Adrune: Gamusino sinhadre, edeel.
● Lethe: Horus, enderth.
● Rägjynn: mjörní.
● Naeleth: Bruja del Hielo, nublina.
Unidades mágicas : 8/8
Síntomas : Aumenta su resistencia progresivamente. El sangrado de sus ojos se detonará con más frecuencia.
Armas :
● Noel: hacha de dos manos y espada bastarda.
● Archime/Krono Rádem: sus monólogos sobre biomecánica avanzada.
● Irianna: arco y estoque.
● Adrune: lanza, espadas cortas y arco.
● Lethe: arco y lanza.
● Rägjynn: jō.
● Naeleth: arco, sai y báculo.
Status : Gin: do the windy thing.
Humor : REALLY NOT FEELIN' UP TO IT RIGHT NOW. SORRY.
Re: Torreón Silente
18/07/19, 06:14 pm
Lethe llegó sin aliento y con el estómago quejándose de que había hecho más esfuerzo del que debía sin haberlo llenado desde hacía más de un día entero. Entró tras Alec y dejó la cesta que cargaba encima de la mesa de la cocina, dirigiéndose a continuación a servirse un vaso de agua para tratar de recuperar parte de las energías. No tenía ganas de hablar en ese momento, por lo que se limitó a fulminar a Kolja con la mirada cuando este llegó a la cocina hablando de lo sucedido como si hubiese sido una excursión a la playa. Fue después, cuando el humano comenzó a explicar lo que pretendía hacer y a reunir los utensilios de cocina para ponerse manos a la obra que la enderth decidió salir de su mutismo.
—Si me disculpáis voy a preparar algo de pescado para Kradko y para mí. No sé vosotros, pero yo no me voy a arriesgar a que se le dé por tomar la decisión de envenenar la comida para que nos volvamos más fuertes o algo parecido —anunció sin mirar al nórdico, dirigiéndose hacia las cestas que contenían pescado—. Si alguien quiere no me importa hacer más. No soy una experta culinaria, pero sé preparar pescado bastante bien. Además siempre como pescado en mi cumpleaños.
En otras circunstancias habría apreciado el ofrecimiento, la disposición y la aparente pericia de Kolja en la cocina, pero para la enderth ya estaba claro que el humano no sería capaz de sumar dos y dos aunque su vida dependiera de ello.
—Si me disculpáis voy a preparar algo de pescado para Kradko y para mí. No sé vosotros, pero yo no me voy a arriesgar a que se le dé por tomar la decisión de envenenar la comida para que nos volvamos más fuertes o algo parecido —anunció sin mirar al nórdico, dirigiéndose hacia las cestas que contenían pescado—. Si alguien quiere no me importa hacer más. No soy una experta culinaria, pero sé preparar pescado bastante bien. Además siempre como pescado en mi cumpleaños.
En otras circunstancias habría apreciado el ofrecimiento, la disposición y la aparente pericia de Kolja en la cocina, pero para la enderth ya estaba claro que el humano no sería capaz de sumar dos y dos aunque su vida dependiera de ello.
Re: Torreón Silente
19/07/19, 11:02 am
Decir que había llegado sin aliento era quedarse muy corto. Alyssa no estaba precisamente acostumbrada a carreras y para cuando llegaron al torreón prácticamente no era capaz de ver con claridad de la fatiga que llevaba encima.
Entró jadeando y tosiendo por el esfuerzo, y lo primero que hizo fue dejarse caer de cara sobre el primer lugar en el que pudo hacerlo, quedándose boca abajo y sin mover ningún músculo más de lo necesario. A esas alturas creía que lo único que la mantenía consciente era el hambre.
Cuando escuchó cómo el chico rubio narraba la experiencia, especialmente después de la insensatez que ella había tenido que hacer para que no lo mataran, quiso dedicarle una mirada asesina pero no tenía energías para abrir los ojos, mucho menos mirar a alguien.
Luego escuchó lo de preparar comida y arrugó un poco la nariz, al tiempo que sentía de nuevo el vacío de su estómago. Aquello era conflictivo para ella: No le gustaba el estofado, pero tenía hambre, pero no le gustaba el pescado, pero tenía hambre...
En cualquier caso no podía no comer, y si tenía que decidir entre esos dos platos el pescado le resultaba más atractivo que el estofado. Además, tras lo que había pasado, lo que había dicho la mujer pájaro sobre envenenar la comida empezaba a no le parecerle tan descabellado.
–Y-yo… pescado… –Alcanzó a decir débilmente, todavía boca abajo, a la vez que alzaba una mano en dirección al ave intentando llamar su atención. Acto seguido se quedó sin fuerzas y la dejó caer de nuevo. Con un poco de suerte el hambre haría que le supiera bien.
Entró jadeando y tosiendo por el esfuerzo, y lo primero que hizo fue dejarse caer de cara sobre el primer lugar en el que pudo hacerlo, quedándose boca abajo y sin mover ningún músculo más de lo necesario. A esas alturas creía que lo único que la mantenía consciente era el hambre.
Cuando escuchó cómo el chico rubio narraba la experiencia, especialmente después de la insensatez que ella había tenido que hacer para que no lo mataran, quiso dedicarle una mirada asesina pero no tenía energías para abrir los ojos, mucho menos mirar a alguien.
Luego escuchó lo de preparar comida y arrugó un poco la nariz, al tiempo que sentía de nuevo el vacío de su estómago. Aquello era conflictivo para ella: No le gustaba el estofado, pero tenía hambre, pero no le gustaba el pescado, pero tenía hambre...
En cualquier caso no podía no comer, y si tenía que decidir entre esos dos platos el pescado le resultaba más atractivo que el estofado. Además, tras lo que había pasado, lo que había dicho la mujer pájaro sobre envenenar la comida empezaba a no le parecerle tan descabellado.
–Y-yo… pescado… –Alcanzó a decir débilmente, todavía boca abajo, a la vez que alzaba una mano en dirección al ave intentando llamar su atención. Acto seguido se quedó sin fuerzas y la dejó caer de nuevo. Con un poco de suerte el hambre haría que le supiera bien.
- InvitadoInvitado
Re: Torreón Silente
19/07/19, 06:50 pm
A Luci no le parecía que su visión de la vida fuese especialmente feliz, o al menos no más de lo normal. Se consideraba una persona con los pies en la tierra, pero lo que le contaba la varmana más que realista le parecía deprimente. No conocía a ninguna persona, ni siquiera adultos, que tuviera esa visión de la maternidad. O de la vida.
No hizo ningún comentario más acerca de la conversación aunque sí que tomó nota de lo que le dijo Kahlo sobre no preguntarle a nadie sobre los hijos. Después de pasarle las tijeras no quiso seguir con la tarea. Se encontraba todavía más mareado que antes y sus ánimos estaban por los suelos así que se hizo un ovillo en el sofá y se durmió, arrullado por el ruido de Kahlo trabajando.
Se despertó de golpe y con un fuerte dolor de cabeza. Los demás habían llegado y por los gritos de Alec habían encontrado comida. No le daban las piernas ni el cerebro para reaccionar muy rápido así que dejó que su compañera se ocupase del puente mientras que él recibía al grupo en la puerta. Estaban todos enteros. Cansados, pero enteros. Además traían cestas de comida que no se parecía nada de nada a lo que la voz estridente había descrito. Luci dio palmaditas de emoción y felicitó a todos por su buen trabajo, ofreciéndoles agua fresca o indicándoles que se sentasen a descansar. Pensaba preparar él la comida ya que los demás habían sido los que la habían recogido pero Kolja, el chico altísimo de pelo largo, se le adelantó. El daeliciano frunció el ceño.
-Un estofado tarda demasiado en hacerse, llevamos demasiado sin comer ¡Tengo hambre! -se quejó.
Además era un plato demasiado pesado, después de tanto tiempo con el estómago vacío podría sentarles mal. Luci nunca había pasado escasez pero sí había tenido alguna enfermedad de pequeño que le había vaciado completamente el estómago y cuando pudo volver a comer sólido había tenido que ser de forma progresiva. El pescado del que hablaba Lethe, si lo hacía a la plancha o a la brasa, le parecía una idea más lógica.
-Es mejor tomar algo de fruta antes para abrir el estómago y luego tomar algo ligero.
Sin ningún tipo de vegüenza entró en la cocina y se apropió de la ensalada de fruta que estaba preparando el humano, añadiendo un par de variedades más que tenían buen color y olían especialmente bien. Algo dulce y fresquito para recuperar agua y azúcares les sentaría a todos mejor. Por supuesto probó todas las frutas que pretendía meter en la ensalada. No había ninguna muy muy dulce pero dejó las que más y apartó las más ácidas y amargas. ¿Tendrían algo con lo que endulzarlo? A Luci no le había dado tiempo a mirar en todas las cestas, el hambre le podía. Se comió una pera acuosa entera en tres bocados y casi se atragantó del ansia.
No hizo ningún comentario más acerca de la conversación aunque sí que tomó nota de lo que le dijo Kahlo sobre no preguntarle a nadie sobre los hijos. Después de pasarle las tijeras no quiso seguir con la tarea. Se encontraba todavía más mareado que antes y sus ánimos estaban por los suelos así que se hizo un ovillo en el sofá y se durmió, arrullado por el ruido de Kahlo trabajando.
Se despertó de golpe y con un fuerte dolor de cabeza. Los demás habían llegado y por los gritos de Alec habían encontrado comida. No le daban las piernas ni el cerebro para reaccionar muy rápido así que dejó que su compañera se ocupase del puente mientras que él recibía al grupo en la puerta. Estaban todos enteros. Cansados, pero enteros. Además traían cestas de comida que no se parecía nada de nada a lo que la voz estridente había descrito. Luci dio palmaditas de emoción y felicitó a todos por su buen trabajo, ofreciéndoles agua fresca o indicándoles que se sentasen a descansar. Pensaba preparar él la comida ya que los demás habían sido los que la habían recogido pero Kolja, el chico altísimo de pelo largo, se le adelantó. El daeliciano frunció el ceño.
-Un estofado tarda demasiado en hacerse, llevamos demasiado sin comer ¡Tengo hambre! -se quejó.
Además era un plato demasiado pesado, después de tanto tiempo con el estómago vacío podría sentarles mal. Luci nunca había pasado escasez pero sí había tenido alguna enfermedad de pequeño que le había vaciado completamente el estómago y cuando pudo volver a comer sólido había tenido que ser de forma progresiva. El pescado del que hablaba Lethe, si lo hacía a la plancha o a la brasa, le parecía una idea más lógica.
-Es mejor tomar algo de fruta antes para abrir el estómago y luego tomar algo ligero.
Sin ningún tipo de vegüenza entró en la cocina y se apropió de la ensalada de fruta que estaba preparando el humano, añadiendo un par de variedades más que tenían buen color y olían especialmente bien. Algo dulce y fresquito para recuperar agua y azúcares les sentaría a todos mejor. Por supuesto probó todas las frutas que pretendía meter en la ensalada. No había ninguna muy muy dulce pero dejó las que más y apartó las más ácidas y amargas. ¿Tendrían algo con lo que endulzarlo? A Luci no le había dado tiempo a mirar en todas las cestas, el hambre le podía. Se comió una pera acuosa entera en tres bocados y casi se atragantó del ansia.
- Harek
Ficha de cosechado
Nombre: Rick
Especie: Humano
Habilidades: Puntería, habilidad mental y carisma
Personajes :- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
- Rick: humano, neoyorquino
- Erknest: humano, italiano/inglés Kamaitachi
Síntomas : A veces tendrá ataques de claustrofobia. Sus irises dejan de ser círculos perfectos, y en ocasiones sus ojos serán brevemente fosforescentes en la oscuridad.
Armas :- Rick: Sable y arco
- Erknest: "Espada legendaria" y cuchillas de aire
Status : The journey never ends
Humor : Cualquier cosa me vale.
- Chromsa/Padre Foresta: campesino ochrorio Brujo de las hojas marchitas/Fauno cabra
Re: Torreón Silente
19/07/19, 08:20 pm
Chromsa avanzó sin mirar atrás y a ritmo constante. Alguno de sus compañeros más rápidos le adelantaron, pero no iba el último.
No tardaron mucho en llegar al torreón y, nada más llegar, escuchó como Alec avisaba de la llegada del grupo para abrir las puertas. A la vez que llegaban los más rezagados, se abrió el portón y pudieron ir entrando todos.
Ya dentro se acercó a una de las sillas, se agachó y dejó con suavidad a Quirra. A pesar del esfuerzo que había tenido que hacer y del tamaño de la lagarta, el ochrorio no estaba muy cansado. -Bueno, al final solo ha quedado en un susto. Ahora ya podemos descansar a gusto.- dijo tanto para Quirra como para el resto para intentar calmar los nervios del grupo.
Iba a ofrecerse como cocinero, pero Kolja y Lethe se le adelantaron planteando dos platos distintos. No le gustó mucho la tensión que había entre ellos terrestre y la pájara, pues si querían sobrevivir en Rocavarancolia iban a tener que funcionar como un equipo. Tal vez se ofreciera a ayudar a ambos en la cocina para intentar que hicieran las paces...
Antes de ir hacia la cocina, se fijó en que Alyssa estaba completamente extenuada. -Supongo que nadie estaba preparado para empezar a correr de repente.- pensó. Se le ocurrió una manera de que recuperara un poco las energías, así que se acercó a las cestas. Tardó un poco pero encontró lo que buscaba. Una de las cestas había algunos frutos secos, conclusión a la que llegó porque reconocía algunos de ellos. Cogió un puñado sin excederse y se acercó a la terrestre diciendo con amabilidad (y cierta timidez): -Eh... Oye, no se si en tu mundo existirán, pero esto recobra bastante las fuerzas cuando se está cansado. Espero que te sirvan hasta que la comida esté lista.-
Una vez hecho esto, se dirigió hacia la cocina. Allí estaban Kolja y Lethe la comida y también estaba Luci preparando algo con frutas. Esto le recordó un detalle muy importante y le dijo: -Luci, ¿podrías dejar las semillas apartadas de esas frutas? Creo que podrían venir bien para el huerto. Así tendríamos más comida.- Tras esto dijo para los tres: -¿Hace falta echar una mano por aquí? Tengo algunas nociones, así que en principio no tengo problemas con la cocina a no ser que sean cosas especiales de vuestros mundos.-
Chromsa se quedaría allí para ayudar a uno o incluso a los tres hasta que la comida estuviera preparada.
No tardaron mucho en llegar al torreón y, nada más llegar, escuchó como Alec avisaba de la llegada del grupo para abrir las puertas. A la vez que llegaban los más rezagados, se abrió el portón y pudieron ir entrando todos.
Ya dentro se acercó a una de las sillas, se agachó y dejó con suavidad a Quirra. A pesar del esfuerzo que había tenido que hacer y del tamaño de la lagarta, el ochrorio no estaba muy cansado. -Bueno, al final solo ha quedado en un susto. Ahora ya podemos descansar a gusto.- dijo tanto para Quirra como para el resto para intentar calmar los nervios del grupo.
Iba a ofrecerse como cocinero, pero Kolja y Lethe se le adelantaron planteando dos platos distintos. No le gustó mucho la tensión que había entre ellos terrestre y la pájara, pues si querían sobrevivir en Rocavarancolia iban a tener que funcionar como un equipo. Tal vez se ofreciera a ayudar a ambos en la cocina para intentar que hicieran las paces...
Antes de ir hacia la cocina, se fijó en que Alyssa estaba completamente extenuada. -Supongo que nadie estaba preparado para empezar a correr de repente.- pensó. Se le ocurrió una manera de que recuperara un poco las energías, así que se acercó a las cestas. Tardó un poco pero encontró lo que buscaba. Una de las cestas había algunos frutos secos, conclusión a la que llegó porque reconocía algunos de ellos. Cogió un puñado sin excederse y se acercó a la terrestre diciendo con amabilidad (y cierta timidez): -Eh... Oye, no se si en tu mundo existirán, pero esto recobra bastante las fuerzas cuando se está cansado. Espero que te sirvan hasta que la comida esté lista.-
Una vez hecho esto, se dirigió hacia la cocina. Allí estaban Kolja y Lethe la comida y también estaba Luci preparando algo con frutas. Esto le recordó un detalle muy importante y le dijo: -Luci, ¿podrías dejar las semillas apartadas de esas frutas? Creo que podrían venir bien para el huerto. Así tendríamos más comida.- Tras esto dijo para los tres: -¿Hace falta echar una mano por aquí? Tengo algunas nociones, así que en principio no tengo problemas con la cocina a no ser que sean cosas especiales de vuestros mundos.-
Chromsa se quedaría allí para ayudar a uno o incluso a los tres hasta que la comida estuviera preparada.
- Lops
Ficha de cosechado
Nombre: Kradko
Especie: Clinger de la sociedad nómada
Habilidades: Agilidad, oído musical, habilidad manualPersonajes :
· Adara: Humana ángel negro.
· Heraldo Rocuo: Ochrorio ominario.
· Kradko: Clinger lepäni.
Armas : · Adara: ballesta, tonfas, espada larga y lanza naginata.
· Kradko: bastón.
Re: Torreón Silente
21/07/19, 12:47 am
Kradko estaba en casa… o lo que fuera aquel lugar en el que durmió la última noche. Pero bueno, el caso es que no solo se sentía a salvo: tenía comida. Solo le faltaba metérsela en el buche y sería más feliz que una perdiz. Habituada en parte a situaciones como esa, el mal trago que pasó en el exterior ya casi se le había hasta olvidado.
Mientras oía cómo el resto hablaba sobre qué preparar —y expresaba su evidente preferencia por el pescado—, se acercó a una de los simios. «Alyx… Alyssa, ¿no? Sí, era Alyssa», se recordó a sí misma. No creía que permanecer boca abajo en el suelo fuera una señal de encontrarse en un buen estado físico y mental. De hecho, la última vez que vio un clinger así, este estaba fiambre. Un desgraciado evento con un grayxon, le dijeron. Por suerte, no parecía haber grayxons por esa ciudad. Nunca había visto ninguno, pero un compañero del cole le dijo que su padre conocía a un cazador que le dijo que median tres metros de largo y tenían garras como garfios y colmillos muchísimo más grandes. Y escupían ácido y podían respirar bajo el agua. Es posible que su alocada memoria hubiera añadido un par de características de más por eso.
Pero volviendo a lo que nos concierne, la pequeña Kradko se acercó a la humana, quien absoluta y definitivamente no parecía tener pinta de estar bien. Cuando llegó a su lado le dio unos breves toques en su brazo con la punta del dedo.
—¿Estás bien?
Observó al mamífero que definitivamente no era un simio. «Chrome… Kronsa… ¡Chromsa!». Chromsa se acercó a Alyssa y le ofrecía algo de comer. Aquello le resultaba familiar, sí… Aunque no fueran igual que los de su mundo, se trataba claramente de alguna clase de frutos secos.
—¡Eh, yo sé lo que es esto! Está muy rico.
Agarró unos pocos de los que ofrecía el ochrorio y se los metió en la boca, hambrienta. De poder, estaría derramando lágrimas de felicidad.
Mientras oía cómo el resto hablaba sobre qué preparar —y expresaba su evidente preferencia por el pescado—, se acercó a una de los simios. «Alyx… Alyssa, ¿no? Sí, era Alyssa», se recordó a sí misma. No creía que permanecer boca abajo en el suelo fuera una señal de encontrarse en un buen estado físico y mental. De hecho, la última vez que vio un clinger así, este estaba fiambre. Un desgraciado evento con un grayxon, le dijeron. Por suerte, no parecía haber grayxons por esa ciudad. Nunca había visto ninguno, pero un compañero del cole le dijo que su padre conocía a un cazador que le dijo que median tres metros de largo y tenían garras como garfios y colmillos muchísimo más grandes. Y escupían ácido y podían respirar bajo el agua. Es posible que su alocada memoria hubiera añadido un par de características de más por eso.
Pero volviendo a lo que nos concierne, la pequeña Kradko se acercó a la humana, quien absoluta y definitivamente no parecía tener pinta de estar bien. Cuando llegó a su lado le dio unos breves toques en su brazo con la punta del dedo.
—¿Estás bien?
Observó al mamífero que definitivamente no era un simio. «Chrome… Kronsa… ¡Chromsa!». Chromsa se acercó a Alyssa y le ofrecía algo de comer. Aquello le resultaba familiar, sí… Aunque no fueran igual que los de su mundo, se trataba claramente de alguna clase de frutos secos.
—¡Eh, yo sé lo que es esto! Está muy rico.
Agarró unos pocos de los que ofrecía el ochrorio y se los metió en la boca, hambrienta. De poder, estaría derramando lágrimas de felicidad.
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