Torreón Maciel

Para alivio de la francesa Nery´s no tardó en disculparse y excepto Kiki nadie más aportó a esa conversación. Agradeció que el pequeño roce no fuera a más, así podían concentrarse en las cosas que de verdad importaban.

El relato de la finlandesa fue impactante, Fleur se sorprendió especialmente en la parte en la que un desconocido segaba la vida de Lasca y no pudo evitar mirar a Ulmara cuando llegó a la parte en la que Rúa le daba el amuleto, la cercana parecía bastante tocada, aunque estaba claro que ya no permanecía en estado grave. Notaba como el hormigueo que rondaba por todo su cuerpo descendía un poco, hasta hace nada estaban en peligro y ahora ese indeseable no podía hacerles nada. Sin embargo Setenta y Siete podía seguir por ahí, por eso no le parecía buena idea volver a salir, al menos en ese día.
—Quizá podamos aguantar hasta mañana sin comida... y racionar lo que ha traído Toni para Jara y los que más tengan que reponer fuerzas —opinó, medio pensativa. Por supuesto no impediría que nadie saliera pero no creía que alguno de sus amigos quisiera salir ahí fuera de nuevo. El trauma era demasiado fuerte y aunque debían mantener frialdad para algunas cuestiones... ¿Qué pasaría si les atacaba otra cosa?. Esta vez estaba segura de que morirían en el intento. Era demasiado—. Voy... a seguir ayudando —se dijo así misma acercándose a quién lo pidiera primero de Sarah o el frivy mientras Kiki y Rúa se encargaban de la repobladora. Seguía teniendo reservas pero se notaba algo más débil, al menos le tranquilizaba la idea de Keskit. Eran muchos para ir transfiriendo energía.

No estaba para nada entera, pero focalizar su atención ayudaba a que no se derrumbara de nuevo, eso y tener a Maila de regreso en Maciel sana y salva.

Rua se sentía letárgica en cierta forma, no sabía si era el peso de todo lo que había pasado, que no había desayunado tan siquiera o que su energía en forma mágica era extraída hacia el amuleto, o probablemente un poco de todo, pero se sentía bastante espada en general. Era una sensación casi de cansancio físico.

La oferta de Keskit de transferirles magia hizo que Rua sonriera ante aquello.

-¡Gracias! Si,la verdad es que la trasferencia nos vendría genial a Fleur y a mi. ¿– dijo Rua agradecida aceptando la trasnferencia de Keksit en esos momentos, que aporto un extra considerable poder cargar el amuleto y no quedarse si nada de magia.- Si, todos los que peudan nos echais una mano, Fleur y yo podremos intentar curar a todos los heridos lo mas rapido que podamos- pidio Rua a sus compañeros cuando Keskit comenzo a trasnferirle su magia.

La cuestión sobre si salir por comida ante la falta de ella estremeció a Rua y aunque Toni afirmo traer comida no era suficiente si ciertamente no iban poder moverse todos de allí haya el día siguiente como mínimo. ¿Cuánto llevarían sin comer los del torreón? Probablemente algo de tiempo ante la urgencia de Nori de llevarles comida. Rua miro a sus compañeros, escuchando las palabras de Pefka al decir que no sabía que hacer y más al oir lo de su magia, se humedeció los labios, sabiendo que posiblemente lo que iba a decir podría no gustar a muchos. ¿Quién querría salir en esas circunstancias? Pero estaban realmente apurados.

- Creo que Keskit tiene razón…la comida que trajo Toni ayudará por un rato, Pefka o el mismo Toni podrían hacer una ensalada con ella si os parece bien, pero somos muchos, y entre los heridos que se levantaran con hambre y que los que usamos magia vamos a necesitar reponer fuerza luego, no dará suficiente si tenemos que quedarnos aquí hoy. - dijo Rua mirándolos atentamente, evaluando al grupo realmente el número de heridos ya sean grave so menos graves era notorio, sus ojos sin embargo se posaron en Qwara que parecia también sin saber qué hacer, igual que Pefka- Qwara, tu que eres rapida…o quien sea que no esté herido en realidad ¿creéis que podrías ir por un rápido viaje a por comida? Entendería si nadie quiere salir ahora, aun así. – añadió Rua pues realmente no iba a juzgar si nadie se ofrecía realmente ¿Cómo podría? Con la mierda que habían vivido lo más normal sería querer hacerse una bolita en un rincón y no querer abandonarlo hasta el año siguiente- Podéis llevaros mi ballesta y mis virotes si os habéis quedado sin armas por todo el ajetreo. – indico Rua señalando la mencionada que había dejado sobre la mesa y dejando su bolsa de virotes también sobre ella por si alguien terminaba llevándosela.

Rua los dejo decidir qué hacer, porque realmente pensar en salir debía ser algo complicado en tales circunstancias y se centró en cargar el amuleto hasta tenerlo listo suspirando con el cuerpo algo pesado cuando logro cargarlo finalmente, momento en el que se levantó, se sentía cansada, pero la transferencia de Keskit habia ayudado mucho realmente Se acercó al barullo de sabanas donde habían dejado a Jara y donde al lado estaba también Reira arrodillándose para dejar el amuleto presionado sobre cualquier zona de piel visible de la repobladora, ante las presentes miradas de Kiki y Dren. Dejo su mano sobre el amuleto aun así para que hiciera presión sobre la piel ajena, notando que de inmediato el amuleto empezó a hacer su trabajo por lo que suspiro aliviada, antes de sonreír, sintiendo como se estaba quitando una espinita de encima de alguna forma, un gran peso.

- Ahora solo queda esperar una hora a que termine, puede que Jara o despierte antes o incluso más tarde que eso, debe estar realmente agotada por aguantar tanto. - miro entonces a Dren que se mantenía allí mostrándole el amuleto- Ten pon tu mano encima para que se mantenga ahí, no vaya ser que se mueva y deje de tener contacto con su piel. – le indico a Dren para que tomar su lugar en asegurar que el amuleto no dejara de tener contacto con Jara antes de levantarse- Voy a intentar recargar energías lo más rápido que pueda por mi misma y con lo que me transfirais, asi podre seguir curandoos. Tratare a Reira en cuanto recargue un poco, mientras Fleur se hace cargo de Nery's - indico viendo que Fleur ya estaba con Nery's, didiviendo fuerzas para curar a todos los que pudieran.

Más ofrecimientos de ayuda y de organizarse se sumaban al suyo, que a su vez se había sumado a otros. Y no solo eso, sino que también tenían la posibilidad de dar su magia a quienes podían usarla para curar. Pefka no se decidió de inmediato, pero sí que lo hizo cuando hablaron de las pocas provisiones que tenían. Era cierto... en su huida y confusión, apenas lograron recoger nada, pero ya daba igual. El día apremiaba y podían ausentarse unos cuantos de ellos mientras se quedaban para curar lo más grave.
—Yo puedo ir también a por las cestas a ver si queda algo, solo tengo que limpiarme un momento la cara.

Si le ofrecían curarle, lo rechazaría por darle prioridad a quienes estaban peor. Los cortes le escocían, más aún al hablar o hacer cualquier mueca, y la sangre seca le resultaba molesta. Fue a lavarse con un poco de agua y rehidratarse, y después a por... «¿Dónde están mi arco y el escudo?» Miró por la entrada al torreón y por donde estaban sus compañeros, pero no los vio. Se le habría caído al darse de bruces contra el suelo o en algún momento... La espada sí seguía en el cinto, pero nada más, así que pidió sustituirlos. Los devolvería al volver, vaya, pero no quería salir con las manos vacías después de todo lo que había pasado, aunque... «Tampoco es que nos sirvan de mucho si otro desgraciado decide saltarse las normas»
—Cuando volvamos, podéis coger mi magia si hace falta. Hasta luego —se despidió y luego se unió al grupo que salía.

Aunque los acantilados ya los conocían, y cuando los visitaban a menudo se detenía a observar el horizonte y mirar con detenimiento las sombras bajo el mar, intuyendo qué bestias vivirían allí abajo. Pero no siempre. Aquella vez fue una de esas. Tan solo tenían que rapiñar lo que quedara de las cestas y volver con apremio al torreón. Así aprovechaban el tiempo mientras Rua y los demás curaban a quienes pudieran. Se sintió remendamente mejor cuando llegaron. No se quitaba de la cabeza que a quienes más temía ahora en la ciudad era a sus ciudadanos y no a los monstruos. O que quizá las bestias solo eran eso, y los monstruos eran quienes allí vivían y decidían saltarse las normas, precisamente. ¿Quién sino un monstruo, por muy inteligente y tecnológicamente avanzado que fuera, podía desear tanto mal a gente como ellos, inofensivos, y jóvenes en su mayoría?

En fin, no les quedaba otra que continuar. ¿Habrían tenido alguna complicación en el interior mientras tanto o estarían mejor? Ahora lo verían.

Cuando Keskit comentó el problema de la falta de comida Qwara empezó a trazar una ruta mental hacia los acantilados, pues lo poco que había traído Toni no iba a servir para alimentar a tantas personas y los sendarios iban a tener que hacer noche allí. Antes de que Rua le propusiera ir, de hecho, la sudafricana ya se había mentalizado para salir de nuevo y se limitó a asentir levemente.
—Seremos rápidos. —dijo en voz alta una vez les bajaron el puente, más para sí misma que para los que estuvieran escuchando.

Aunque salir de nuevo se le antojaba peligroso, estar activa suponía no tener tiempo para pensar demasiado y aceptó la tarea sin más, mentalizándose para echar a correr si algo peligroso les salía al paso. «Nada peor puede ocurrir a estas alturas… » se decía mientras caminaban, dejando que la negatividad hiciera las veces de combustible para que sus piernas siguieran en movimiento.

Rapiñaron lo que pudieron sin incidentes, recogiendo una buena cantidad de suministros sin detenerse a admirar el paisaje antes de darse la vuelta para regresar con la misma celeridad hacia Maciel. En conjunto fue una excursión silenciosa y tensa, pues eran pocos y nadie tenía ganas de hablar, pero en cuanto avistaron el torreón en la distancia la sudafricana se permitió un pequeño suspiro de alivio.
—Tenemos suficiente para pasar hasta mañana. —les dijo a todos en cuanto estuvieron de nuevo bajo techo. Durante su ausencia Jara y Reira ya habían despertado, pero habían llegado justo a tiempo para presenciar cómo las ponían al día.

El amuleto había hecho muy bien su trabajo, pero los ánimos en general estaban por los suelos y la alegría que suponía su despertar quedaba ensombrecida por el destino de sus compañeros. Keskit cortó por lo sano antes de que nadie tuviera tiempo de regodearse en lo ocurrido y planteó una pregunta a la que le urgía una respuesta.
—Deberíais veniros a Sendar —respondió la morena sin pensar. Era algo que Nery’s le había planteado a Nori antes de salir del torreón, algo que en vista de lo ocurrido había cobrado más sentido—. Setenta y siete no conoce nuestro torreón, al menos que nosotros sepamos, y estando juntos tenemos muchas más posibilidades de llegar al día de la Luna. —razonó, recorriendo al grupo con la mirada en busca de más opiniones.

Cuando Toni escuchó como todos decían que era poca comida se sintió culpable por no ser capaz de haber salvado más. Pensó que no le habían contestado por que ellos también le culpaban. Mencionaban su nombre, pero nadie le había dicho nada directamente.

Sin decir nada, se marchó con la comida.

Preparó un gran cuenco que encontró registrando la cocina (no le parecía buena idea preguntar donde encontrar las herramientas) con agua y desmigó el pan en el agua para que esponjase todo lo posible. Pensó que la sal del pescado le daría algo de sabor a aquella sopa que sí bien no iba a ser un manjar sí que ampliaba la comida. Cortó las cuatro manzanas y el queso en gajos.

Maila también salió a por comida. Era lo último que quería hacer en aquellos momentos, solo tenía ganas de sentarse en una silla y cerrar los ojos. Pero el miedo atenazaba su pecho como si de una garra se tratase. <<¿Y si les pasaba algo ahí fuera?>> No es que creyera que pudiera cambiar el resultado si apareciera alguna criatura pero no podía quedarse de brazos cruzados.

El viaje fue silencioso, no había mucho que decir y además la hawaiana carecía de fuerzas para entablar cualquier conversación. Ni siquiera había mirado a Fleur cuando salió del torreón, era como si estuviera en una especie de nube y simplemente se dejara guiar por los pasos de sus compañeros. En su cabeza Iemia y Nori no dejaban de aparecer de múltiples maneras; vivos, muertos o muriendo. Creía que salir la ayudaría también a despejarse pero se había equivocado. Se  sentía vigilada en aquellas calles.

Por suerte el trayecto no duró mucho y volvieron de una pieza a Maciel. La hawaiana dejó que Qwara hablara, y sudando por el estrés más que por el ejercicio físico se dejó caer en una silla libre mientras suspiraba. Jara y Reira ya habían despertado, así que al menos no todo eran malas noticias, y habían conseguido comida hasta la mañana siguiente.

-Si, es verdad.- Comentó escuetamente mientras se frotaba nerviosamente las manos y se inclinaba hacia delante. No estaba bien, y la mención de Setenta y Siete solo la puso peor.

Kiki se hizo a un lado. Había estado esperando pacientemente por el amuleto, pues sabia que no tenia forma de apurar las cosas. Su cerebro le decía que no se preocupara, que ella tampoco tenia manera de saber que tan bien o mal estaba respondiendo una fisiología como la de Jara, pero aun así no quería separarse hasta que Rua volvió. Se aparto sabiendo que el pergamino hacia un mucho mejor trabajo que las mejores tecnologías que ella conocía y se fue a una esquina para evitar hablar con cualquiera.

Cuando Jara se recuperó, suspiró aliviada y levanto una mano para saludarla, aunque no supo si la vio, o si la noto, y lo dejó pasar. No quería dar explicaciones, ni tampoco conversar. Su psicóloga terrestre hubiera dicho que era sano hablar y llorar, y que no estaba sola y muchas cosas mas. Pero en verdad ella solo quería no pensar un rato y estar sola…además, ¿Qué podía saber una profesional titulada acerca de como debía de sentirse en un mundo perdido en el presuntamente infinito espacio donde reinaban los monstruos” Prefirió dejar pasar comentarios mientras en su mente suprimía las respuestas que podría dar a todos o las conversaciones con su propio ser, tampoco quiso sugerir mucho más, solo iría a donde ellos vayan si le permitían ir con ellos , comería poco o nada de lo poco que había y siendo sincera consigo misma, en realidad no quería pensar.

Luego de que se reunieran todos  nuevamente se quedó aislada escuchando, tomó su cabello y empezó en a  entrelazarlo sabiendo que tendría que lavarse la sangre en algún momento. Según la teoría las células sanguíneas podían quedarse en una superficie mucho tiempo, y aunque no le importaba, tampoco quería tener el cabello manchado para siempre. Y después de pasar tanto tiempo con Nery’s, sabia que él la regañaría por algo asi…al menos haría que el regaño fuera por algo mas que solo sangre. Si alguien le hablaba, le contestaria sin dejar de entretejerse el cabello.

Rua vio como sus compañeros marchaba por algo más de comida para tener hasta el dia siguiente y sonrió a Toni en agradecimiento cuando este preparado algo de comer con lo que había conseguido traer, que cierto era que no era mucho para tanta gente, pero ya era un milagro que algo llegase entero con lo que habían sufrido.

- Gracias Toni, me salvas, no logre comer nada antes de salir – dijo la sueca cuando volvió con la sopa de pan muy la ensañada, tomando un poco de la última porque a este paso su estómago iba a empezar a resonar por todo el salón de forma ensordecedora. EL no haber desayunado le estaba pasando factura. Una vez comió algunos trozos de queso y de manzana, siguió con el tratamiento de Reira, ayudada por las trasferencias de magia que fue recibiendo de sus compañeros.

Le llevo algo de tiempo, pero cuando noto como el color de Reira iba mejorando sintió un alivio inmenso, al igual que Jara. Cuando por fin ambas empezaron a hacer gestos de despertar Rua se apartó un poco para darles espacio a Dren y Keskit para contarles lo sucedido. Las expresiones que pusieron fue horrible, era como no hubiesen acabado e salir de una pesadilla para meterse en otra.  Rua se mordio el labio inferior alejándose de ella sun pococ justo cuando llegaron Qwara, Maila y Pefka con la comida que habían logrado tomar.

Y fue allí mientras intentaban llena run poco mas sus estamos cuando Keskit logro poner en palabras finalmente algo que había tenido ahí en la mente desde hacía muchos meses antes pero que visto el número de gente que quedaban ya en Maciel, no podía seguir obviando.

- Estoy de acuerdo con Qwara, no podéis seguir quedándoos aquí. – dijo Rua mirándoles con una cierta aprehensión, pero igual de segura- Ese maldito lagarto no va a dejaros en paz.- Hay espacio de sobra en nuestro torreón, tenemos un suministro de comida no muy lejos que no ha sido nunca invadido, y no…no me suena tampoco que setenta y siete lo conozca ninguno de los dos. Nunca nos hemos topado con el.- asintió pensando en el comentario de Qwara, realmente nunca habían tenido encuentros con él por la zona realmente ni nada parecido- Tenemos el amuleto, que joder…ojalá no haya necesidad de tener que usarlo más porque todos lleguemos bien a esa condenada luna, o lo que sea…pero ahí está como salvaguarda de todas formas. Yo puedo tenerlo cargado siempre y creo que Jara también podría hacerlo. Y si no puede, no importa, lo cargare cuantas veces sean necesarias – dijo Rua intentando convencerlos, no creía que e negaran las cosas estaban realmente mal en Maciel en esos momentos, solo quedaban ellos cuatro. Y si cuando eran muchos ya estaba jodidos ahora era incluso peor- Este sitio es un infierno, debemos estar lo más juntos que podamos. Así que sugiero que cuando mañana nos vayamos de vuelta os vengáis con nosotros – dijo Rua firmemente, no creía que nadie fuese a negarle a echarle un mano en semejante circunstancias, era demasiado loco.

Nery´s parecía un zombi arrastrándose de un lado al otro. Al final se sentó cerca de Kiki y de Jara con cuidado para no dañarse aun más las costillas y cuando Fleur se acercó a curarle le ofreció su magia para ayudar aunque fuera un poco.

El alivio de su cuerpo poco hizo para el embotamiento en su cabeza y no haber podido ni salir a por la comida solo empeoraba como se sentía de inútil. Agradeció a la francesa y estuvo tentado de ir detrás de Kiki pero por mucho que quisiera y tuviera miedo de perderla no parecía el momento así que simplemente se levantó a ayudar en lo que pudiera.

Después de toda aquella espera Nery´s dio gracias a no sabía ya muy bien que porque no hubiera pasado nada más y pudieran todos comer con algo de tranquilidad.

Aún estaba sumido en sí mismo cuando se empezó a hablar de que hacer.

—Yo también creo que será lo mejor, así no habrá problemas de distancia para ayudarnos...

Se levantó hacia Kiki y alzó una ceja ante lo que estaba haciendo con el pelo pero suspirando se puso a hacerle una trenza para ocupar sus manos de nuevo.

—Ya arreglaremos este destrozo allí —le susurraría solo para ella.

Las palabras de Fleur no lograron convencer a nadie y la francesa terminó por arrugar el ceño, molesta y asustada por ver a sus amigos salir a por comida en un momento como ese. Iemai acababa de morir, hasta recordaba las frases que había dicho esa misma mañana, y ahora ya no estaba. Mantuvo el rostro taciturno y expresión callada hasta que por fin regresaron.

El resto del tiempo lo pasó curando a los heridos en silencio y con miradas de tristeza por allí y por allá, el frivy fue el primero que se ofreció para el traspaso y gracias a ello pudo tener más fuerzas hasta que todos estuvieron estabilizados, aunque por supuesto no tenía la capacidad de Rúa.  

Sin embargo otras cuestiones se presentaron pronto, no quería atenderlas en ese momento pero entendía la gravedad de Keskit y los suyos, Sere estaba muerto por culpa de Setenta y Siete y era un peligro que debían solucionar. También advertir al tercer grupo.
—Vosotros... ya nos habéis ayudado anteriormente —se limitó a responder a Reira cuando esta les dio las gracias por querer acogerlos. No podía estar más aliviada con la decisión que parecían haber tomado, serían muchos más y quizá solo así pudieran defenderse y llegar hasta la Luna Roja.

Al final pasaron la noche allí, una en la que Fleur no pegó ojo. Después se prepararían para regresar a Sendar, había muchas cosas de las que hablar.


Sigue en Torreón Sendar.